miércoles, 27 de marzo de 2024

MI PASAJERO HARAPIENTO Singladura Nr.17


MI PASAJERO HARAPIENTO

Singladura Nr.17




Me miró fijo a los ojos, los suyos eran penetrantes, pero tristes. Nunca había yo visto ojos tristes brillar detrás de una generosa sonrisa. La puerta de mi camión permanecía abierta... Para él la abrí.

 

-¿No temes, hermano, que te ensucie el auto?... estoy tan andrajoso.

 

-¿No estamos esperándole, el asiento y yo? Por aquella carretera transitaban muchos autos, todo tipo de vehículos; desde lujosos coches convertibles hasta camiones de las más onerosas de las cargas. Pero nadie paraba. Al fin y al cabo, ¿por y para quién detenerse? La distancia hasta el próximo poblado es mucha, la necesidad comercial de cumplir ciertos itinerarios, la insensibilidad a lo que en nuestro pasajero entorno vemos y, hasta el riesgo de sufrir un asalto a que se expone uno por esos caminos de Dios... ¡No! A cada uno con su propia carga.

 

Yo mismo debía ser un poco más precavido, pero yo soy así, luego dicen que las experiencias enseñan. Tal vez eso sea cierto. Yo no sé, yo vivo sin cuidados de ese tipo. Pese a que ya una vez, hace muchos años, en una carretera de Texas, por recoger a una pobre mujer embarazada en una carretera, fui asaltado. Dos días rodando por la cuneta donde me tiraron, robado y con un puñal en el costado. Debía haber aprendido a no recoger caminantes... No sé, no me he preocupado nunca y ni apenas lo recuerdo.

 

-Pero, ¿por qué me preguntáis si aún me duelen las costillas?

 

-Oh, nada, nada, simple curiosidad, creí que el manejar cansaba.. no me haga caso.

 

Un poco mirando hacia mi lado derecho (precisamente, por donde me apuñalaron aquella vez), y al espejo retrovisor, me iba haciendo una imagen de este pobre hombre. Puro harapos eran sus ropas y sus chancletas hace mucho tiempo que dejaron sus suelas por esos caminos de Dios. Pero, he aquí un detalle curioso, este hombre no emitía mal olor alguno.

 

¡Hum, curioso! Sus ojos, fijos en el horizonte allá alante, parecía orar en silencio... pero sus labios no denotaban movimiento alguno. Tuve deseos de hablarle para romper la monotonía del atardecer, pero no tuve valor de perturbar su silenciosa expresión de estar aquí, y muy lejos al mismo tiempo.

 

-¿Querías decirme algo?

 

-¡No! Le mentí.

 

-Nada, no me molesta, es más; me alegra que me hagais preguntas.

 

No sé cuánto tiempo en el espacio de cien kilómetros a alta velocidad recorrí ese día, porque ayer, hoy y mañana, se juntaron en una cadena sin aparentes eslabones de hojas y flores de una historia que más pareciera que asistía yo a un cinematógrafo que una conversación entre dos personas ajenas y recién conocidas.

 

Sus palabras no me daban la impresión de salir de sus labios, pero dentro de mi cerebro cada punto y cada coma sonaban con brillante tintinear de campanilla infantil... al tiempo de que, con madurez de rigor.

 

Nunca me dijo dónde quería ir. Tampoco yo se lo pregunté. Y cuando hubimos llegado a aquella ciudad, donde yo nunca había ido, y cuando fui a sacar el mapa para ver la dirección a que debía yo llevar mi misión real, mi carga, con su mano izquierda detuvo la mía, como si adivinara mis intenciones y con voz gentil, me dijo:

 

-Te queda a unas siete cuadras a la derecha, en la última puerta, al final de la avenida que en forma de cuchillo muere allí.

 

-¿Es usted camionero? O, ¿trabaja allí?... ¿Cómo sabe?...

 

-No; solo que he pasado muchas veces por esos caminos. Y he visto muchos de estos vehículos llegar hasta allí.

 

-¡Oh! Un no muy disimulado escalofrío me recorrió los brazos.

 

-No, no soy un inspector disfrazado de mendigo, no… Soy solo yo... No tuve valor de abrir mi boca.

 

-Allí, ese lugar es tu destino, pero para entrar has de ir hasta la otra esquina, virar en redondo y entrar hasta el sótano al regreso.

 

Confieso que acostumbro a andar solo por las carreteras distantes sin que me asombren ni asusten los encuentros ni las incidencias del camino... pero, este hombre sucio, de cabellos hirsutos, de ropajes infinitamente harapientos, que, por otra parte, no emite esos malos olores que asociamos con el sudor acumulado tras días sin ducharse en el cuerpo de una persona. Este hombre que sabe a cada momento cada cosa que he de hacer o decir... ¿Qué y quién es este pobre hombre?

 

-Por favor, déjame en esa esquina. Me dijo.

 

Cuando se hubo apeado de mi vehículo se volteó para enfrentarse a mí por mi ventana, y yo creí que me iba a ofrecer su mano en señal de gratitud, pero no, no lo hizo. Solo se detuvo, me miró fijo a los ojos y de nuevo, sin mover los labios, en mi cerebro le oí claramente decirme.

 

-Esa carga de juguetes y adornos de papel de lindos coloridos que lleváis ahí atrás, va a dar un poco de alegría pasajera a chicos y grandes durante tres dias...

 

-Así parece ser... traté de decir... pero me cortó sin detenerse.

 

-Pero el traerme a mí hasta aquí a pesar del estado de mis ropas, el recogerme en el camino a pesar de haber sufrido alguna vez la maldad por servir a tus semejantes, constituye el regalo mejor que me han hecho en esta Navidad... Y se alejó antes que yo responder palabra alguna pudiera.

 

Y llegada la noche de Navidad, esa noche en que, sentados a la mesa, mi familia y yo nos disponíamos a compartir esos manjares que hasta los más pobres de la tierra tratamos de compartir en honor a la bondad, nuestras vidas comenzaron a cambiar. No sé por qué razón, yo que nunca les cuento a mis hijos las peripecias de mi trabajo de chofer de camiones grandes que recorren el pais transportando varios tipos de mercancías, comencé a contarles el encuentro con este pobre mendigo harapiento que no tenía mal olor... -Pero, por dios, algún olor tendría, papá, ¿no?

 

El olor de los turrones, cerdo, pavo y vino, de pronto se tornó en mirra e incienso, y todos lo notaron... Mi esposa algo asustada propuso, vamos recemos un "Padre Nuestro".

 

Y de pronto, sin que nadie le quitara el cerrojo, la puerta se abrió de par en par y por ella penetraron unos seres angelicales cargados de instrumentos, liras, harpas, violines...

 

Millares de luciérnagas flotaron sobre nuestras sorprendidas frentes y en medio de una melodía que elevaba nuestros espíritus al no sé dónde, el pobre mendigo tomando una copa de vino de la mano de mi hija menor, que se la ofrecía, nos dijo pausadamente:

 

-Mientras haya en la tierra un hombre de buena voluntad, yo estaré con vosotros. Y de pronto las luces todas se apagaron por un instante.

 

Luego, al volver la luz, la puerta estaba cerrada, allí solo estábamos los miembros de la familia, confundidos pero de algún modo serenos.

 

Y en el centro de la mesa, en lugar de una serie de oropeles comerciales con que hace apenas un instante teníamos decorada la cena, había sentado un crucifijo pequeño, pero tosco, como hecho por la mano de un artesano sin herramientas filosas. Y en el diminuto pedestal de este había tallada una palabra breve, pero significativa: "¡Luz!"

 

Nuestras manos encadenadas alrededor de la mesa, y nuestras cabezas bajas humildemente pronunciamos a coro.

 

 ¡Amén!

 

 

Gilberto Rodríguez

Miami-Fla..USA

2009-12-18

 

 

 

xxxxxxxx

 


REPARANDO EN HONG KONG 1973



 

REPARANDO EN HONG KONG 1973




Razones sobraron para condenarnos por tan mala suerte, existieron países considerados cárceles por los marinos cubanos y Corea del Norte era uno de ellos. Casi idénticos lo fueron la China de Mao Tse Tung y Albania, los restantes con banderas “socialistas” resultaron algo tolerables. La culminación o medalla de oro colgada en el pecho de cualquier desgraciado, lo constituía un viaje a cualquier país en guerra. Luego, cuando pasabas por la oficina del Sobrecargo al finalizar el viaje, el sobre con tus salarios acumulados no registraba aumento alguno por los riesgos sufridos. Mucho peor, jugaban con nuestras vidas sin estar cubiertos por ningún “Seguro”. Morías y ya, no se le debía explicación a nadie, el Estado era dueño de tu vida y podía disponer de ella cuando le viniera en ganas. Un diplomita o una medallita de aluminio pintada era suficiente para compensar a tu familia por su pérdida. No se debe olvidar la teoría de los estímulos “morales” empujados por esos delincuentes que se mantienen en el poder desde aquellos años. Aun así y a pesar de tantas desgracias sufridas, hoy podemos considerarnos unos privilegiados. Estuvimos en el lugar y hora exacta donde ocurrieron eventos trascendentales para la historia. No necesitamos acudir a la imaginación o al auxilio de libros escritos con una historia manipulada. Nosotros fuimos parte de esa historia en su estado más puro.

 

Así un día y luego de finalizar las reparaciones en Hong Kong, recibimos la orden de proceder hacia el puerto de Hungnam en Corea del Norte. El cambio era dramático, trágico, violento, fue como tratar de apagar al sol y encender la oscuridad. Sin embargo, muy joven todavía y ávido de experiencias, no rechacé la idea de enfrentar lo que se nos venía encima. ¡Proa a Corea del Norte! Casi grité como un tonto.

 

Habíamos pasado más de un mes reparando en Hong Kong y un pequeño grupo de jóvenes, nos propusimos dividir nuestras miserias para disfrutar de la playa los fines de semana. Ganábamos solamente $5.00 dólares semanales y nos alcanzó el sacrificio para esas frivolidades. ¡Oh! Tampoco íbamos a pasar hambre en la playa, allí la vida era tan barata que nos alcanzaba lo ahorrado para pagar el bus y luego comernos alguna bobería con dos cervezas. No alcanzaba para más, pero era suficiente para escapar del ya viciado ambiente que se iba imponiendo en los barcos. Yo iba ocupando la plaza de Tercer Oficial y una de las secretarías de la UJC, no recuerdo cuál de ellas. Tampoco era muy grande aquel grupo con un líder espontaneo muy jodedor, un engrasador llamado Bienvenido Díaz Mesa. Años más tarde lo vi de Sobrecargo, no sé si al final de su carrera se escachó. Seríamos unos cinco en total y es una pena que no recuerde el nombre de los otros, creo que otro engrasador de apellido Morejón y un Segundo Electricista de apellido Viamonte, un flaquito blanco de pelo rizado y buena gente fueron parte del equipo, se nos sumaría también el Telegrafista de apellido Platt. Llevaba más de dos años en el buque al que llegó como Agregado de Telegrafía, Garbey tomó vacaciones y lo dejó ocupando la plaza, quizás por el cariño que le profesaba. Platt era un muchacho espigado muy noble y sociable, la tripulación le perdonaba los disparates que escribía en los mensajes, como aquel donde una esposa le dice a un marinero que le “iba a mandar al niño”. El cambio del dólar hongkonés se encontraba a $5.00 por cada americano y nosotros separábamos $15.00 hongkoneses para ir a la playa, nos alcanzaba cómodamente y los días de lluvias desviábamos el dinero a la pacotilla.

 

¡Gozábamos, no digo, yo! Viajamos en aquellas guaguas inglesas de dos pisos y el trayecto final era de terror. Siempre montábamos en el piso superior para liberar un poco de adrenalina, imaginen aquella guagua bajando una montaña con precipicios a ambos lados de la estrecha carretera, la playa se encontraba justo al final de aquella peligrosa pendiente. ¡Oye, el que tuviera floja la zapatilla se cagaba! ¡La Farola era niña de teta al lado de aquella peligrosa pendiente! Valía la pena, no digo yo. El precio era caro por los sustos que se vivían, pero una vez en el llano, no pueden imaginar la cantidad de chinitas hermosas que nos desorbitaban los ojos. ¡Nada que ver con las chinitas de Mao Tse Tung! Pobrecitas las chinitas comunistas, algunas de ellas trabajan hoy en las bodeguitas que han comprado los narritas en Montreal. Yo les digo que estuve en China cuando la Revolución Cultural y se hacen las tontas. Acá tengo a una vecina muy sociable que nació y vivió en Shanghái hasta que vino para acá.

 

La reparación en Hong Kong fue una experiencia única, especial, nunca volví a ver algo que se aproximara a lo que resultaba una verdadera curiosidad. Diariamente se formaba una larga cola de trabajadores eventuales a la entrada del dique, cada uno de aquellos seres tenían una bolsita colgando de uno de sus hombros. Dentro de aquellos rústicos saquitos cargaban sus meriendas y las herramientas de trabajo. O sea, una piqueta, rasqueta, espejuelos contra impactos y un cepillo de alambre, no eran todos los que trabajaban con guantes y no se debía al costo de estos, que eran bien baratos. El primer día de trabajo y cuando menos lo esperaba, fueron armando una especie de andamios con bambú desde el piso del dique hasta la cubrir toda la obra viva del casco. Así se le llama a esa parte del casco que tiene contacto con el mar, o sea, la que ustedes ven de la línea de flotación hacia abajo. (Debo hacer esta aclaración para todos esos amigos que leen nuestras cosas sobre el mar y no son marinos).

 

Tampoco comprendí mucho el objetivo perseguido con aquel andamio (amarrado con fibras vegetal donde se unían las cañabravas), yo había participado en una reparación en Bilbao y no recordaba un espectáculo similar. ¿Qué les cuento? Una vez armado aquel andamio que le daba la vuelta a nuestra nave, les estoy hablando de un buque con una eslora de 156.9 metros, daba la impresión de estar ante un buque encerrado en una trampa de bambú. Como si escucharan el silbato de arrancada en cualquier carrera, aquellas decenas de chinos fueron trepando con asombrosa agilidad dentro de aquel enjambre de varas de cañabrava hasta la altura de la línea de flotación. Solo un minuto después, el tableteo de aquellas piquetas sobre las zonas oxidadas del casco era insoportable y ensordecedor. Ruido que aumentaba por el eco producido dentro de las bodegas vacías de la nave. En cualquier país desarrollado del mundo y hasta en países sin ese nivel, como en Cuba misma, la limpieza del caso se realizaba con chorros de arena o agua a presión. Debe suponerse entonces que el costo de esa actividad realizada por decenas de hombres haya tenido que ser más barata. Algo que no me detuve en observar fue, si ese mismo método lo emplearían en la limpieza aplicada al fondo del casco.

 

En aquellos tiempos la relación de las reparaciones a realizar se compartían entre la oficialidad y a mí, por solo citar un ejemplo, me tocó supervisar la limpieza y pintura de las cajas de cadenas y la sustitución del extintor fijo de espuma contra incendio de la caldera. En las tardes nuestro entretenimiento favorito, si estábamos de guardia, era sentarnos para ver despegar los aviones de pasajeros. La pista antigua se encontraba dentro de la bahía, aterrizajes y despegues eran algo complicados para aviones de la envergadura de los Jumbos Boeing 747, toda una atracción. Si no estábamos de guardia tomábamos el tranvía en sentido contrario a la dirección de la playa hasta el final de su recorrido y nos pasábamos parte de la noche en una inmensa plaza, donde se vendía de todo a precios increíblemente baratos. El precio del tranvía era moneda fraccionaria del dólar hongkonés y podíamos darnos el lujo de pasear hasta esa concurrida plaza repleta de bellas chicas. Creo que Hong Kong fue el sitio más barato visitado por nuestras naves, allí se compraban discos de acetato de larga duración por el precio de $5.00 dólares hongkoneses, eran indudablemente falsificados. Es que casi todo lo que se vendía en ese país eran productos de dudoso origen, todo, ropa, zapatos, efectos eléctricos (no recomendados porque eran de 220 volts y 50 ciclos), etc. Recuerdo que un día fui con un par de mocasines españoles de color blanco bellísimos a una tienda a comprarme un par de zapatos y el propietario me pidió permiso para tomarle fotos, la finalidad deben suponerla.

 



En aquellos tiempos las asignaciones de dinero para comida, materiales, reparaciones, ropa de invierno, etc., satisfacían las demandas de los buques y la oficialidad robaba menos que solo dos años más tarde. Casi siempre quedaban satisfechos con las comisiones que les ofrecían que incluían cenas, equipos eléctricos, dinero, bebidas, etc. Un poquitico, solo un poquitico despues, el representante de Navegacion Mambisa en Tokio (Representación encargada de atender toda esa área de Asia), pues esa carpeta fue ocupada por el Gallego Meléndez y desde entonces todas las mascadas correspondientes a esas “ilegales” comisiones, dejaron de llegar al barco. El tipo se daba la puñalada desde tierra y jodía a todo el mundo, no se podía hacer ningún tipo de reclamación. Eso dio origen a nuevos estilos delictivos por parte del mando de nuestras naves, el difunto infiltrado en la CIA tuvo que haber tumbado buena cantidad de plata, ya lo dijo un viejo refrán; “No hay peor astilla que la del mismo palo”. En los tiempos de esta reparación a bordo del buque “Jiguaní” en Hong Kong, el representante de Mambisa en Tokio era “Mister Poveda”, el padre del cantante.

 

En la medida que pintaban el casco, cerraban las reparaciones en máquinas y se aceptaban como finalizadas todas las correspondientes a cubierta y cámara, en esa misma medida nos acercaríamos al infierno comunista de Kim Il Sung. Hong Kong me aportó buena experiencia para mi futuro desempeño como Primer Oficial, las medidas de seguridad eran pésimas y vivíamos sobresaltados, ya un barco gemelo al nuestro, me refiero al “Jigüe”, había sufrido un incendio con tres muertos dentro del cuarto de máquinas.

 

-Proa y popa, aquí el puente. Larguen todos los cabos, popa avisa cuando este libre la propela. Fue la voz del Primer Oficial Luis R. del Valle.

 

-¡Recibido en proa! Fue la voz del Alférez Torpedo (Fernando Miyares Gutiérrez).

 

-¡Recibido en Popa! Fue mi voz… ¡Libre la propela!

 

-Popa, envía personal para recoger la escala del Práctico y arranchar la escala real.

 

-Puente, popa. Enviando al personal para recoger la escala del Práctico y arranchando la escala real.

 

-Proa, puente que te llama.

 

-Adelante puente, aquí la proa.

 

-Proa, continua con el contramaestre en la proa unos minutos más y envía al personal a poner al buque a son de mar.

 

-Recibido puente, poniendo al buque a son de mar.

 

-Proa, puente. Retira maniobra. Proa y popa, quedamos libre.

 

-¡Libre en proa!

 

-¡Libre en Popa!

 

………

 

-Popa, puente. ¡Coloca la escala del Práctico por babor a un metro sobre el agua! Escuché por el walky-talky, habían transcurrido ocho días desde nuestra salida, el paisaje era desolador, triste, sucio. En la lancha del Práctico viajaba un pariente con un AKM, supongo sea un miembro de guarda fronteras con una cara de perro rabioso como los que vi en Caimanera. El Práctico subió acompañado por otro tipo que debió ser un Comisario Político, la lancha tenía atornillada la figura de un caballo alado, después me enteré de que era el “Caballo de Chullima”. No existía espacio a las dudas, acabábamos de arribar al infierno.

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2024-03-26

 

 

xxxxxxxx

 

lunes, 25 de marzo de 2024

AMANECE Y LLUEVE. Singladura Nr.16



 

AMANECE Y LLUEVE.

 

Singladura Nr.16




 

Mis rosas estaban asustadas, no tenían abrigos de lana. Unas largas espigas de color violeta crecieron sin el mayor esfuerzo durante estos días de preocupación para los calenturientos. En la casa un frío húmedo y en la pantalla España, Canada, mis nietas en Kentucky tienen altas colecciones de nieves. Skipper y yo hablamos de los Polos diversos... De Bilbao, una maravillosa criollita que nació pocas semanas antes de la debacle en Sagua. Me envía asombrada un video con varios de los témpanos de hielo con rayas y colores del sur y un hermano me provoca dolor al enviarles cartas a sus amadas hijas.

 

¿Qué importan los dolores de mis huesos?, el mundo vibra. Mi esposa no puede sacar su perrita a caminar, está obscuro y llueve haraganamente un poquito. El sol duerme por algún punto del Atlántico, la luz del poste de la esquina remolonea, espera al borracho que se le recueste... no sabe la infeliz que por estos contornos no hay ni un solo bar de marineros tristes.

 

Dentro de unos minutos la casa es un tumultuoso correcorre de nietos e hijos preparándose para ir a sus respectivas escuelas. Desayunos que se preparan, carteras, libros, maletas, coches, miro al reloj con su gigantesco péndulo achinado. ¡Gong, gong, gong!... Interminable, melódico, amigo.

 

¡Cuántos amaneceres!

 

Las esperanzas de unos, memorias de otros y la tensión de todos. Este es un país de tensiones. ¡Mentira es que hay libertad aquí! Somos todos unos simples prisioneros de cristal, tal vez de silicón... Prisa, preocupaciones, ansiedades, relojes por millares que no nos ríen, sino que nos impelen como catapultas. Páginas que pasan ante nuestros adoloridos y semi cerrados ojos en caravana sin audiencia; "To Do Today", Agenda, Garage, training, chequera...

 

-¡Péinate, muchacho, tienes ese pelo que pareces un...!

 

-Mamá, pero se me perdió el peine, no sé, tal vez lo dejé en...

 

-Descuidado, y yo no sé dónde está el mío tampoco... ¡Bueno, dale así mismo! Vamos, vamos, que nos coge tarde...

 

-No se dice, coge, mamá… Dice Juanita que en su país eso es una mala palabra...

 

-Bueno, yo no estoy en el país de Juanita... Anda, vamos. Y el sol sigue contoneándose con alguna sirena por allá por el medio del mar. Se le olvidó su itinerario.

 

-¡Uff! Yo detesto a las gentes que no son puntuales. Hay que producir y la electricidad está muy cara... Yo no sé qué hacen los políticos estos que no le paran la mano a...

 

-¡Vamos, muchachos! ¡Bye, honey! ¡Bye, Mom! ¡Kiss! ¡Muahh!

 

El teclado me duele, el hombro también me duele... ¡Bah! Es un nuevo día… Amanece un nuevo día. Y allí a la distancia, estás tú. ¿Cómo eres? No importa, ahorita apareces por encima de los árboles del barrio. Luz… Luz. Se apartan las sombras...

 

Quiero tenerte en mis brazos, pero te me escapas riendo. No conozco tu misterio. Eres luz, calor, amistad, vida. Y te pasas por mi calle sonriente y zalamera la mirada. Tentadora boca que besa sin tocar, luz de la aurora. Poema aún por escribir… Amanecer… Y la lluvia continúa indolente. ¿Por qué mi prisa? ¿Quién me espera?

 

Sentado a la orilla del camino contemplo la caravana de los sueños que pasan, pasan, pasan y no cesan de pasar... van, parece, al encuentro de la señora realidad que serena espera sin mirar.

 

¡Ábreme tus brazos, mira en mis cansados ojos! ¡Oh, no, mejor no me miras! Sal y alumbra a los cisnes que nadan allí en la quebrada y deja que yo los mire desde mi balcón chirriante de maderos desgastados. Está emblanquecido por los avatares del tiempo, por las quemaduras de tus rayos, amigo, pero me sostiene, es mi amigo, es el puente aéreo de mis contemplaciones frívolas e ideas infantiles de tiempos idos ya, que se niegan al entrar en el templo de los olvidados y nadan junto a los cisnes en la superficie de esas aguas apresadas... que nada en mi entorno es libre... o tal vez solo tú. Sol que no acabas de aparecer.

 

Sigue la lluvia y más luces aparecen por el camino sin que sean de luciérnagas ni del centellear de las aguas del mar. Son las almas esclavas de su propia creación que arrancan sus motores alejándose de sus almas para servir al metal tronchante de vidas a granel… Cierro los ojos un momento… No, no es que vuelvo a dormir, solo cierro la puerta de mi vida a la realidad que vibra y exalta los cuerpos, pero no alivia las penas ni inspira el cerebro… Solo vibra…Vibra como los motores de los coches que arrancan camino de las maquinarias que ahora retronarán sin rumbo, pero enlatados...

 

Amanece y la perrita quiere salir. ¿Qué le importa a una perrita la lluvia? Los perros no estudian medicina, no saben de neumonías... ellos tienen sus horas marcadas. Nosotros los humanos, no… Nosotros flotamos, el reloj es la ola que se encarga de empujarnos hacia las espinas del cactus en la playa.

 

Amanece y no sale el sol. No, no es mi día final, es la lluvia copiosa que viene alegrando mi rosal. La mata de jazmín rompe a florecer hoy. Lo sé, ayer le di un beso, estaba fría.





Gilberto Rodríguez.

Miami-Fla..USA

2010-02-16

 

 

 

xxxxxxxxxxx

 

domingo, 24 de marzo de 2024

EL CIELO ME LA ENVIÓ Singladura Nr.15



 

EL CIELO ME LA ENVIÓ

Singladura Nr.15




Ya me había encargado yo de escribir un poema anunciando mi amor sin paredes. “Te amo cual eres” se titulaba el poema y en sus versos anunciaba a las nubes que la amaba sin penas ni formas. ¡Ya la amaba! Yo creo que ella me amaba también, sin jamás unos ojos mirar ni una piel. Me paré en la acera y miraba acucioso en su pos.

 

Una voz que de cerca me resuena al oído, yo escucho, yo la esperaba sin saber quién era. Ni siquiera me hacia una idea de cómo luciría.


-¿Espera usted a alguien?

 

Me brotó una sonrisa del alma y sin pena ni asombro la besé en los labios con candor y alma. Reímos… Bebimos una copa de vino y charlamos cual viejos camaradas. Ya nos conocíamos, decía que nos viera, pero no, ni siquiera observarnos el uno al otro. No estábamos allí sentados frente a frente, las copas reían, los versos se hacían pocos y las pupilas se cruzaron al fin.

 

-Me gustas cual eres.

 

-Yo no estaba segura de sí te iba a gustar o no.


-Yo no lo pensé, no lo necesitaba. Te amo así.


-Difícil fue separarnos luego de media hora allí.

 

-Y nació este amor... O, tal vez debo decir, miramos a nuestro entorno y vimos los ojos de lo que hacía tiempos ya, era nuestro amor.


Se unieron las alas de las gaviotas al viento que pasaba, dando aliento a las flores que surgían en nuestros caminos. Caminamos un trecho. Nos amamos.


Se fundieron los mares y el cielo, allá en la comba lejana azul y verde en los horizontes.

 

Y de ahí comienza un idilio de libélulas que cantan por vez primera en la vida, flores que surgen solo cuando la ven en mis brazos, corazones que se alborozan al verla pasar de mi brazo y ángeles que cantan plegarías al cielo porque ha nacido este amor.

 

Los inviernos no son ya tan fríos. Los veranos no son tan calientes, la brisa refresca mi lecho, entre rosas y azucenas, orquídeas, clavo, jazmín.

 

Un día, acurrucadita en mis brazos miraba a la distancia, mientras revolvía una espiguita de yerba con los dedos entre sus labios.

 

-¿Qué sueñas?

 

-Sueño desde siempre con este sueño.

 

-Cuéntame, ¿quieres?

 

-Te cuento… Siempre sueño con un palacio de mármol blanco, donde a la entrada hay un banco también del blanco material. Me veo sentada en ese banco. Mientras que por la verdeante distancia se encuentra el camino, todo reluciente en el verde más puro. Las sutiles madejas del viento se destrenzan al llegar hasta mí. Detrás mío están las puertas del palacio o templo de la virtud. Tal vez un día me abran las puertas y un ser espiritual me invite al interior. Tal vez…

 

Muchas veces más o menos en esto es que piensa y recuerda mi amor. Y una vez.


No sé porque las cosas suceden así, las cosas de Dios y del amor son cosas ciertas, pero a veces el ojo del hombre no entiende las señales. Me dijo que había soñado, aunque no estaba dormida. Curiosa la vida de este amor nuestro, lo mismo soñé yo esa noche. Estábamos mirando a dios en nuestra esquina y vimos que ya habíamos estado junto a él en varias ocasiones anteriores. ¿Pero cómo, Señor?

 

-Demoré en unirlos porque me quedé dormido. Ustedes dos se pertenecen desde muchas vidas que ya fueron, y mañana al salir de esta vida nuevamente, los quiero juntos para siempre sin cesar. Si me duermo me despiertan y griten si es que hacerlo se hace necesario: ustedes dos se han de amar para la eternidad.

Humildes nuestros espíritus, pero alegres nuestras almas, bajamos del altar hasta la plaza.

Unas sombras se acercaban, era noche.

Un relámpago brotó del firmamento y el cielo lleno de luces se abrió al camino de la eternidad.

 

Un corcel de mil campanillas nos llevaba, tirando de la barra de aquel coche y en el camino eterno de los cielos. De pronto, un ángel del coche nos levantó y flotando como espuma de nubes, ya que flotando nos fuimos por los eternos caminos del eterno, donde no había envidias, velos, ni dolores.

 

Me contaba ella y recordaba yo. Lejos el uno del otro, había soñado eso mismo. La tomé en mis brazos, la acaricié un momento y luego la miré a los ojos… Lloraba. Era feliz porque ella cree en su Dios. Nunca más, amor, nos separaremos. Tantas veces ya fuimos los amantes de otras vidas que esta vez hemos pagado con distancias y ajenos al dolor de haber sido tan felices en un mundo de cristal. Nos juramos nuevamente amor eterno. Lo juramos ante Dios y ante las horas.

 

Y han pasado misteriosos de envidia unos días, hay quienes han querido este amor destruir, pero el cielo en su eterna bondad no selló con la sangre de oro, y con el cuño de su santa bondad, Dios nos dijo que somos eternos amantes, en esta vida, en la próxima como en nuestra anterior y las muchas que vienen detrás. Así es nuestro amor.

 

Ahora un ángel divino en su mano, la trompeta que anuncia el señor, toca a vuelo de tambor y campanas, la venida hasta el mundo del cielo la bendición de este amor que comienza en un beso a sabiendas muy bien que la amaba sin que abriera mis ojos a ver.

 

La amo, nos amamos, y solo en el cielo vivimos.

 

 

 

Gilberto Rodríguez

Miami-Fla..USA

2010-10-09

 

 

xxxxxxxxx

 

sábado, 23 de marzo de 2024

ODA A MI CAPITÁN.. Homenaje a mi padre, el Capitán Feliberto Abreu




ODA A MI CAPITÁN

 


Homenaje a mi padre, el Capitán Feliberto Abreu


Pocas cosas extraño del lugar donde nací, creo que ese desarraigo se deba al salitre que corre por mis venas, me debo al mar por herencia. No hay marino que permanezca amarrado eternamente en el mismo muelle, debe partir y cruzar mares, océanos. Detener la nave cuando sus velas convertidas en harapos no sean capaces de atrapar al viento, y es entonces, mientras se encuentre en ese estado de desamparo, cuando debe nacer nuevamente y ofrecer sus débiles fuerzas a Neptuno para salvar su barco. Esas fueron algunas de las lecciones que recibí de mi padre, quien fue Capitán hasta el último suspiro de su vida. Desde muy joven se hizo Patrón de Cabotaje y tripuló lanchas y remolcadores en Caibarién, despues se fue a estudiar a La Habana. El resto de mis escamas se me desarrollaron bajo la celosa mirada de mi abuelo paterno, quien realmente me crio, el fue Patrón de Cabotaje en Caibarién y también se encargó de trasmitirle su tradición de marino a mi hermano Domingo Abreu, quien llegó a graduarse de Capitán. Cuando cerró el puerto de Caibarién se llevaron los remolcadores para Batabanó y allá trabajó en el Luisa y el Aida, dos remolcadores que pertenecieron a Pita&company. Naves que intervinieron cuando los Castros tomaron el poder, entonces mi abuelo trabajó de Batabanó a Isla de la juventud durante muchos años sin tomar vacaciones.


Remolcador " LUISA " de PITA & COMPANY CAIBARIÉN año 1959. Patrón Filiberto Cárate. (MI abuelo-padre) con ese mar y ese barco nos educó y alimento a toda su familia EPD PAPITO MIO, HOMBRE DE MAR☆



En sus tiempos libres y siendo aun niña, mi abuelo me tomaba de la mano y recorríamos toda la costa que rodeaba a nuestro pueblo. Nunca izo caso a las protestas de mi abuela quien alegaba, de acuerdo con las costumbres de su generación, que nosotras las niñas debíamos aprender a coser, bordar, planchar, cocinar, etc. -¡Le estás enseñando cosas de varones! Protestaba mi dulce vieja mientras en mí desaparecía aquella vieja tradición de altos valores morales para las hembritas, pero muy rígidas y algo esclavizantes. Por suerte para mí, siempre se hizo el sordo y poco a poco fui distinguiendo cada especie de peces. Se detenía y hacía énfasis en los peligros que producía comer una picúa ciguata, esa explicación era repetida cada vez que algún pescador nos mostraba sus capturas aun sin extraerlas de su bote. Llegué a conocerlos a todos gracias a las magníficas relaciones que ellos mantenían con mi abuelo y a la familiaridad que existía entre todos los habitantes de pueblos pequeños como el nuestro. Otro día nuestro recorrido se extendía hasta Cayo Conuco y allí debía escuchar con atención todas sus explicaciones sobres las aves migratorias que nos visitaban cada año. Otras veces partíamos en su lancha hasta Cayo Francés y lo notaba disfrutar las explicaciones que me daba sobre aquel viejo barco construido de cemento llamado “San Pascual”, sembrado en las aguas de nuestro Cayo desde 1933…


x


x



Academia de Capacitación Marítima del Río

 

 

1.-Abréu Rodríguez, Filiberto J... Marina Mercante…

Cubierta… Capitán… Reside en Miami... Fallecido.

 

2.-Aguilera Barciela, Eduardo…Marina Mercante…Cubierta

 

3.-Aguilera Fournier, Miguel A….Marina Mercante…Cubierta

 

4.-Arche Flores, Roberto…Marina Mercante…Máquinas

 

5.-Arias Lazcano, Augusto…Marina Mercante…Cubierta

 

6.-Aymeriche…Marina Mercante…Máquinas

 

7.-Brito García, Pedro…Marina Mercante…Cubierta

 

8.-Camacho Mayea, Juan…Marina Mercante…Cubierta

 

9.-Céspedes Arias, Ángel…Marina Mercante…Cubierta

 

10.-Collazo Cepero, Juan…Marina Mercante

 

11.-Concepción, Julio A…Marina Mercante

 

12.-Correa Delgado, Andrés…Marina Mercante…Cubierta

 

13.-Coya Prats, Remigio…Marina Mercante…Cubierta

 

14.-Cuevas González…Marina Mercante…Máquinas

 

15.-Domínguez Márquez, Lázaro…Marina Mercante…Máquinas

 

16.-Dubrocq Pérez, Francisco Javier…Marina Mercante…Cubierta

 

17.-Fabelo Corzo, Nino…Marina Mercante…Cubierta…Reside en Miami…Preso Político

 

18.-Fernández, Ramón…Marina Mercante

 

19.-Ferrer Nodal, Ernesto…Marina Mercante…Cubierta

 

20.-García Alfaro, Héctor…Marina Mercante…Máquinas

 

21.-Gómez, Julio…Marina Mercante…Cubierta

 

22.-Hernández Rodríguez, Alejandro…Marina Mercante…Máquinas

 

23.-Lesmes Manresa, Domingo…Marina Mercante…Cubierta

 

24.-Maya…Marina Mercante…Máquinas

 

25.-Mesa Alfonso, Rubén Darío…Marina Mercante…Cubierta

 

26.-Milanés Cortina, Fidel…MGR…1960-1962…Reside en Cuba

 

27.-Milán Quesada, Ramón…Marina Mercante…Cubierta

 

28.-Montenegro, (Fuchun)…Marina Mercante…Cubierta

 

29.-Morales Corzo, Osvaldo…Marina Mercante…Máquinas

 

30.-Novoa…Marina Mercante…Máquinas

 

31.-Nussa Puig, Juan…Marina Mercante…Cubierta

 

32.-Parejo Santoa, José A…Marina Mercante…Cubierta

 

33.-Pérez Grinup, Fermín…Marina Mercante…Cubierta

 

34.-Pérez Miranda, Ramón…Marina Mercante…Cubierta

 

35.-Regalado, José A…Marina Mercante…Cubierta…Capitán…Reside en México…Preso Político

 

36.-Rodríguez Banard, Guillermo Fremiót…Marina Mercante…Cubierta

 

37.-Rodríguez Cruz, Antonio…Marina Mercante…Máquinas

 

38.-Rodríguez Pujol, Roberto…Marina Mercante…Cubierta

 

39.-Romero Carmenate, Jesús…Marina Mercante…Cubierta

 

40.-Seijido, Francisco…Marina Mercante…Máquinas

 

41.-Tapia Dorticós, José…Marina Mercante…Máquinas

 

42.-Torres García, José…Marina Mercante…Cubierta

 

43.-Tuzzio Polo, Juan…Marina Mercante…Cubierta

 

44.-Valle, Lázaro Blas…Marina Mercante…Cubierta


x


Además de haberse graduado como Patrón de Cabotaje mientras vivía en su viejo Caibarién, según nos ha manifestado su hija Zoila y aunque no existe una fecha oficial, puede tomarse como punto de partida con carácter internacional, el curso técnico vencido en la llamada "Academia de Capacitación Marítimo de Río" (Localizada en el Río Almendares). Eufemismo, si se quiere, para darle cierto valor académico a una escuela, donde no se exigía los niveles educacionales solicitados y obligatorios para ingresar en la Academia Naval del Mariel. Del grupo comprendido en la única relacion de graduados en esa escuela a principios de la década de los sesenta, algunos demostraron en los barcos poseer suficiente capacidad y talento para ocupar las plazas de Capitán, Jefe de Máquinas, Primer Oficial y Segundo Maquinista. Otros no pudieron vencer la barrera de mediocres o incompetentes que se impusieron y sobrevivieron por entregar su alma a la “revolución”, causando mucho daño a hombres y jóvenes que los superaban en nivel de escolaridad, técnico y cultural. Este no fue el caso de Feliberto Abreu, quien logra llegar a Capitán y algo mas lejos, rodeado del aprecio de sus subordinados.


x



Hay historias que no deben morir, yo estoy haciendo un libro que corresponde a toda la historia de mi familia. Quienes aportaron a nuestra nación hombres convertidos en capitanes, patrones y marineros. Incluiré anécdotas de naufragios donde estuvieron presentes, ellos dejaron constancias en diarios y documentos que conservo.


Muy inteligente mi padre, tengo fotos de él navegando en el barco “El Cairo” por Noruega, Japón, Rotterdam, Alaska. Nunca se detuvo, no conoció la palabra rendirse, su último viaje lo dio con 82 años de Miami a República Dominicana y Honduras. Creo haya sido una odisea, no muchos capitanes navegan hasta esa edad, ni son muchos los Armadores actuales que los contraten.


Yo tengo todos sus títulos, su gorra, todo lo de él. Yo fui al barco cuando le dio el infarto y recogí todo. Aquí en Miami sacó un título en la Universidad de Física y Astronomía. También obtuvo otro título para poder manejar supertanqueros de petróleo.




Unos de esos días le di a mi papá una sorpresita, le construí en su cuarto su mundo de fantasía, le devolví su amor por el mar, él estaba muy feliz y lloró de la emoción. Ambos sabíamos que nos aproximábamos a su última singladura, le decoré su cuarto y le dije que era el camarote del Capitán en su barco. Le puse en su pared una gorra de grumete, la simulación de una portilla en otra pared para que pudiera vigilar al mar y sus olas. Un salvavida en la pared de su cabecera y le dije que; “Cuando estuviera sin fuerzas y se viera ante el peligro de ahogarse, dentro de ese salvavida estaba Dios para que lo salvara siempre… amén. Cerca del salvavidas le coloqué una gaviota en pleno vuelo para que siempre le indicara donde se encontraba la tierra más próxima. La gaviota es símbolo de libertad para los marinos y también de tiempo libre… eterno… para que él pueda disfrutarlo sin preocupaciones. La gaviota es el tótem de los que desean eso, la libertad… tiempo libre para no hacer nada y disfrutar del horizonte lejano. La gaviota es el tótem ideal para los marinos como él, hombres que siempre fueron de espíritus libres, aventureros.  Le recordé hasta el último suspiro la inspiración de su vida y nuestro amor por el mar… 


Aunque su barco ya quedó amarrado en el puerto y sin viento para izar sus velas, él se mantendrá siempre al pairo en las memorias de quienes lo admiraron y quisieron. Fuimos muy felices los tres durante esa travesía hasta los mares de Neptuno, mi madre pudo compartir a su lado aquellas últimas singladuras, hasta que una larga pitada se escuchó poco después para despedirla a ella o fue la bienvenida que le daba mi padre. En medio de aquel gran dolor que traté de ocultar con mis fantasías, yo fui muy feliz y le doy gracias infinitas a Dios por estos momentos. Yo no había vivido nunca a su lado desde niña y el amor que siempre le profesé, fue debido al dulce cultivo que hizo su padre, mi abuelo, dentro de mi corazón... Amén

 

x




Si observamos los años transcurridos desde su graduación en la “Academia de Capacitación Marítima del Río” y la fecha en la que obtuvo el título de “Piloto de Altura” expedido por la Academia Naval del Mariel, muy bien pudieron haber transcurrido unos diez años. Es muy probable, como sucedió posteriormente con los hombres graduados en el “Curso Básico para Oficiales” (F1), se mantuviera navegando y ocupando diferentes plazas como Oficial de Cubierta sin poseer el título oficial que lo acreditara como tal y solo expedido en el Mariel. Una vez con suficiente lucidez, y por qué ¿no?, motivado quizás por algunas manifestaciones de discriminación por parte de una oficialidad graduada en el Mariel, como le sucedió a muchos, decidiera subir la empinada loma de La Vigía para equilibrar aquellas molestas diferencias. Luego y como se puede apreciar en las fechas existentes entre los títulos de Piloto de Altura-Primer Oficial-Capitán, su carrera ascendente ocurrió sin muchas dificultades, lo cual pone de manifiesto que existieron hombres inteligentes que no estuvieron en aquella loma como guardiamarinas y fueron muy competentes a bordo de nuestras naves. Años mas tarde Feliberto, una vez en el exilio, no se detuvo y convalidó sus títulos, obteniendo otros que le facilitarían su desempeño como Capitán en diferentes compañías.


      
El Capitán Feliberto Abreu y a su espalda uno de los tres buques suecos.

Muy buenos días, Esteban, muchas bendiciones. No le había contestado porque estaba hurgando en el cajón de recuerdos de mi padre. Buscaba sus fotografías, yo tengo hasta su camisa y su gorra de marino. No imaginas cuán difícil se me hace esto, su recuerdo me patea en lo más profundo de mi ser, aunque mi padre no me crio. Me criaron sus padres, honor y respeto para ellos. Yo adoraba a mi padre, lo considero un hombre guapo y super inteligente. Yo a veces me digo, no lo juzgo y pienso mucho por los malos momentos que debe de haber pasado en esos mares. Mi padre viajó a Japón, Alaska, Rusia, Noruega, Holanda y otras decenas de países y tantos mares como todos ustedes. Me contó una que en ese año la bautizaron como “La Tormenta del Siglo", creo que ocurrió en 1993. Azotó con furia la costa del golfo de Florida el viernes 12 de marzo de 1993, esa tormenta lo sorprendió navegando en el Océano Atlántico. Me dijo que vio olas de 29 pies de altura, algo que era como una bestia, él iba rumbo a Canadá cargado con semillas de papa, dice que fue la tormenta más grande que quedó grabada en su mente.

Yo tengo miles de cosas de él guardadas, escritos de navegación, rumbos trazados en cartas náuticas y libros. Son mis más hermosos y preciados recuerdos...




¿Y cómo le hago para no extrañar todo esto? ¿Cómo hago para que mi corazón no llore y asimile estos golpes duros de la vida en tan poco tiempo? Mi alma llora Jehová, ampárame y dame fuerzas… Amén. En este mundo de pérdidas de pertenencia, desamor, llantos de falsas respuestas, de poco cariño, de poca importancia. Mi familia no será el pañuelo que seque mis lágrimas, pero saber de tenerlos acaricia mi alma. Es mi casa, cuando están es el lugar que me arropa, el que huele a su infancia y su madurez, crecimiento, aprendizaje y dolor, desavenencias. Solo en sus abrazos y en sus besos encuentro todas las respuestas a mis inseguridades. ¿Por qué, cómo y dónde?... La familia es el calor con el que se forjan mis valores cada día y con el que se moldea mi sentir. Mi amada familia, ellos son los que huelen a todo aquello que es indescriptible. A ellos les pertenece todo aquello que no se puede contar y una vez existió. A ellos les debo mis más preciados secretos, mis mayores alegrías, mis canas, mis desvelos, mis lágrimas y mis mejores sonrisas. Siempre dispuestos a seguirlos Padres, aún por diferentes veredas, sendas que se apartan y conducen a su propio fin. Donde cada uno escoge el viaje, la ciudad, el paraje, sus actitudes, sus vidas. Y es que la familia uno no la escoge, ellos son un regalo de Dios para ti y para mí, mis padres formaron parte de ese escenario. DIOS bendiga por siempre a nuestras familias… AMÉN




ODA A MI CAPITÁN

 

¿Adónde vas, marinero, por las calles de la tierra? 

¡Ve por las calles del mar! Son las que te alimentan.

Naveguemos los dos juntos por el mar de nuestra tierra, quiero ir contigo, Capitán mío. Volar a tu lado en un barquito tirado por un cangrejito encantado, aquellos de la tierra mía. ¡Que alegría bogar sobre este mar de fantasías, tirados también por alegres caballitos y adornada nuestra derrota por fragantes sargazos, mientras flotamos en nuestra estrepada sobre la manta de espuma, alborotada cuando nuestra proa corta la mar como si fuera una gelatina! ¡Algas frescas, algas, algas frescas! Grita una gaviota cuando sobrevuela nuestra nave, la que siempre comandaste. Se escucha el eco de un coro integrado por sirenas.






AL CAPITÁN FELIBERTO J. ABREU Y RODRÍGUEZ en el día de su cumpleaños. De su hija Abreu Zoila

Enero /07/2018

Miami Florida.

 

 

.

 

 

Zoila Abreu-Esteban Casañas

Miami-Fla..USA-Montreal..Canadá

2024-03-22



 

 

xxxxxxxxxx