ALAS
CUBANAS SOBRE EL CONTINENTE AMERICANO.
No por gusto la “Historia de Cuba” se convirtió en
una de las primeras víctimas del régimen cubano a partir de 1959. Ella nos
permite comprender el presente a través de estudios sobre el pasado que nos ofrece
y de esa manera poder corregir el rumbo hacia el futuro.
No demoraron mucho en atacarla, existe una necesidad imperiosa
en los regímenes totalitarios de anular inmediatamente la memoria individual y
colectiva. “Todo tiempo anterior fue peor”, repetirán hasta el cansancio y esa manipulación
será recibida sin resistencia por quienes tienen borrada la memoria, gentes
carentes de historia. Incómodo resulta saber al paso de los años que, fuiste
usado de niño con ese propósito. Solo les pido
humildemente que revisen mentalmente cualquiera de las páginas de aquel “Manual
del Afabetizador” para que me comprendan, tampoco olviden que corría el año
1961 cuando la “campaña de alfabetización”. Habían transcurrido solamente dos
años de la llegada al poder de ese régimen macabro y la historia comenzaba a
ser fusilada como los miles de cubanos asesinados a lo largo de toda la isla,
sangre y letras anegaban nuestra tierra ante el silencio del mundo. Recuerdo mi
indignación cuando vi el film titulado “El Brigadista”, fue una sucia
continuidad de aquel “Manual del Alfabetizador” mencionado, esta vez mucho mas
grueso, conteniendo agotadoras manipulaciones y mentiras. La imagen adulterada
de un brigadista con una inflada ideología y sentimientos patrióticos que no se
corresponden con el pensamiento aventurero de aquellos jóvenes de los que formé
parte siendo apenas un niño de 11 años. Nada los ha detenido en esa sucia labor
por borrar nuestra historia y acuden a cualquier ridícula maniobra para
lograrlo hasta el día de hoy. Si indignación me provocó aquella película aplaudida
por muchos ignorantes y canallas, ver el video de un programa transmitido por
la televisión cubana donde un supuesto “historiador” hablara sin vergüenza de
aquellos submarinos alemanes llegando a las costas cubanas para abastecerse de petróleo,
creo sea la culminación de cualquier aberrante intención por manipular la
historia o borrar la verdadera. Lo lamentable de esa situación no es que un
supuesto historiador se haya prestado a cometer esa infamia, igual de
detestable me resultó encontrar esta burda estupidez compartida a toda una nación
en la página de otro “historiador” cubano.
He leído a muy pocos historiadores post 1959 cubanos
y cuando lo hice, fue con mucho recelo o desconfianza, realmente no creo en
ninguno de ellos. Nuestra historia ha sido prostituida en casi todas las épocas
vividas, tal parece sea una enfermedad crónica o endémica de nuestra isla. Es
preferible acudir a las páginas escritas por sus protagonistas y no todos son válidos,
también contamos con hábiles manipuladores y debe prestarse atención a lo que
se lee. No es leer por hacerlo, consumir nuestros productos es mucho mas
exigente, se requiere estudiarlo y buscar información alterna. Me atrae la
historia y ver el anuncio de este libro que trataba de un tema tan importante y
desconocido por mí, me obligó a encargarlo inmediatamente por Amazon. Por
suerte no está escrito por historiador alguno, es el resultado de todo el
esfuerzo y estudios realizado por una nieta con el sano propósito de regalarle
a su abuelo el mérito desvanecido u olvidado intencionalmente con el paso de
los años. No es un libro voluminoso, creo mas bien que nos deja con el deseo de
extender mas esa historia, cuando llegas al final lo haces con la sensación de
haber consumido una paletica de helado, te deja un agradable sabor en la boca y
el deseo de continuar.
Indudablemente estamos ante una hazaña sin par para
los tiempos que corrían, debemos regresar y embarcar en aquella pequeña
avioneta. No pudo ser sencillo volar por encima de todo un continente con una
barrera tan peligrosa como la Cordillera de los Andes. Debe incluirse los
riesgos que se asumían y la pobre tecnología disponible para esa misión, es
entonces cuando entiendes estar en presencia de tres hombres muy valientes,
quienes merecen ser recordados por siempre. Cuando me sumerjo en la lectura de
ese libro que nos ofrece Raquel Carreras Rivery y que constituye un “Manual de Valentía”,
te remontas obligatoriamente a los barcos que existieron en la misma fecha y
encuentras a seres similares a su abuelo. No deja espacio a las dudas la
capacidad de aquellos seres y la aplicación de sus conocimientos a las
aventuras que enfrentaban. Tanto en el mar como en el cielo, las experiencias y
conocimientos de aquellos seres eran un factor determinante en el éxito de sus desafíos.
Su abuelo fue un hombre exquisitamente preparado cultural y técnicamente, nuestra
flota contó con personas como él por los que sentí mucha admiración y respeto.
Luego, bueno, ya ustedes conocen esta otra parte de nuestra historia, la
incondicionalidad al régimen suplantó a la inteligencia y los resultados son
visibles.
Durante un año fui profesor en la Academia Naval del
Mariel y no recuerdo haber escuchado el nombre de este ilustre cubano, menos
aun de aquella hazaña que realizó junto a otros dos compatriotas nuestros. “NUNCA”
-en ese año- cayó en mis manos bibliografía alguna que fuera de su autoría,
como nunca se les habló a los guardiamarinas de su existencia en mi presencia.
Sin embargo, era obligatorio escuchar aquel odioso programa de radio que trasmitían
a la 01:00 Pm titulado “Información Política” de Radio Rebelde. Cualquier manifestación
actual contrario a lo que acabo de escribir, yo lo calificaría como un acto de hipocresía.
Hablo de tiempos donde esa Academia donde fuera director el abuelo de Raquel, carecía
de bibliografía adecuada para impartir clases de Navegacion y de ellos puede
dar su testimonio mi amigo Eduardo Ríos Pérez. Esta situación no fue
accidental, toda esa bibliografía se escondió o
destruyó para dar paso a una etapa de sovietización en la enseñanza de nuestros
Pilotos de Altura.
El libro, como ya manifesté, no es voluminoso y te
deja con hambre por conocer mas de su abuelo y la peligrosa hazaña que
realizaron en ese vuelo por todo un continente. Fue concebido de una manera muy
amena con ausencia de tecnicismo que le complicarían la vida a cualquier lector
ajeno a este campo. No se lee, se devora una vez en las manos y vuelas con
ellos por todo un continente. Ellos aterrizan y yo atraco en varios de los
sitios visitados en su recorrido, hay dos que merecen ser mencionados, donde descansan
los restos de Bolívar en Caracas y los de San Martín en Buenos Aires. Lo cual
demuestra que en nuestras vidas aventureras tuvimos hombres en la flota que,
alguna vez se apartaron de las hermosas meretrices para dedicarle unos minutos
u horas a la historia. Se mencionan a dos personajes muy famosos junto a los
cuales estuve a menos de un metro de distancia siendo un niño, al meteorólogo Carlos
Millás quien fue amigo de mi abuelo y cada vez que iba por mí a Triscornia, cuando
parte del alumnado de la Casa de Beneficencia fue trasladado a ese lugar. Mi
abuelo se detenía para conversar largo rato con él, mientras yo disfrutaba
cuando soltaban al globo sonda meteorológico. El otro personaje lo fue el
Presidente Fulgencio Batista, ya escribí de aquella vez que participé junto a
otros niños de la Beneficencia en el cumpleaños de uno de sus hijos en el Palacio
Presidencial. No es de mucha importancia estos detalles, pero no fueron muchos
los de mi generación que la disfrutaron.
Solo me queda felicitar a Raquel Carreras Rivery por
este empeño logrado en salvar a su abuelo del olvido y compartirlo con nosotros.
Los entendidos sabemos que una sola hoja de ese libro significa muchas horas, días
y hasta meses de investigación. Muchas gracias por ese esfuerzo y ojalá algunos
de nuestros nietos se acuerden de nosotros cuando ya no estemos.
… Pero lo confesamos con profundo sentimiento, de
Cuba solo se sabe en esas tierras de maravillas, que en ella floreció un gran
visionario que se llamó Martí, y que es el país de la rumba y la conga. A
vosotros, miembros distinguidos de la Sociedad Geográfica de Cuba, avanzada de
nuestra cultura y de nuestra civilización, os corresponde divulgarla por las Américas…
Oscar Rivery.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2023-08-21
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