DESAFIANDO
A LA MUERTE
LA
DESERCIÓN DE YAREL DOMENECH
Las deserciones o abandonos de sus naves pueden
contarse por decenas en la historia de la marina mercante cubana, se confunden
cargos y edades, ha sido un fenómeno experimentado por varias generaciones y
que mantiene actualidad. Los puntos elegidos para escapar han sido muy variados
en la geografía mundial y como es de suponer, todas se han producido en países
capitalistas, no conozco una excepción que me diga lo contrario. Con la
experiencia vivida bajo un sistema -dícese o proclamado- “socialista”, nadie
sería tan estúpido de hacerlo en cualquiera de aquellos supuestos paraísos.
Otra razón muy importante a tener en cuenta sería que, una vez abandonada la
nave, el tripulante iría directo a prisión y deportado, cuando realmente
merecía ingresarlo en un hospital psiquiátrico. Las razones pudieran ser muchas,
pero sobresalen por encima de todas, esas ansias de vivir en libertad. Jóvenes
recién graduados en las academias navales, decidieron un día buscar otros
horizontes ante la imposibilidad de poder aplicar todo lo aprendido en la vida
real. Otros bichos, una minoría, abandonaron la isla para vivir en la tierra de
sus enemigos y, desde acá, continúan destilando su odio, defendiendo al régimen
al que sirvieron como perros rabiosos. Como quiera que sea, he tenido contacto
con esas deserciones desde mis primeros viajes a finales de los años sesenta
hasta que yo también lo hice en el año 1991.
Diferentes han sido las vías utilizadas para
desertar, la más común de todas fue no reportarse a bordo en el momento de la
partida. Se cuentan por decenas los marinos que escaparon de esa manera, entre
los que me encuentro yo. Otra vía peligrosa que tuvo su mayor manifestación en
el año 1994, ocurrió durante la gran avalancha de cubanos en ese famoso éxodo,
fue escapar en balsa. Varios marinos cubanos coincidieron en la Base Naval de Guantánamo,
donde fueron concentrados antes de ser aceptados por los Estados Unidos. No
tuvo relevancia porque ya ese método era muy común entre los habitantes de la
isla y se mantiene vigente hasta el presente. Sin embargo, es alarmante para
todos los marinos por sus conocimientos del peligro que implica ese
enfrentamiento con el mar, al que conocen y dominan muy bien. Antes de ese
éxodo ya había escapado el Capitán Esteban Macias y otros amigos a bordo de una
balsa o pequeña embarcación. Otras vías para escapar del paraíso del
proletariado lo constituyen las cartas de invitación de algún pariente o amigo,
la reunificación familiar y uno que otro contrato de trabajo en el exterior. Estas
vías la usaron algunos infiltraditos que hoy viven en Miami y otras tierras,
varios de ellos enmascarados como “refugiados políticos” cuando en realidad
nunca lo fueron.
Las maneras de escapar mencionadas anteriormente son
muy comunes a las usadas por gran parte de la comunidad cubana en el exterior y
no se consideran de interés, la gente está acostumbrada a escuchar sobre ellas
y las aceptan como normales. Sin embargo, dentro de esa numerosa comunidad de
marinos que hoy residen en el exterior, se destacan algunos por la inteligencia
mostrada, su valor y enfrentamiento a una posible muerte debido al alto grado
de peligrosidad que enfrentaron y, por último, la manera en que burlaron a los
órganos de seguridad cubanos y sus rígidos sondeos antes de partir el buque.
Por su relevancia e interés, aunque ellos no se los propusieran, escribieron
unas páginas dignas de conservar dentro de la historia de las flotas cubanas.
A la hora de referirnos al trabajo inteligente
desplegado por un marino para desertar -no solo él- puesto que logró llevarse
consigo a su esposa, hija y nieta de un solo golpe, vale la pena recordar y
leer mi trabajo titulado “La fuga perfecta del Capitán López Sánchez” Disponible
en este link;
https://estebancl1949.blogspot.com/2018/10/la-fuga-perfecta-del-capitan-lopez.html
Toda una obra maestra en la planificación de una fuga
que estuvo a punto de frustrarse. Si habláramos del valor mostrado para burlar
todos los cercos que se tienden en la isla para evitar deserciones a bordo de
nuestras naves, yo les prometo traerles el caso del maquinista Boris Menduiña,
quien con la colaboración de un amigo suyo, logró sacar en el falso techo de su
camarote a su tío y a un hermano suyo. Esta es una historia interesantísima que
vale la pena leer y conservar. Con el valor mostrado por todos los involucrados
en esta fantástica fuga, pusieron en riesgo sus libertades ficticias con la
finalidad de lograr una libertad real, todos pudieron llegar a Montreal- Canada.
Hoy me place traerles una historia muy particular,
donde un joven Maquinista Naval, puso en riesgo su propia vida para ganar esa
libertad ansiada por muchos y se lanzó al mar a dos millas de distancia de la costa.
No lo pensó demasiado para desafiar el posible ataque de tiburones, la
hipotermia o el agotamiento físico. Por su interés y luego de manifestárselo
personalmente en Miami, he llamado por teléfono a Yarel Domenech para que
comparta con nosotros esa dura y peligrosa experiencia vivida.
-Hola Yarel, ya tengo escrita la introducción a la
historia de tu deserción. ¿Por dónde andas ahora?
-Capi, ando por Boston a donde me dirijo conduciendo
bajo una fuerte nevada.
-¿Crees que podamos ir hablando del tema mientras
conduces? ¿Tienes manos libres contigo?
-Si, tengo manos libres y podemos ir hablando, aunque
debo estar alerta con el timón porque la carretera está un poco peligrosa.
¡Coño, que patinazo he dado!
-Yarel, me parece mejor dejarlo para mañana, yo sé lo
que es conducir en esas condiciones y para ti será mucho más peligroso conduciendo
un trailer.
-¡Okey, Capi! Es la mejor idea, esto está muy malo
por acá, mañana te llamo sin falta. Colgamos.
-Yarel vamos a retomar la conversación que dejamos
inconclusa, yo no escribí nada de lo que me contaste ayer, así que comenzaré
nuevamente con el pequeño cuestionario de preguntas del que te había hablado.
-¡Okey, dispara!
1.- ¿Cuándo te nace la idea de desertar, razones,
año?
Yarel.- Nunca tuve intensiones de desertar, vivía
conforme con el salario que devengaba, algo superior al de los cubanos medios y
cuando vives así, como les ha sucedido a muchos de los nuestros, incluyendo a
los de tu generación, pues te resulta indiferente la situación de los demás y
el país. La mayor parte de los marinos vivíamos atados a las cuatro porquerías que
habíamos comprado en el extranjero, muchas de ellas de uso. Viví así mientras
trabajaba en la Flota Cubana de Pesca, pero llegó el momento en que esta
desapareció y nos dejó desamparados a miles de marinos y trabajadores del
sector. Acudí a la empresa SELECMAR aspirando a enrolarme en cualquier nave
extranjera donde nos contrataban como esclavos, pero no imaginas la larga lista
de espera de gente sin empleos o asistencia social como yo. No olvides que por
esas fechas iba desapareciendo también la flota mercante y dejó en igualdad de
condiciones a los hombres y mujeres que les dedicaron una parte importante de
sus vidas. En SELECMAR trabajábamos sin recibir salario alguno y en mi caso
particular, me desempeñé como chofer para la transportación de sus empleados.
Allí me entregaron una tarjeta para comprar el
combustible necesario para el vehículo y un día me sorprendieron con una
acusación de la que no tenía la más remota idea. Me acusaron de haber utilizado
esa carta para comprar una botella de whisky y te confieso, no comprendía
absolutamente nada de lo que me estaban diciendo, yo no sabía que a esa carta
se le podían dar otros usos. Mientras tanto, yo había aplicado para enrolarme
en un buque tanque italiano que se encontraba atracado en Santiago de Cuba y el
mando de esa nave me había aceptado.
Un grandísimo hijo de la gran puta de nombre
Timochenko, con el participaría también un tal Omar del que lamento haber olvidado
su nombre. Este tipo era uno de los que dirigía esa agencia en aquellos tiempos,
no creo sin embargo se haya olvidado de mí, porque ante la injusta acusación que
me hicieron, yo le exploté la cara a este otro hijo de puta con un gaznatón. Me
dijeron un día que no me preocupara, sabían que yo era inocente y que mi pasaje
para enrolarme en el barco italiano ya estaba comprado. No fue así, sin que
mediara investigación o juicio alguno, me expulsaron de SELECMAR y el mundo se
hundió a mis pies. De nada sirvió que yo trabajara sin recibir sueldo alguno,
volví a sumarme al ejército de desempleados desamparados. Luego me enteré de
que mi plaza en el buque tanque italiano había sido vendida por más de $600 dólares
americanos. Ya para esas fechas la corrupción galopante que imperaba en todo el
país se había ido de control y para enrolarse por medio de SELECMAR solo era
posible mediante el soborno. Ya habrás leído todas las acusaciones que existen
contra esa agencia en Internet, destacándose entre ellas las referentes a
Rafael Guzmán, quien mas tarde decidió desertar en el exterior y lo acusan de
haber robado dinero, este tipo fue muy conocido y famoso por su chivatería.
Un tiempo más tarde me uní a la agencia empleadora AGEPESCA
con la misma esperanza de embarcarme, esta agencia realizaba en esos tiempos la
misma labor de SELECMAR, o sea, contrataba esclavos cubanos en buques
extranjeros. Por esas fechas se había desarrollado en mí todo género de
rebeldía y rechazo al sistema donde estaba viviendo. No me media para
expresarme en contra del régimen y un día, un amigo mío me alertó. Me dijo que
un amigo suyo miembro del G2 le dijo que me avisara de todo lo que se manejaba
relacionado con mi persona y que si lograba salir del país, no regresara nunca más…
(Al escuchar a Yarel vi la coincidencia con mi caso con más de una década de
anterioridad, igual aviso me llegó a través de un amigo del contramaestre y eso
apuró mi decisión de desertar). -En
AGEPESCA recibí la ayuda de una muchacha a la que por razones obvias no
menciono su nombre, ella me consiguió un enrolo como camarero en el buque tanque
de bandera española de nombre “Góngora”. Partí hacia España con la promesa de
que sería ascendido a maquinista en el tiempo que permaneciera enrolado en esa
nave… (Esa aceptación de una plaza inferior fue una situación que venía
ocurriendo desde finales de los años setenta, las promociones de oficiales
fueron kilométricas y muchos de aquellos muchachos no lograron una plaza
correspondiente a su especialidad y estudios después de saturado el mercado de
ofertas de empleos en las flotas. Cuando deserté en el año 1991, aún quedaban muchachos
de las promociones XVII, XIX y XX ocupando las plazas de marineros de cubierta,
timoneles y camareros, etc.) -Ante la
frustración experimentada durante esos años, fue que nació esa idea de
abandonarlo todo. Sin embargo, yo considero que el detonante principal para que
esa idea martillara mi mente, lo fue aquella hijaputada que me hizo Timochenko
en SELECMAR. No teníamos la más remota posibilidad de defendernos, si lo hacíamos,
muy bien podían acusarnos de contrarrevolucionarios, ya debes imaginar cómo me
sentía.
2.-¿En qué año desertas, cuál era el barco donde
estabas enrolado, salario, cargo?
Yarel.- A finales del año 2004, correría el mes de Diciembre,
fui enrolado en el buque gasero español de nombre “Góngora”, su Capitán era un
español de nombre Ramon Meriño, déspota e implacable con los cubanos. Estuve
navegando de cabotaje por varios puertos españoles y a finales de Diciembre me
comunican que sería desenrolado y destinado a otra nave que se encontraba
atracado en un puerto por holandés, igualmente iría en calidad de camarero.
Arribé al buque gasero Tilda Kosan el día 5 de febrero del año 2005.
Desde mi enrolo comencé a tener problemas con el Primer
Oficial del barco de origen español por sus constantes maltratos, es una pena
que no recuerde su nombre. El Capitán era
de origen español también y recién estrenado en ese cargo, su nombre es José Dimas
Alonso Aladro. Este tipo viajaba a Cuba con relativa frecuencia a realizar
captaciones de tripulantes e impartir cursillos sobre buques gaseros. Era un cómplice
directo en la trata de esclavos realizada entre SELECMAR, AGEPESCA, el gobierno
cubano y armadores españoles sin escrúpulos alguno. José Dimas no podía ocultar
el desprecio sentido contra los cubanos bajo su mando.
Como camarero yo recibía de salario $340 dólares
mensuales, eso representaba el 20% del salario pactado en el contrato de
trabajo que me hicieron firmar. Por una simple ecuación matemática arribarás a
la cantidad de $1700 dólares y como puedes ver, el gobierno cubano se quedaba
con $1360 dólares del salario ganado por nosotros. Ojo, indudablemente esa
cifra aumenta de acuerdo con las plazas ocupadas por oficiales, maquinistas,
etc. Tampoco aparecen reflejados algunos gastos que la compañía pagaba por
conceptos de dietas y pasajes, parte de los cuales también eran chupados por el
gobierno. ¿Por qué aceptábamos esa despiadada explotación? La respuesta debería
ser individual, pero me atrevería hablar por muchos que tienen miedo, “la situación
en Cuba era horrible” y al menos teníamos la posibilidad de sobrevivirla.
¡Mucho miedo también a reclamar cualquier derecho! No se puede tapar el sol con
un dedo.
3.-¿Por qué te lanzas al agua si el barco estuvo
atracado?
Yarel.- En Houston no nos dejaron bajar a tierra,
pusieron un servicio de whatchmen las 24 horas. Esa compañía de vigilantes era
propiedad de un cubano marielito y el hombre nos dijo que el que quisiera
desertar podía hacerlo, porque su gente no haría nada para impedirlo. Esa
oportunidad fue bien aprovechada por el Tercer Oficial, bajó muy calmado por la
escala real y se desprendió a correr, no recuerdo su nombre. Yo no lo hice por temor
y nerviosismo, imagínate tú, era muy joven y sin mucha experiencia, pienso
ahora, unas horas más tarde lo lamenté muchísimo. Le retiraron el contrato al
cubano y fueron sustituidos por unos yanquis armados que eran implacables, no
nos permitían aproximarnos al portalón. Yo veía como se esfumaba la posibilidad
de quedarme, solo que estaba decidido a hacerlo al precio que fuera necesario.
4.-¿Por cuál parte del barco te lanzaste al mar y cuál
era distancia a tierra?
Yarel.- Me lancé al mar por la aleta de babor, lo
hice vestido como recomiendan para casos de abandono de buque con el fin de
aliviar los efectos de la hipotermia, la insolación y porque la ropa mantiene
burbujas de aire que te ayudan a flotar. Guardé en pequeñas bolsas de plástico
mis documentos, mi título y una biblia que navegaba conmigo, es la que viaja siempre
en este camión. Todos ellos los metí en una bolsa de las usadas para la basura
y me la amarré a la cintura. Sabía que me podía servir de flotador, pero calculé
mal. Cuando me lancé al mar ella explotó y no me sirvió de flotador. Sobre mi
intención de lanzarme al mar se lo conté a mi mejor amigo, cada vez que
hablamos me menciona como me vio caer al agua. El barco se encontraba navegando
a unas dos millas de la costa.
5.-¿No sentiste miedo de ser atacado por los
tiburones?
Yarel.- Si lo pensé, pero cualquier temor fue
superado por el pensamiento de no poder alcanzar la orilla. Miedo sentí de ser
succionado por la propela del barco, no puedo negarlo. Fueron cuatro horas de
agotador nadar en todos sus estilos, aboyarme y continuar. Sentí una inmensa
felicidad cuando mis pies tocaron fondo, ante mí se presentaba un mundo y vida
por descubrir. Anduve los metros que separan la orilla de la costa a la
carretera cercana y al poco tiempo pasaba un carro patrullero al que detuve, me
entregué y le expliqué mi origen. El policía me dio la bienvenida a Estados
Unidos y me condujo a la estación donde me dieron ropa seca, me atendieron muy
bien. Al día siguiente me entregaron a las autoridades de Inmigración (ICE) y ellos
me condujeron a una prisión de inmigrantes ilegales donde permanecí unos seis
meses.
6.-¿Cuáles fueron tus primeros pasos una vez libre,
empleo, ayuda, etc.?
Yarel.- No recibí ayuda económica alguna del gobierno,
tampoco de un pariente que me dio la espalda en esa situación, yo no apelé a
recibir ningún tipo de ayuda. Trabajé durísimo desde que llegué a este país y
me propuse lograr lo que yo había soñado y me fuera negado en nuestra tierra.
7.- ¿Has regresado alguna vez a la isla?
Yarel.- No lo he hecho y tampoco lo haré mientras gobierne
esa despiadada tiranía. No me interesa ser cómplice de ellos, renunciar a mi
voz, lucrar con el dolor de mi pueblo como hacen muchos o, aprovecharse de las
hijas de su pueblo explotando sus miserias. No critico al que vaya a visitar a
su familia, pero sí condeno y me causan repugnancia todos aquellos que de una u
otra manera colaboran con el régimen.
8.- ¿Crees en el sueño americano?
Yarel.- Si creo en ese sueño que nos negaran en
nuestra tierra, he logrado lo que nunca sería posible alcanzar allá y tú eres
testigo de mis palabras. Trabajé muy duro y ya he obtenido los resultados de
tal sacrificio. Tengo mi propia compañía, he sido propietario de seis rastras, yates,
lanchas, autos del año, etc. No cuento esto por vanidad, solo para mostrar que
el sueño americano existe en esta tierra que te brinda las posibilidades de
soñar.
9.- ¿Desearías enviar algún mensaje a la juventud?
Yarel.- ¡Por supuesto! Los invitaría a soñar y que
luchen por lograr esos sueños donde quiera que se encuentren. A los que viven
en la isla les digo poco, si transcurrido un tiempo si ven que les resulta
imposible lograr ese propósito, recuerden que la vida es una sola y se acaba
cuando menos lo imaginamos. Si ese sueño no llega; ¡Lárguense al carajo! Y busquen
otra tierra donde puedan regalarles esa posibilidad a sus hijos. No traten de
imitarme, nunca se les ocurra lanzarse al mar desde un barco, los riesgos son
muy grandes y no todos sobrevivirán. Tampoco regalen sus vidas escapando en frágiles
balsas, por cada uno de los que logra arribar a su meta, decenas desaparecen en
aguas del Estrecho de La Florida. En ese caso es preferible una muerte más
digna.
Yarel Domenech
Miami..Florida.
2022-03-15
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Que historia mas impresionante la tuya hermanito .....Gracias por compartirla .....Tienes lo que te mereces y has luchado eres de los BUENOS y no de los vanidosos. Lo digo con propiedad
ResponderEliminarTe mereces todo lo bueno del mundo por todo lo q afrontaste tu solo. Muchas bendiciones para ti y ojalá un día podamos bailar en el parador
ResponderEliminarImpresionante historia, una más que asevera las vicisitudes y todo lo que se pueda contar de lo que hemos pasado los marinos cubanos, debo decir que en el 2007 navegué en el buque gasero “ Gongora” , como electricista, y escuché algo de esa historia, doy fe de la mala voluntad que nos tenía el tal Capitán Meriño a nosotros los cubanos
ResponderEliminarMe alegro mucho de tus éxitos Yarel
Un abrazo
Me es extremadamente gratificante en primer lugar saludar a tan distinguido marino Esteban casañas lostar, quien nos permite adentrarnos en el mundo de nuestras flotas y barcos , conozco a Harel domenech ,vive cerca de mi ,acá en hialeah,muy buena persona con incontables anécdotas que contar ,hoy vi los buques de mi querida flota de pesca y se ti nostalgia en ella comenzó como 4t0 oficial de cubiert hasta que y primer oficiL saque mi titulo de capitán y avandone la flota ,y pase a navegar en los barcos de obras marítimas. Como todo marino tengo enormes anecdotas,que contarles a las futuras genera iones .gracias casañas.pppppp
ResponderEliminarLa historia de yarel al cual conozco personalmente tiene además de su valentía, la opresión que llevábamos dentro los marinos de nuestr flota,conocedor soy de muchos casos ,en que preguntábamos a quien le tocaba la guardia de portalon,,y la respuesta fue el no viró, lo más grande era que al escuchar esto ,se nos inchaba el corazón de alegría y sin decircelo a nadie, seguíamos planificando,nuestro escape en silencio.
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