lunes, 21 de agosto de 2023

ALAS CUBANAS SOBRE EL CONTINENTE AMERICANO.


 

ALAS CUBANAS SOBRE EL CONTINENTE AMERICANO.



 

No por gusto la “Historia de Cuba” se convirtió en una de las primeras víctimas del régimen cubano a partir de 1959. Ella nos permite comprender el presente a través de estudios sobre el pasado que nos ofrece y de esa manera poder corregir el rumbo hacia el futuro.

 

No demoraron mucho en atacarla, existe una necesidad imperiosa en los regímenes totalitarios de anular inmediatamente la memoria individual y colectiva. “Todo tiempo anterior fue peor”, repetirán hasta el cansancio y esa manipulación será recibida sin resistencia por quienes tienen borrada la memoria, gentes carentes de historia. Incómodo resulta saber al paso de los años que, fuiste usado de niño con ese propósito. Solo les pido humildemente que revisen mentalmente cualquiera de las páginas de aquel “Manual del Afabetizador” para que me comprendan, tampoco olviden que corría el año 1961 cuando la “campaña de alfabetización”. Habían transcurrido solamente dos años de la llegada al poder de ese régimen macabro y la historia comenzaba a ser fusilada como los miles de cubanos asesinados a lo largo de toda la isla, sangre y letras anegaban nuestra tierra ante el silencio del mundo. Recuerdo mi indignación cuando vi el film titulado “El Brigadista”, fue una sucia continuidad de aquel “Manual del Alfabetizador” mencionado, esta vez mucho mas grueso, conteniendo agotadoras manipulaciones y mentiras. La imagen adulterada de un brigadista con una inflada ideología y sentimientos patrióticos que no se corresponden con el pensamiento aventurero de aquellos jóvenes de los que formé parte siendo apenas un niño de 11 años. Nada los ha detenido en esa sucia labor por borrar nuestra historia y acuden a cualquier ridícula maniobra para lograrlo hasta el día de hoy. Si indignación me provocó aquella película aplaudida por muchos ignorantes y canallas, ver el video de un programa transmitido por la televisión cubana donde un supuesto “historiador” hablara sin vergüenza de aquellos submarinos alemanes llegando a las costas cubanas para abastecerse de petróleo, creo sea la culminación de cualquier aberrante intención por manipular la historia o borrar la verdadera. Lo lamentable de esa situación no es que un supuesto historiador se haya prestado a cometer esa infamia, igual de detestable me resultó encontrar esta burda estupidez compartida a toda una nación en la página de otro “historiador” cubano.

 

He leído a muy pocos historiadores post 1959 cubanos y cuando lo hice, fue con mucho recelo o desconfianza, realmente no creo en ninguno de ellos. Nuestra historia ha sido prostituida en casi todas las épocas vividas, tal parece sea una enfermedad crónica o endémica de nuestra isla. Es preferible acudir a las páginas escritas por sus protagonistas y no todos son válidos, también contamos con hábiles manipuladores y debe prestarse atención a lo que se lee. No es leer por hacerlo, consumir nuestros productos es mucho mas exigente, se requiere estudiarlo y buscar información alterna. Me atrae la historia y ver el anuncio de este libro que trataba de un tema tan importante y desconocido por mí, me obligó a encargarlo inmediatamente por Amazon. Por suerte no está escrito por historiador alguno, es el resultado de todo el esfuerzo y estudios realizado por una nieta con el sano propósito de regalarle a su abuelo el mérito desvanecido u olvidado intencionalmente con el paso de los años. No es un libro voluminoso, creo mas bien que nos deja con el deseo de extender mas esa historia, cuando llegas al final lo haces con la sensación de haber consumido una paletica de helado, te deja un agradable sabor en la boca y el deseo de continuar.

 

Indudablemente estamos ante una hazaña sin par para los tiempos que corrían, debemos regresar y embarcar en aquella pequeña avioneta. No pudo ser sencillo volar por encima de todo un continente con una barrera tan peligrosa como la Cordillera de los Andes. Debe incluirse los riesgos que se asumían y la pobre tecnología disponible para esa misión, es entonces cuando entiendes estar en presencia de tres hombres muy valientes, quienes merecen ser recordados por siempre. Cuando me sumerjo en la lectura de ese libro que nos ofrece Raquel Carreras Rivery y que constituye un “Manual de Valentía”, te remontas obligatoriamente a los barcos que existieron en la misma fecha y encuentras a seres similares a su abuelo. No deja espacio a las dudas la capacidad de aquellos seres y la aplicación de sus conocimientos a las aventuras que enfrentaban. Tanto en el mar como en el cielo, las experiencias y conocimientos de aquellos seres eran un factor determinante en el éxito de sus desafíos. Su abuelo fue un hombre exquisitamente preparado cultural y técnicamente, nuestra flota contó con personas como él por los que sentí mucha admiración y respeto. Luego, bueno, ya ustedes conocen esta otra parte de nuestra historia, la incondicionalidad al régimen suplantó a la inteligencia y los resultados son visibles.

 

Durante un año fui profesor en la Academia Naval del Mariel y no recuerdo haber escuchado el nombre de este ilustre cubano, menos aun de aquella hazaña que realizó junto a otros dos compatriotas nuestros. “NUNCA” -en ese año- cayó en mis manos bibliografía alguna que fuera de su autoría, como nunca se les habló a los guardiamarinas de su existencia en mi presencia. Sin embargo, era obligatorio escuchar aquel odioso programa de radio que trasmitían a la 01:00 Pm titulado “Información Política” de Radio Rebelde. Cualquier manifestación actual contrario a lo que acabo de escribir, yo lo calificaría como un acto de hipocresía. Hablo de tiempos donde esa Academia donde fuera director el abuelo de Raquel, carecía de bibliografía adecuada para impartir clases de Navegacion y de ellos puede dar su testimonio mi amigo Eduardo Ríos Pérez. Esta situación no fue accidental, toda esa bibliografía se escondió o destruyó para dar paso a una etapa de sovietización en la enseñanza de nuestros Pilotos de Altura.

 

El libro, como ya manifesté, no es voluminoso y te deja con hambre por conocer mas de su abuelo y la peligrosa hazaña que realizaron en ese vuelo por todo un continente. Fue concebido de una manera muy amena con ausencia de tecnicismo que le complicarían la vida a cualquier lector ajeno a este campo. No se lee, se devora una vez en las manos y vuelas con ellos por todo un continente. Ellos aterrizan y yo atraco en varios de los sitios visitados en su recorrido, hay dos que merecen ser mencionados, donde descansan los restos de Bolívar en Caracas y los de San Martín en Buenos Aires. Lo cual demuestra que en nuestras vidas aventureras tuvimos hombres en la flota que, alguna vez se apartaron de las hermosas meretrices para dedicarle unos minutos u horas a la historia. Se mencionan a dos personajes muy famosos junto a los cuales estuve a menos de un metro de distancia siendo un niño, al meteorólogo Carlos Millás quien fue amigo de mi abuelo y cada vez que iba por mí a Triscornia, cuando parte del alumnado de la Casa de Beneficencia fue trasladado a ese lugar. Mi abuelo se detenía para conversar largo rato con él, mientras yo disfrutaba cuando soltaban al globo sonda meteorológico. El otro personaje lo fue el Presidente Fulgencio Batista, ya escribí de aquella vez que participé junto a otros niños de la Beneficencia en el cumpleaños de uno de sus hijos en el Palacio Presidencial. No es de mucha importancia estos detalles, pero no fueron muchos los de mi generación que la disfrutaron.

 

Solo me queda felicitar a Raquel Carreras Rivery por este empeño logrado en salvar a su abuelo del olvido y compartirlo con nosotros. Los entendidos sabemos que una sola hoja de ese libro significa muchas horas, días y hasta meses de investigación. Muchas gracias por ese esfuerzo y ojalá algunos de nuestros nietos se acuerden de nosotros cuando ya no estemos.

 

 

… Pero lo confesamos con profundo sentimiento, de Cuba solo se sabe en esas tierras de maravillas, que en ella floreció un gran visionario que se llamó Martí, y que es el país de la rumba y la conga. A vosotros, miembros distinguidos de la Sociedad Geográfica de Cuba, avanzada de nuestra cultura y de nuestra civilización, os corresponde divulgarla por las Américas…

 

Oscar Rivery.

 

 

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2023-08-21

 

 

 

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lunes, 14 de agosto de 2023

DE TRAVÉS CON MAYAGUANA


DE TRAVÉS CON MAYAGUANA





Hace muchos años y nadie tiene prueba de ello, pudo también pertenecer al campo de las fantasías creadas por nuestros viejos “cuenteros”. Nobles personas que luego fueran expulsadas de la marina mercante cubana para ser sustituidos por el “hombre nuevo” o en el mejor de los casos reemplazados por radios, televisores, videocaseteras, radiograbadoras, etc. Hablo de aquellos rudos hombres de mar que habitaban muy cerca del analfabetismo, pero poseían un don extraordinario para recrearnos con las historias, fabulas y leyendas por ellos creadas. Las que compartían con sus semejantes cuando el tiempo o los vientos Alisios lo permitían, mientras nosotros, su mejor y único público, escuchábamos en silencio cada estrofa por ellos compuestas. Siempre tratábamos de descubrir algún punto débil que delatara si estábamos navegando entre la ficción o la realidad y eran tan buenos en sus narrativas, que una vez de noche, partíamos a nuestros camarotes casi convencidos de que todo era verdad. Ellos fueron nuestra única distracción en aquellas penosas navegaciones realizadas en viejas naves que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial u otras que nacieron un poquito mas tarde, solo un poquito.

 

Una vez nos hablaron de Perico, nunca supimos su nombre verdadero, solo su apodo. Perico viajó con nosotros el tiempo que duraron aquellos viejos en nuestra flota, con ellos se marcharon todos aquellos ocurrentes y simpáticos cuenteros como lo fuera el viejo Murillo. Llegaron los radios, televisores, videocaseteras, radiograbadoras, etc. Bueno, si lo desean, dejen el etc. para mas tarde y sustitúyanlo por chivatos, militantes, círculos de estudios, reuniones, emulaciones y cuanta mierda ha sido creada para tupir o engañar a los mansos incautos, los resultados ya los conocen, ahora coloquen el etc., pendiente.

 

Dijeron aquellos simpáticos viejos antes de ser sustituidos por el “hombre nuevo” que, un día a Perico se le ocurrió enviar un ocurrente y nada común telegrama a su esposa, otros decían que fue a su novia y algunos, como tratando de desmarcarse de la media común o generacional, hacían su aporte diciendo que el telegrama había sido destinado a un socio, de esa manera justificaban lo que sucedió después. En mi modesta opinión Perico fue demasiado bruto o comemierda, solo a él se le ocurriría una idea semejante. Pudo haber sido influenciado por los momentos de tensión que se vivían en aquellos viejos barcos cuando se elegía a la isla de Mayaguana como punto de recalada luego de una larga navegación por el Océano Atlántico. No todos los capitanes de aquellos tiempos corrían ese riesgo disponiendo de un viejo radar con poca ganancia y al que se le debía dar calentamiento antes de ponerlo en uso, tampoco disponían de ecosondas, solo tenían a mano su experiencia, preparación técnica y ese valor que los distinguía del hombre común. Es que aquella dichosa islita era un cayo arenoso muy llano y venía a aparecer en el radar cuando estabas encima de ella. Yo recuerdo que muchas veces se ponían vigías con binoculares mirando en la dirección en la que debía aparecer. También recuerdo a un Capitán, quien años más tarde y para evadir este paso, eligió nada mas y nada menos que a Puerto Rico como punto de recalada. ¡Coño! ¿Qué dirán los buenos navegantes de esa torpeza? Les sugiero a los navegantes de pasillos antes de opinar que consulten un mapa, regresábamos de dar un viaje alrededor del mundo en el buque “Casablanca” donde nunca se desarrolló alguna ortodrómica. ¿Te acuerdas, Di'Mares?



Bueno, no me voy a extender mucho, sigo sin comprender aquella acción de Perico cuando eligió a la islita, yo lo llamaría cayito, porque eso era entonces, hoy he consultado Google para buscarla y encuentro que la han convertido en un destino turístico. En fin, que luego de recalar a Mayaguana y navegar con tranquilidad a unas diez millas de su costa, le llega al parecer esa alma poética que poseemos todos los marinos a Perico y le entrega este mensaje al telegrafista, olviden el nombre del destinatario, nunca lo dijeron cuando hacían el cuento:

 

…”De través con Mayaguana te saluda Perico”…

 

¡Coño! Si yo hubiera sido miembro de Capitanía, Guardafronteras o del MININT en aquellos tiempos, les juro que también lo hubiera metido preso como hicieron con el infeliz. Yo no lo hubiera detenido por sospechas de estar traficando mariguana, lo hiciera por ser un reverendo comemierda, solo a él se le ha ocurrido. Fin

 

Así lo contaron y así se los cuento cumpliendo con mi deber de cuentero.

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

2023-08-14

 

 

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miércoles, 9 de agosto de 2023

LAS BATALLAS NAVALES DE LA EMPRESA DE NAVEGACION MAMBISA. Por Eduardo Ríos Pérez.


 

LAS BATALLAS NAVALES DE LA EMPRESA DE NAVEGACION MAMBISA.





Por Eduardo Ríos Pérez.

 

-¡Señor, los perros están ladrando!

-Sancho, dejad que los perros ladren, es señal de que cabalgamos'.

 

Nada, solo un pedacito de El Quijote, un clásico escrito por Cervantes, quien peleó en unas de las batallas navales más grande que cambió el destino del mundo, allá en el Golfo de Lepanto. Una guerra de la Cristiandad contra el Imperio Otomano, cientos de barcos hundidos y miles de marinos muertos, pero de eso hace ya muchos siglos, ocurrió por el mes de Octubre de 1571. Por esas fechas los perros aún ladraban, ahora ellos solo lamen.

 

Las batallas de hoy son muy diferentes, aunque en Mambisa se han hundido varios buques por negligencia, impericia y politizados navegantes casi siempre. No me refiero a esas batallas, son otras donde los protagonistas no hubiesen inspirado a Miguel de Cervantes Saavedra a escribir el Quijote. Sería de muy mal gusto que cuando Sancho le gritara:  

 -¡Señor, que los perros lamen! Y que indignado aquel hidalgo Caballero que luchara contra molinos le contestara:  

-Sancho, dejad que los perros sigan lamiendo, es señal de que navegamos en Mambisa.

 

Siempre he dicho que los buques de Mambisa se me parecen a una cárcel, la chimenea con el logo del machete y la bandera la asemejo a la garita en cuya posta hay un sicario mirando hacia abajo, controlando toda la tripulación. La oficina del Capitán similar a la del Orden Interior con todos los expedientes de los reos, informantes, chivatones, clavistas, perros lameadores etc. El Rastrillo (término carcelario), los pasillos que te conducen al comedor, salones, camarotes o celdas. La Cubierta Principal viene siendo en mi algo agotada mente de exconvicto, el patio para coger sol los reclusos y por último el portalón, la puerta para salir del penal.

 

Cuando era marinero de Cubierta navegué con un Contramestre y un Pañolero que venían de la vieja guardia. Hablo de marinos que vivían para el barco y a él se entregaban en cuerpo y alma. Siempre andaban por cubierta mirando hacia arriba, buscando algo. Con aquellas vistas de águilas podían detectar los cambios o reparaciones debían hacerse en la arboladura. Siempre me decían; los cerdos no pueden ser marineros porque no miran para arriba, no cesaban, siempre entorchando cabos, haciendo gasas de alambre, engrasando cables, cambiando patecas, motones, cuadernales, amantes, amantillos, drizas, etc. Eran incansables, hacían todo eso mientras mantenían a los marineros en constante labor de mantenimiento y pintura.

 

Ellos siempre me buscaban para sus trabajos, hacíamos un trío inseparable, aprendí el uso del burel, todos los trabajos de recorrida, ellos amaban su trabajo, amaban el mar. Con picardía me decían en muchas ocasiones; Aprende bien, porque a ustedes los mandaron para relevarnos a nosotros. Era mi segundo viaje con ellos y entre nosotros, como que surgió una complicidad espontánea de confianza. No existía la necesidad de mediar palabras para decirnos algo, los ojos hablaban por nosotros.

 

Para la época ya iban desapareciendo los privilegios que, con tanto esfuerzo, luchas, huelgas, etc., habían conquistado aquellos verdaderos lobos de mar. Los beneficios de las horas extras, la dieta por no almorzar o comer en el buque los días libres y hasta los 200 dólares cada dos años entregados al tripulante para que se comprara su ropa de frío, y otros logros -al parecer insignificantes- como el coffe time, el break, meriendas al lugar de guardia etc., se perderían entre consignas y llamados al sacrificio eterno.

 

En el Puerto de Barcelona los vi salir juntos una mañana, ya lejos se voltearon y me dijeron adiós con la mano alzada. Era como una despedida, sabía que no volverían, confiaron en mí, me sentí muy mal, había perdido a dos amigos, dos tremendos trabajadores, dos marinos, perdí a mis maestros. Su ausencia se notó, nos reunieron para hablar horrores de ellos, tenían razón, ya el relevo estaba a bordo. Con ellos enrolados en nuestras naves se fue la tradición, la hermandad y nació el chacalismo, la chivatería, la incompetencia, los pacotilleros, los informantes, el PCC, la UJC, el Sindicato, las reuniones, los trabajos voluntarios. Después de ese día ya nadie miraba para arriba, nos volvimos cochinos, hasta el año 1992 que caí preso, jamás volví a ver marinos como aquéllos.

 

Llegaron los Comisarios Políticos, individuos sacados de todas partes, pandilla integrada por oficiales ineptos, pésimos, como Octavio Justis Casariego, militante del partido comunista. Buena cantidad de Sobrecargos improvisados, ladrones profesionales que ocupaban el puesto porque eran todos ellos una bandada de informantes. Rateros que en complicidad con el Capitán se encargaban de traer bultos de abrigos y botas de frío de pésima calidad que encargaban al ships chandler y de esa manera robarle miserablemente al marino. Otros también venían de la calle sin ningún conocimiento de los barcos, vaya usted a saber que asignatura le impartían a esa gran masa de oportunistas carentes de nivel educacional, pero llegaron a nuestras naves uniformados y para más vergüenza, cargando sobre sus hombros charreteras con un “ancla” y tres rayas más el salario del 1er Oficial. No solo nos quedamos callados ante esta inmoralidad de pagarle a un parásito, existieron quienes les aplaudieron. Dispusieron de un asiento en la mesa del Capitán en el comedor y un camarote, muchas veces más confortable que el del Primer Oficial del buque. Miserables parásitos, lameadores, chivatos, traidores, poco hombres y conflictivos, cuyos contenidos de trabajo era como el de un pastor, conducir a su rebaño de carneros. Mientras aquella gente que no miraba para arriba como los puercos, marchaba felizmente seducidos con el discurso de aquellos vagos hijos de putas por los senderos del sistema stalinista totalitario de Cuba. Valiente labor la de esos miserables, quienes algunos de ellos con su “antigüedad”, superaban el salario de los capitanes de nuevas promociones y su labor se limitaba a velar que ninguna oveja se desviara ideológicamente. Su trabajo era observarlo todo, qué leías, qué estaciones de radio escuchabas, con quién te relacionabas en el extranjero, como vestías, cómo te expresabas, si colaborabas con la revolución o resultabas indiferente, desafecto. Los que se proyectaban como “buenas gentes” se prestaban para darte consejitos en privados, casi siempre en su camarote para impresionarte. Vaya regañitos que como los puntos de la licencia de conducción se iban acumulando hasta que te partían las patas. ¡Que cobardes fuimos!

 

Así era nuestra gloriosa Marina Mercante, brazos largos de un régimen que utilizaba sus buques no solo en labores comerciales, también realizamos trabajos sucios, como traer presos cubanos de puertos socialistas, nadie me lo contó, yo los traje de Varna- Bulgaria. También transportamos bien custodiadas bebidas finas en el Puerto de Marsella-Francia para el Comandante en Jefe. Cerrada vigilancia mantenida durante toda la trayectoria por cinco agentes de la Seguridad del Estado, quienes viajaron desde La Habana expresamente para cumplir esa misión. Transportamos de todo y ese todo incluyen los restos de aquellos mercenarios cubanos, quienes perdieran la vida en la fallida guerrilla del Congo. invasión dirigida por el fracasado Ernesto Guevara, ya hablaré de eso. Nuestros barcos fueron usados para muchos fines, bien diferentes a los que fueron concebidos por sus astilleros, por ejemplo; exportar tropas para Argelia en la M/N Camilo Cienfuegos, también a Siria, Angola, Mozambique, Etiopia, etc., donde miles de cubanos perdieron la vida.

 

Hoy, muchos de aquellos capitanes que ocuparon cargos al más alto nivel en aquella naviera mafiosa, responsables de tantas violaciones de los tratados marítimos internacionales, no han desaparecido totalmente. Algunos ya marcharon al infierno con sus amos, pero una parte del resto de ese grupo, viejos camajanes, cobardes e hipócritas, siguen bien unidos, más concéntricos que nunca y viviendo en Miami. Disfrutan de un retiro y un medicare por su octogenaria edad en un país donde no aportaron nada, no dan la cara, pero nos leen. Tampoco opinan, se esfuerzan en mantener un perfil bajo como lo que han sido y son cobardes ratas de cloacas. Los más audaces o desvergonzados muestran sus repugnantes rostros. Exhiben con descaro sus patios, las piscinas con sus hijos y nietos disfrutando de las bondades del capitalismo. Después lo mismo, se reciclan, el capo solo cambia su foto del perfil y vuelve a cambiar y cambiar y todo es un silencio profundo, donde se percibe o respira la cobardía en la que vivieron y viven. Nada ha cambiado para ellos, sus vidas continúan siendo las mismas, se revuelcan en el más nauseabundo pantano, como aquel donde vivieron. Solo que en este tienen comida y todas las bondades que ofrece el capitalismo, contra el que solapadamente luchan o tratan de contaminarlo con todo el odio que les sobró en su tierra de origen.  Y aún existen seres tan despreciables como ellos, capaces de apretarles las manos o sentarse en la misma mesa. Todos ellos pertenecen a la más profunda degradación de la especie humana parida en nuestra isla.

 

Los perros de esa flota Naval de Mambisa ahora lamen las botas yankis.

Nota: Los perros a los que me he referido en la cagastrófica flota de mambisa, son los animales de dos patas. Sería yo incapaz de ofender a esos dulces animalitos cuadrúpedos y peludos que al igual que los ángeles, nos cuidan y dan amor. Los de dos patas ladran y muerden, odian y van destilando veneno en cada tierra por la que pasan.

 

Sería de muy mal gusto que cuando Sancho le gritara: 

 -¡Señor, que los perros lamen! Y que indignado aquel hidalgo Caballero que luchara contra molinos le contestara: 

-Sancho, dejad que los perros sigan lamiendo, es señal de que navegamos en Mambisa.

 

¡Le ronca los timbales!

 

 

 





Eduardo Ríos Pérez.

La Florida-Estados Unidos

2023-08-09

 

 

 

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