miércoles, 24 de marzo de 2021

MOTONAVE “BAHÍA DE CIENFUEGOS”, UN PEDAZO DE SU HISTORIA EN FOTOS.

MOTONAVE “BAHÍA DE CIENFUEGOS”, UN PEDAZO DE SU HISTORIA EN FOTOS.

 


Fue el “Bahía de Cienfuegos” uno de los barcos mas modernos en los que trabajé durante mi vida de marino. En él pasé muchas de las situaciones, unas veces agradables y otras no tanto, que se aferran con fuerza en tu memoria y resulta imposible olvidarlo.

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Trabajé subordinado a diferentes capitanes como Primer Oficial; Miguel Haidar, Arquímedes Montalván y Miguel Almaral. Di dos viajes de circunnavegación por Sudáfrica y uno de los viajes mas extensos (9 meses), realizados en barcos de la marina mercante cubana. Pude cargarlo con carga general, contenedores y granos con eficiencia. En esos tiempos nos vimos obligados a enfrentarnos con galernas, huracanes y olas monstruosas. Nos asaltaron piratas en dos oportunidades, una en Rangoon-Birmania y la otra en Abidjan-Costa de Marfil.

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Tuve como subordinados a excelentes oficiales, marinos y hombres, también a algunos de los peores que desfilaron por nuestra flota. En esa nave realicé el viaje mas divertido de toda mi vida en la flota y también el peor de todos, donde pidieron mi expulsión.

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Como quiera que sea, aquí les dejo esta colección de fotografías que hablan de su belleza y conservo con mucho cariño.

 

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Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

2021-03-24


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martes, 23 de marzo de 2021

UN AÑO EN VIET NAM A BORDO DEL “IMIAS”, SUS MENTIRAS.

UN AÑO EN VIETNAM A BORDO DEL “IMIAS”, SUS MENTIRAS.

 

Motonave "Imías" en Santa Cruz de Tenerife.

Poco o casi nada han escrito los protagonistas de aquella involuntaria aventura en la que un día se vieron enredados y sin posibilidad de escapar. Viet Nam se encuentra bastante lejos de nuestra tierra y la navegación para llegar hasta ella es sumamente agotadora. Cansa hasta la saciedad permanecer más de treinta días navegando y tener como paisaje al cielo y al mar. Se agotan también las provisiones, desaparecen los alimentos frescos, se esfuman las ensaladas y los huevos saben a nevera, aunque tengan cáscaras, saben a cualquier cosa menos a huevos. Se agota el agua de consumo y se reduce su tiempo de oferta. Hoy no se sufre esta pena porque los buques modernos poseen destiladoras que convierten el agua de mar en potable. Se acaban los cuentos sobre las últimas aventuras, la vida se hace cada día más monótona, se desvían ojos y oídos hacia lo que hace el otro. Nacen las primeras discrepancias y aparecen los molestos defectos o palabras agresivas. Se agota la vida y aparece ese encierro voluntario donde nada nos moleste, ni las bromas, ni el discurso cansado de repetir las mismas mierdas.


Yo estuve en Viet Nam en plena guerra en el año 1970, no fue un gesto voluntario, estás embarcado y debes asistir a donde te lleve la propela. Mas tarde, dos barcos cubanos, el “Jigüe” y el “Imías”, quedan atrapados en aquel país y aparecen diferentes fechas que hacen referencia al acontecimiento, incertidumbres, manipulaciones, mentiras. Algunos medios sitúan aquel encierro en el año 1972, es totalmente falso. Hoy me propongo hablar con uno de aquellos tripulantes, el Tercer Oficial de la motonave “Imías” Luis Rocha Hurtado.


Para la fecha señalada por la prensa, aun nos encontrábamos estudiando en el Curso Básico de Oficiales con sede en Jaimanitas. Según mi amigo, los encierros de esas naves tuvieron lugar el año 1974. Trato de corregirlo de acuerdo con los datos publicados por la prensa de esos años y sin darme cuenta, siembro la duda en su memoria algo cansada por los años. Rectifica y me dice que correrían los finales de 1973. Continúo con mis dudas y lo que pudo ser una sencilla entrevista con una duración de pocos minutos, se transforma de repente en una aguda búsqueda por diferentes páginas de Internet y una pausa prolongada en los archivos del periódico Granma pertenecientes a los años 1972-73 y 74. (Granma Archives Index for 1973)

 

Libreta de enrolo de Luis Rocha Hurtado aun en su poder, el Nr. de expediente 34581 pertenecía al personal controlado por el Dpto. de Capacitación, el mío era el 34596-

Mi amigo Rocha no pudo estar en Viet Nam a bordo del buque “Imías” en 1972 por una razón muy poderosa, nos encontrábamos estudiando en el Curso Básico para Oficiales, primero en Jaimanitas y después a bordo del buque escuela “Viet Nam Heroico”. El día 23 de enero de 1973 se firma del acuerdo de paz entre Viet Nam y los Estados Unidos en Paris, motivo de alegría para muchos seres en el planeta. Ese día, los testaferros del partido comunista y del director de la escuela Roberto Arche Flores, organizan un maratón con todos los estudiantes y nos llevaron corriendo hasta la sede de la Escuela del Partido “Ñico López” para gritar algunas tonterías. Este es otro dato adicional importante para demostrar que aun estábamos estudiando y Rocha no podía encontrarse en Viet Nam. El día 11 de Septiembre de 1973 se produce el golpe de estado en Chile y nosotros nos encontrábamos esperando la orden de abordar al “Viet Nam Heroico”. Salimos esa tarde con destino a Islas Canarias en un viaje muy corto que tal vez superó el mes de duración, ya nos encontrábamos en exámenes finales. Como puede observarse, Rocha no pudo encontrarse en Viet Nam a lo largo de todo el año 1973 tampoco. Surgen muchas preguntas ante estos descubrimientos, ¿Cuál es el origen y motivos de esas mentiras? ¿Por qué?

-¡Hola mi hermano! ¿Cómo te va, ya te vacunaste? 

-Tranquilo, estoy entero, ya me soné las dos vacunas. ¿Y tú, ya estás vacunado? 

-Me puse la primera dosis de Moderna y la siguiente me toca a principios del mes próximo. ¡Oye, loco! He estado buscando información en Internet sobre la atrapada que tuvieron ustedes en Viet Nam cuando minaron los puertos y no aparecen notas cuyo origen sea de los protagonistas. Me interesa abordar el tema contigo si estás dispuesto.

-¡No hay líos, pregunta lo que quieras!

-Rocha, tú estabas enrolado en el “Imías” según me contaste años atrás. ¿Te acuerdas del nombre del Capitán? 

-¡Coño, claro! El Capitán era Alberto Torres Abat, alias “El Mono”. Tú lo conociste también, bueno, ¿quién no lo conocía en Navegacion Mambisa?

-¡Claro que lo conocí! Pasamos juntos el curso de la OMI en la Academia Naval de Baracoa. ¿Te acuerdas quien iba de Primer Oficial?

-De Primer Oficial viajaba Felipe Montano, un flaquito muy noble y buena gente. 

-Con Felipito yo navegué en el “Jiguaní” cuando era Segundo Oficial y luego de primero. Era así como dices, muy tranquilo, callado, noble y chévere. Era del piquete de marinos que vivían en el poblado de Regla. ¿Te acuerdas del Segundo Oficial ese viaje?

-El Segundo Oficial era Andrés Solís Corbo. 

-De ese no me acuerdo haberlo conocido. ¿Quién iba de Tercer Oficial?

-Bueno, cuando el barco iba a salir de La Habana se le presentó un problema al Segundo Oficial y El Mono decidió ascender a Solís, quien era el Tercer Oficial. Yo estaba enrolado como Agregado de Cubierta junto a Amado Carbot y fui ascendido por el Capitán a Tercer Oficial, Amado continuó de Agregado.

-¿Recuerdas quienes viajaban de Sobrecargo y Telegrafista?

-No me acuerdo del Sobrecargo, el Telegrafista era Julio Tamayo Crespo.

-Recuerdas al Jefe de Máquinas y al resto de la oficialidad de ese departamento?

-Lo lamento, han pasado muchos años y no retengo el nombre de ellos. Ya sabes que el roce por asuntos de trabajo es más sólido con la gente de cubierta.



-He leído algunas notas referentes al año que tuvieron de estadía en Viet Nam luego de que los puertos fueran minados por los Estados Unidos y me llama la atención algunas imprecisiones, pero trataré ese punto un poco más adelante. ¿El barco se encontraba atracado o fondeado? 

-Nosotros estábamos fondeados en Halong Bay y nos ordenaron aproximarnos a Haiphong para proceder al atraque y descarga del buque. Una vez atracados, los norteamericanos procedieron a minar el puerto y nos quedamos atrapados con posibilidades nulas de zarpar.

-Yo me acuerdo de eso perfectamente, como me viene a la memoria el aviso cursado con antelación por el ejército norteamericano, donde se avisaba a las naves que debían salir por la razón expuesta. Como era de esperar, la respuesta cubana fue desafiante y ordenó a sus naves permanecer en puerto. ¿Estaba la motonave “Jigüe” junto a ustedes?

-No, ellos llegaron después de nosotros y debieron permanecer en el fondeadero donde pasaron ese año.

-Imagino que ese año haya sido el doble de angustioso para los tripulantes del Jigüe, no es lo mismo estar fondeados que atracados. ¿Rocha, como fue el suministro de víveres durante ese año?

-¡Mira, si te digo otra cosa, te miento! Fuimos atendidos constantemente por los vietnamitas y durante todo el tiempo nos garantizaron una buena alimentación, no nos faltó nada. No puedo argumentarte nada sobre la suerte corrida por la tripulación del Jigüe, ellos estaban fondeados a bastante distancia del puerto.

-¿Cómo era la vida diaria para ustedes? He leído en algunos medios de prensa que sufrieron junto a los vietnamitas los bombardeos realizados. 

-Mi hermano, la vida transcurrió con mucha normalidad para nosotros y nunca corrimos el peligro de ser blanco de esos bombardeos. Cuando no estábamos de guardia salíamos a la calle y nuestro destino final era el Seaman Club. Ya sabes, íbamos a beber el vinito de naranja y las cervezas sin gas que tu conociste también. Como marinos y hombres debes imaginar que andábamos a la caza de cualquier jevita, éramos jóvenes medio locos, jodedores y aventureros.

-Tengo que preguntarte esas cosas por la cantidad de mierdas que he leído y que ahora confirmo fueron mentiras. ¿Tuvieron algún caso de enfermedad, fallecimiento, etc.? 

-Tuvimos los casos normales que se presentan durante una navegación, ninguno grave que requiriera asistencia de un hospital. Hubo un fallecido entre nosotros, pero se debió a un accidente imprudente. 

-Mas o menos me acuerdo de ese accidente, pero sería preferible que lo contaras tú como testigo que eres de ese viaje. 

-Fue el caso del Cuarto Maquinista llamado Raúl Llorente, éramos socios y ese día habíamos ido al Seaman Club. Estuvimos bebiendo y a las diez de la noche le dije que debía regresar al barco porque yo estaba de guardia y me la estaban aguantando. Llorente prefirió quedarse, fue algo normal entre nosotros, la gente regresaba tarde al buque sin problemas. Bueno, lo hizo de madrugada y parece que estaba herido del hambre. Fue hasta el pantry de los oficiales y tú sabes que allí hay un pequeño elevador que baja hasta la cocina. Se metió dentro del pequeño elevador, lo logró porque era de poca constitución física, era pequeño. Una vez adentro sacó la cabeza para accionar el botón del elevador y allí encontró la muerte. 

-¡Coño, Rocha! Además de ser pequeño tuvo que ser buen contorsionista, el elevador de los gallegos era pequeño y disponía del espacio necesario para subir las bandejas de comida. ¿Cómo ocurrió el accidente, quien lo descubrió?

-Mira, si solo hubiera sacado el brazo, aun estuviera vivo, quizás fuera manco solamente. Tú sabes que esos elevadores eran muy rápidos en activarse cuando le tocaban el botón. Lo descubrió un watchman vietnamita que hacía guardia dentro del barco. Cuando el hombre entró al pantry y encontró a Llorente muerto, salió gritando por todos los pasillos. Una vez en la escena, me encontré al maquinista muerto dentro del elevador con la cabeza afuera, todavía me erizo cuando recuerdo aquella horrible escena. 

-Imagino el trauma que te pudo haber provocado esa inesperada situación, además de tus lazos afectivos con el maquinista, fuiste prácticamente una de las ultimas personas que compartió con él y vio con vida. ¿Supiste algo sobre el curso seguido con su cadáver?


Puede observarse claramente las anotaciones realizadas en su libreta de enrolo, nombre del barco, puerto de enrolo, cargo, fecha del enrolo y la firma del Capitán.

-Si te afirmo algo, te miento. El Capitán me designó como oficial investigador, ya sabes cómo es el proceso por seguir. Entre otras cosas, hice un inventario de sus pertenencias que le entregaron a su familia una vez que arribamos a Cuba. No tengo ideas de si fue sepultado en Viet Nam o incinerado, tampoco se nos comunicó que el cadáver fuera repatriado a la isla, los tiempos de guerra que existían no se prestaban para eso, pienso ahora. No hubo velorio ni forma humana de despedirlo, todo se desarrolló en absoluto secreto para nosotros.

-Durante ese tiempo que permanecieron en Viet Nam atrapados, ¿Cómo fue la atención recibida por la parte cubana en ese país? 

-Sin temor a cometer errores o mentir, puedo asegurarte de que esa atención fue casi o totalmente nula. Pudieron intercambiar mensajes con el Capitán del buque, pero visitas del personal que trabajaba en la embajada, no la recuerdo. No podemos quejarnos de las atenciones recibidas por la parte vietnamita, ellos estuvieron atentos todo el tiempo a nuestras necesidades. Tampoco conozco el grado de relación que tuvo el Capitán con el Primer Ministro Pham Van Dong, ya sabes cómo era El Mono de sociable, pero no imaginé que llegara a este nivel. El asunto es que un día invita al Capitán Torres Abat para que fuera con un grupo de tripulantes a una cena en Hanoi. Le preguntaron que deseaba comer y El Mono pidió que cocinaran carne de perro en todas las variantes que existía en la culinaria vietnamita. Yo estuve entre los invitados y Amado Carbot también, bueno, me di tremendo atracón con carne de perros. 

-Entre las notas encontradas en diferentes medios de prensa de la época, algunas de ellas manifiestan, entre tantas cosas, que ustedes transportaban ayuda humanitaria de la isla para el pueblo de Viet Nam. ¿Qué me puedes decir de eso?

-¡Mira! Ese viaje fue uno tan normal como los que siempre acostumbrábamos a dar de carácter netamente comercial. Cuando yo me enrolé en el “Imías” como agregado el día 6 de Diciembre de 1973, el barco estaba prácticamente de salida. Cargamos azúcar a granel en Matanzas con destino a Liverpool-Inglaterra.

-Suponiendo que hayan salido en los días próximos a esa fecha, tuvieron que pasar el fin de año en el Océano Atlántico. ¿Qué sucedió después?

-En Liverpool permanecimos unas dos semanas máximo en las operaciones de descarga y nos destinaron cargar en Belfast como te dije con destino a Viet Nam. En ese puerto las operaciones de carga durarían unos tres días solamente, eran estructuras metálicas voluminosas. 

-O sea, supongo que ya nos encontramos a finales de Enero o mediados de Febrero. ¿Cuál fue la derrota usada para dirigirse a Viet Nam?

-No quisiera ni acordarme de ese punto, nos ordenaron pasar por Sudáfrica, ya sabes lo extensa que es la navegación por esa vía desde donde nos encontrábamos. Tienes que recorrer todo el Atlántico de norte a sur, bordear el sur de África en demanda del Océano Índico sur, estrecho de Madagascar, Océano Índico en demanda de la India, Estrecho de Malaca, Singapur y Mar de China. Horrible, creo que consumimos más de dos meses, no recuerdo con exactitud.

-Bueno, suponiendo que con buen tiempo hayan partido de Belfast a principios de Febrero, algo que dudo un poco, consumiendo dos meses de navegación hasta Viet Nam, ustedes habrían arribado a este país para finales de Abril o principios de Mayo. Creo que es una fecha conservadora, pudo ser más tarde. No voy a consumirte mucho más tiempo y no deseo agotar a los lectores con esta entrevista, me quedan pendientes algunas notas que fueron publicadas por la prensa de esos tiempos. ¿Cómo se produce la salida de Viet Nam, tienes idea aproximada de la fecha? 

-¡Mi hermano, no seas abusador! Han pasado unos 47 o 48 años de esos eventos y no todos poseemos tu memoria. Hay un dato que te puede ayudar en esa búsqueda tuya de la verdad, nos ordenaron viajar en lastre hasta Tokio para desde allí escoltar al Ferry “Comandante Pinares” hasta Cuba y suministrarles combustible en el camino. En ese barco viajaba como Segundo Oficial nuestro compañero de estudios Nicolas Borrego y a la altura de Hawaii cuando les hicimos llegar una manguera por medio de un cable, Nicolás me mandó por el mismo cable varias ruedas de cigarrillos.

-Imagino que después ustedes llegarían primero que el “Pinares” a La Habana, lo digo por la velocidad. ¿Recuerdas el día que recalaron a La Habana? 

-¡No, mi hermano! Si recuerdo que arribamos antes de ellos y el malecón estaba repleto de gente para recibirnos.

-¡No te preocupes! Voy a buscar una fecha aproximada de tu llegada a La Habana. Yo me encontraba entre el gentío que los saludaba desde el malecón y disfruté el regreso de todos ustedes. ¡Ahora, amárrate los pantalones! Voy a leerte todas las mentiras, manipulaciones y disparates que encontré en Internet con relacion a la permanencia de ustedes en Viet Nam. ¿Listo?

-¡Dispara!

-Rocha, comenzaría por decirte que es mentira esa noticia de que ustedes estuvieron un año atrapados en Viet Nam cuando minaron los puertos.

-¡Oye, yo nunca te he dicho que estuvimos un año allí! Me reclamó algo sorprendido y avergonzado. 

-¡No lo dijiste, tú! Todo lo contrario, tus respuestas me obligaron a buscar el fondo de esta gran mentira mantenida durante unos 43 años. ¡Veamos las razones de esas conclusiones! Te enrolaste en el “Imías”, según consta en tu libreta de enrolos el día 6 de Diciembre de 1973. Partieron de Cuba ese mismo mes y regresaron a la isla en Diciembre de 1974. Si descontamos el tiempo transcurrido en las navegaciones hasta Liverpool, operaciones de descarga y luego carga en Belfast, navegación por Sudáfrica hasta Viet Nam para arribar unos meses más tarde a Viet Nam. Fecha de partida de ese país hacia Japón para escoltar al buque “Comandante Pinares” y el arribo a la isla, puede que ustedes hayan permanecido en Viet Nam unos cuatro o cinco meses solamente y no el año con el que engañaron a todo un pueblo incluyéndome a mí. 

-Tienes toda la razón del mundo, no sé de dónde salió esa noticia y las razones para semejante mentira.

-¡Mira, voy a ofrecerte la fecha de entrega del “Pinares” y su arribo a La Habana.

 

Ferry "Comandante Pinares"


Ferry.

Astillero: Niigata Shipbuilding & Repair Co. Ltd.

Lugar de construcción: Niigata, Japón.

Casco nº:1.306 Sociedad clasificadora: RCB

Matrícula:                    Señal distintiva: CLCX                      IMO: 7355258

Tripulantes: 41             Pasajeros: 1.400

GT: 2.161                    TRN: 423                     DWT: 1.038                  DV: 950

Eslora: 78,64                Manga: 12,40               Puntal:                         Calado: 3,00

Equipos de cubierta (Cantidad x toneladas):

Capacidad combustible: m³                              Consumo diario:

Dos motores diésel Niigata; 4T; 8 cilindros (); Niigata Engineering Co. Ltd., Niigata, Japón.

Calderas:

5.200 bHP.                   Hélices: 2                    Velocidad: 16,5 nudos.

 

1974. 03 de Junio. Puesta en gradas.

1974. 18 de Abril. Botado para el Gobierno de Cuba, La Habana. Bautizado COMANDANTE PINARES. (Cuba)

1974. 09 de Noviembre. Alistado.

1982. Rebautizado CONCUN TROPICANA. (Cuba)

1982. Rebautizado COMANDANTE PINARES. (Cuba)

1995. Transferido a la Empresa Nacional Caribe, La Habana COMANDANTE PINARES. (Cuba)

2013. Baja de los registros; Existencia dudosa.

 

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-FUENTE-

Granma

-VOL-

10; 294

-PAGINAS-

1

-AUTOR-

Fernando G. Davalos;

-TITULO-

Llego a La Habana el nuevo trasbordador de pasajeros Comandante Pinares

-TERMS-

Barcos

Transporte maritimo

Importaciones

-DESC-

Buque Comandante Pinares; Japon;

-FECHA-

1974 12 16

-END-

(Granma Archives Index for 1974) http://lanic.utexas.edu/project/granma/1974.html

 

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-Rocha, como puedes observar en las líneas pasadas, el ferry “Comandante Pinares” fue terminado el 09 de Noviembre de 1974 y tomarían unos días de espera por la llegada de ustedes para zarpar rumbo a Cuba. Como vemos, ustedes partieron de Tokio escoltándolos un día sin precisar del mes de Noviembre de 1974. Luego, la llegada del Pinares fue publicada por el Granma en la fecha 1974 12 16. Sin embargo, no conservan nada publicado del arribo de ustedes a La Habana, cuando se supone que la noticia era mucho más importante por tratarse de “Héroes”. Como puedes observar, existen omisiones en mi búsqueda como si se tratara de borrar evidencias de un crimen. No conformes con esas mentiras, observa como publicaron y en que fecha la salida de los buques “Jigüe” e “Imías” de Viet Nam.

 

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-FUENTE-

Granma

-VOL-

9; 36

-PAGINAS-

1

-AUTOR-

Miguel Rivero;

-TITULO-

Salen del minado puerto Haiphone los mercantes cubanos Imías y Jigüe; Mensaje del comandante Fidel Castro a los marinos del Imías y el Jigüe

-TERMS-

Barcos

Marinos

Guerras

Condecoraciones

Cartas

-DESC-

Guerra de Vietnam; Motonave Jigüe; Motonave Imías;

-FECHA-

1973 02 12

-END-

(Granma Archives Index for 1973)

http://lanic.utexas.edu/project/granma/1973.html

 

-Como puedes observar, este soberano disparate se encuentra publicado en los archivos del periódico Granma y para hacer más ridícula la mentira, agregan que el Comandante Seboruco les envió un mensaje a ambas tripulaciones.

Bueno, voy a publicar algunos de los mensajes encontrados y que ya te he leído. Dejémoslos pues a la evaluación y criterio de los lectores, ellos también tienen neuronas para pensar. Hay algunos que no tienen desperdicio y resultan hasta cómicos si no se tratara de un tema tan serio.

Recibe un fuerte abrazo

Esteban


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…Ya en 1972, cuando las tropas estadounidenses arreciaban los bombardeos en el Norte y rociaban con napalm aldeas indefensas, los buques cubanos Imías y El Jigüe se las ingeniaron para romper el cerco impuesto al puerto de Hai Phong, bajo la tormenta de balas y torpedos, con el fin de llevar ayuda a Vietnam…

(http://special.vietnamplus.vn/-vietnam-cuba-relato-de-una-amistad-imperecedera)

 

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…Destacó igualmente la ayuda material brindada por la isla caribeña a Vietnam en los momentos más difíciles de la agresión estadounidense y recordó la decisión adoptada en 1972 por los tripulantes de los barcos cubanos Imías y Jigüe, que habían llevado mercancías al país, de permanecer en el puerto de Hai Phong a pesar de las minas colocadas por las tropas norteamericanas.

 

Ese episodio demostró la disposición de los cubanos de dar hasta su propia sangre por Vietnam si fuera necesario, como había expresado algún tiempo antes el Comandante en Jefe Fidel Castro, afirmó por su parte Liurka Rodríguez Barrios, encargada de Negocios de la embajada de la Isla aquí… (Radio Cadena Agramonte)


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En 1972, Cuba envió un equipo médico para ayudar a nuestro país, mientras que dos barcos cubanos, El Jigüe e Imías, que portaron productos de asistencia, bombas y minas atracaron en el puerto de Hai Phong a pesar de los bombardeos de Estados Unidos. Más de mil ingenieros, técnicos y trabajadores cubanos con equipos, maquinarias y materiales necesarios se unieron a los trabajadores vietnamitas para construir cinco obras donadas por Fidel a Vietnam… (https://vovworld.vn/es-ES/vietnamiberoamerica/el-corazon-de-fidel-por-vietnam-parte-final-682181.vov)


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En 1972, cuando los norteamericanos minaron desde el aire la rada de Haiphong, allí quedaron bloqueados los mercantes cubanos Imías y El Jígüe, cuyas tripulaciones compartieron con sus anfitriones el peligro de los bombardeos junto con la alegría por las constantes victorias en la batalla contra los yanquis…( http://www.escambray.cu/2017/la-huella-de-fidel-en-la-liberacion-de-vietnam/)


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21 de noviembre de 1973, funcionarios vietnamitas entregan medalla a 89 tripulantes de los buques Imías y Jigüe.

 Cuba-Estados Unidos: Cronología de una historia. Publicado por el Instituto Cubano del Libro.


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Hermosas páginas de nuestra historia han escrito los marinos cubanos: los tripulantes del Jigüe y el Imías, bloqueados en el minado puerto vietnamita de Haiphong, durante la agresión yanqui. Prefirieron permanecer allí y volar en pedazos antes que abandonar al hermano pueblo…

Marina Mercante Cubana

Firme la proa contra vientos, mareas y agresiones

EMILIO DEL BARRIO MENENDEZ

 

DiarioGranma. http://www.granma.cu/granmad/2001/06/27/nacional/articulo04.html

 

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Motonave “Imías”


Tuve el sano propósito de rescatar una página muy importante en la historia de la Marina Mercante Cubana, la detención de los buques “Imías” y “Jigüe” en puertos vietnamitas por el minado de sus aguas y que, según la prensa de sus tiempos, permanecieron “un año” sin poder hacerse a la mar. Notas cargadas de un dramatismo ridículo que lograron arrancar más de una lagrima, además de esos sentimientos de solidaridad tan humana entre los hombres de mar. Contaba para este propósito con la asistencia de uno de aquellos “heroicos” protagonistas, Luis Rocha Hurtado, el Tercer Oficial del buque “Imías” a quien me ata una amistad que data de 1967. Pensé que lograría mi objetivo con una simple entrevista y me equivoqué, nos equivocamos los dos. Me vi obligado a consultar muchas páginas en Internet y cuál no sería la sorpresa de ambos. Descubrí que las noticias estaban sobrecargadas de manipulaciones, un rancio dramatismo revolucionario, omisiones y estas mentiras que han logrado sobrevivir 43 años.

La pequeña entrevista se transformó en un bombardeo de llamadas con sus correspondientes preguntas y dudas. Claro, nunca he dudado de las palabras de mi amigo. Dudé en todo momento de lo que leía publicado en páginas del gobierno cubano, dudo aún más de la veracidad que pueda encerrar la historia de esa Cuba escrita por ellos. El día que exista un cambio, el cubano presente se verá en la obligación de editar o revisar toda la historia escrita en estos 62 años. 

Todo resulta en una gran mentira, esos barcos no se encontraban en Viet Nam en los años 1972 y 1973, tampoco permanecieron un año atrapados en Viet Nam. En aquellos tiempos no existía Internet y debíamos conformarnos con las noticias que nos ofrecían los medios de comunicación cubana. Esta mentira ha viajado como una verdad intocable durante unos 48 años. Los tiempos han cambiado y esas noticias ocuparan a partir de hoy el lugar que les corresponde en nuestra historia, su estercolero.

Quiero culminar este trabajo con estas notas alucinantes y ridículas que una vez creímos fueran ciertas y las creímos.

 

…Ya en 1972, cuando las tropas estadounidenses arreciaban los bombardeos en el Norte y rociaban con napalm aldeas indefensas, los buques cubanos Imías y El Jigüe se las ingeniaron para romper el cerco impuesto al puerto de Hai Phong, bajo la tormenta de balas y torpedos, con el fin de llevar ayuda a Vietnam…

 

 

Esteban Casañas Lostal

Montreal..Canada

2021-03-23

 

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sábado, 13 de marzo de 2021

CUANDO TE MANDAN A MORIR, ¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?

CUANDO TE MANDAN A MORIR, ¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?

 

Motonave "Viñales"
 

En Cuba existen unas palabritas mágicas que abren muchas puertas, piernas también, masculinas o femeninas, poco importa. Estas palabras son muy conocidas en todos los niveles de dirección y su campo de aplicación es general, llegaron hasta nuestros barcos y se empleaban de acuerdo con la situación. “Es un problema de Estado”, rezaba una de esas cortas oraciones que pocos desafiaban. “Es una orientación del Partido”, decía otra de esas temidas frases. Todas conducían hacia un solo punto que nadie enfrentaba, el Seboruco que hoy reposa como molesto meteorito en el cementerio de Santa Efigenia en Santiago de Cuba. Su campo de aplicación era muy amplio y podía afectarte en cualquier sitio del universo.

En las flotas cubanas se escucharon con mucha frecuencia, una que otra, todo dependía de la situación para cambiar el nombre del remitente, que como he dicho, siempre era el mismo. Si el momento era de importancia política, se usaba el nombre del Partido. Si la urgencia era económica, entonces intervenía el Estado. Como quiera que fuera, ambos eran temidos y se trataba de cumplir la orden o satisfacer un descabellado capricho.

No siempre existió la posibilidad de aplicar una u otra en nuestro campo de acción, un viaje comercial normal, reduce ese territorio a los dominios internos de nuestra dirección. Cuando una orden venía desde el Partido, esta viajaba por diferentes canales o directamente hasta nosotros, todo dependía de su importancia como, por ejemplo, viajes de “misiones internacionalistas” y tonterías similares de carácter político. Eran órdenes de estricto cumplimiento e inviolables. Las del Estado se resumían en cargamentos que debían transportarse con carácter urgente, casi siempre mercancías de las que dependía una u otra industria a punto de colapsar tampoco podían evadirse. Ambas se comportaban como trampas que sometían a prueba la confiabilidad y disposición revolucionaria de capitanes y oficiales.

Sin embargo, se dieron casos donde nos mandaban a morir y la respuesta a cualquier interrogante, no escapaba de las paredes de nuestra empresa. ¡Pero, ojo! Las responsabilidades no eran absolutas y salpicaban a diferentes personalidades administrativas hasta llegar al mando del buque quien, en definitiva, tenía la última palabra. En estos casos, la máxima responsabilidad de una aventura marítima por emprenderse cae con todo su peso sobre el Capitán, Primer Oficial, Jefe de Máquinas, etc. Tal fue el caso ocurrido a la motonave “Guantánamo”, la cual naufragó llevándose al fondo del mar a toda su tripulación, conociéndose un solo sobreviviente. Voy a tratar de ilustrar ese acontecimiento con ejemplos de mi experiencia.

 

CUANDO ES UNA MISIÓN DEL PARTIDO.

Muchos de la época saben y lo vivieron en carne propia, negarse al cumplimiento de una “misión internacionalista”, se traducía en la separación del tripulante de la flota. A partir de esa expulsión “deshonrosa”, el individuo dejaba de ser considerado una persona en todo el territorio nacional. ¿Cuándo se trataba de una misión del Partido? Pongamos de ejemplo los viajes en “misiones internacionalistas” cuando la guerra de Angola, solamente en este tiempo, porque después esos viajes continuaron durante quince años sin los riesgos o exigencias de la guerra. El buque “Renato Guitart” fue tomado militarmente el mes de diciembre del año 1975 y la Seguridad del Estado se apareció con una lista de los tripulantes que debían ser relevados inmediatamente por no ser “confiables”. Se preparó la nave en el puerto de Cárdenas y partimos con 1200 soldados rumbo a Angola. Instantes antes de la partida nos abordó un Mayor de las FAR con un mensaje de Raúl Castro, decía más o menos así; “En caso de que el buque sea sorprendido por fuerzas navales enemigas, ustedes deben encerrar a los soldados en las bodegas y proceder al hundimiento de la nave”. ¿Se dan cuenta de lo que este individuo nos pedía? Estamos ante la presencia de un genocidio y el relato completo de ese viaje se encuentra comprendido en el trabajo titulado “La Misión de los Condenados” disponible en este blog. Muy bien, no fuimos interceptados por buque de guerra alguno y la virgen de la Caridad, muy cubana ella, nos protegió durante toda la travesía. ¡No hubo una vía de agua, incendio, explosión, nada! Solo veinte días sin bañarnos porque el buque carecía de destiladora y había sido diseñado para transportar solamente a su tripulación. Ese no fue el peor peligro al que fuimos sometidos, resulta que a los soldados no se les entregó chalecos salvavidas ni se embarcaron balsas inflables adicionales.  O sea, un simple accidente a bordo hubiera producido cualquier cantidad de muertos en medio del pánico vivido por esas personas ajenas a nuestro mundo. ¿Quiénes serían los primeros muertos? Indudablemente la tripulación por poseer esos chalecos en sus camarotes. Este ejemplo puede aplicarse a todos los buques de nuestra flota y la de pesca que participaron en aquella campaña, ninguno estaba preparado. Pudiera continuar exponiendo otros ejemplos, pero los considero innecesario, solo alargarían la presente exposición.

Unos casos de aplicación extraterritorial de esa orden los encontramos en Viet Nam del Norte cuando la guerra, los buques “Imías” y “Jigüe” recibieron la orden de no abandonar el puerto, aun cuando recibieron con anterioridad la información de que serían minados los puertos. Ambos buques con sus tripulaciones debieron permanecer atrapados durante un año en Haiphong para complacer los caprichos del meteorito de Santa Efigenia. Un caso similar ocurrió años mas tarde durante la guerra entre Irak e Irán, el buque “Bolívar” quedó atrapado en igualdad de condiciones por la misma orden, esta vez tuvo como consecuencias la pérdida total de la nave, buque de recién adquisición, muy moderno.

 

CUANDO ES UN ASUNTO DE ESTADO.

Este caso se usaba con mucha más frecuencia que el anterior para ejercer presión y evitar cualquier negativa por parte del mando del buque, podía aplicarse estando la nave en Cuba o en el extranjero. Se empleaba con fines muy parecidos a la anterior, pero con mayor significación económica. Servía de paso para justificar el despilfarro económico por cometerse en ciertas circunstancias, darles prioridad a cargamentos, presionar al mando del buque, chantajear a inspectores y supervisores de compañías aseguradoras o clasificadoras extranjeras con representaciones en la isla, etc., su campo de aplicación era muy amplio. En ambos casos la última palabra la tiene el mando del buque, pero ya sabemos como funcionan las cosas en la isla.

Varios años después de haber navegado en el buque “Renato Guitart”, me enrolan en el nuevamente como Primer Oficial. Ciertamente no sabia que se llamaba en esta oportunidad “Casablanca” y acepté gustoso porque recibiría el astronómico pago mensual de $150.00 dólares. Si comparamos esa cifra a los $2.00 dólares diarios que pagaban en la flota a partir de la salida del último puerto cubano, cualquiera llegaría a la conclusión de que se trataba de toda una tentación a la que no tenían acceso la mayoría de los marinos cubanos, era todo un privilegio, eso pensé. Ese pensamiento e ilusiones murieron inmediatamente después de entrar al muelle y comprobar que se trataba de la vieja cafetera donde yo había navegado. Debía relevar al viejo Vasallo, lo conocía desde hacia muchos años y estaba a punto de retirarse por la edad. Acordamos encontrarnos al día siguiente para proceder a la entrega formal del cargo que, para nuestro caso, nos brindaba 72 horas, tiempo suficiente para no dejar cabos sueltos. Bueno, Vasallo levantó el vuelo y no regresó mas al barco, aun lo estoy esperando. 

En la medida que pasaban los días fui descubriendo deficiencias graves que atentaban contra la seguridad del buque y me encontré con las manos atadas. Si realizaba un informe sobre aquella situación podían sancionar al viejo y perjudicarle su retiro. Preferí asumir todas las responsabilidades y tratar en lo posible de solucionar los problemas. El Capitán Francisco Demares insistió en varias oportunidades que hiciera ese informe y me negué. Solo voy a relatarles algunas de aquellas deficiencias detectadas para no extender la presente.

A).- Los botes salvavidas no arriaban cuando se liberaba el freno de sus pescantes. Hubo que aplicarles calor con una antorcha y darles mandarrias durante un día entero a cada uno para lograr que bajaran. Carecían de todo tipo de avituallamiento exigido por la OMI, por carecer, no tenían ni agua. Este es un trabajo que debe ser realizado por el Tercer Oficial y supervisado periódicamente por el Primer Oficial, ni lo uno, ni lo otro. En caso de abandono del buque, solo se disponía de los chalecos salvavidas porque después encontramos que las balsas inflables también estaban vencidas.

B).- Las sentinas (Pozos practicados en los planes de las bodegas con el propósito de colectar los líquidos que se producen por condensaciones, inundaciones o averías de las cargas) Estaban totalmente bloqueadas por la basura acumulada por años y el sistema de achique fuera de servicio. O sea, si se producía una leve inundación en cualquiera de sus bodegas, ponía en riesgo de naufragio al barco.

C).- Toda la arboladura del buque se encontraba guarnida con cables inapropiados, lo que significaba un verdadero peligro a la hora de manipular los cargamentos con el uso de los puntales.

D).- El sistema de lastrado y deslastrado de los tanques no funcionaba. Una vez solicité lastrar el Peak de Proa y se fueron llenando todos los tanques desde la proa hasta el cuarto de máquinas.

C).- El buque tenía todos los certificados de navegabilidad vencidos y sin ellos era, no solo imposible salir a navegar, no podíamos pasar por el Canal de Panamá con destino a Malasia. Estaba enrolado en un desastre donde como premio nos habían asignado el cargamento de 12 600 Tm de azúcar.

En teoría todo podía resolverse sobre la marcha, solo existía un obstáculo difícil de vencer en apariencia, los “certificados”. Es entonces cuando aparecen esas palabritas mágicas “Esto es un asunto de Estado” y pone a correr a unos cuantos. Los inspectores se niegan a extender los mismos o en sus casos unas extensiones que le permitan al barco poder zarpar y, es en este punto, donde aparecen los testaferros de la Seguridad del Estado para amenazar o chantajear a esos inspectores o supervisores. No olviden que ellos trabajan para el Lloyd's Register of Ships o el Bureau Veritas, ambas son compañías internacionales con sus representaciones en La Habana, pero con la desventaja de que sus trabajadores son “cubanos”. ¡Vamos, son gente con las mismas necesidades que yo o tú! Es de suponer que los abordan con el uso de toda esa retórica y verborrea ya conocida y en caso de resistencia, les dicen simplemente que serían relevados de sus puestos de trabajo por otros desesperados dispuestos a venderles su alma al diablo a cambio de algunos privilegios. El hombre a cargo, quien tiene familia como nosotros, no está dispuesto a privarlos de todos los privilegios que disfruta, buen salario, tal vez un auto con chapa HK, hospedaje y dietas cuando se desplaza a puertos del interior, etc. Muy sencillo, firma y extiende los certificados solicitados. Así de simple nos mandaban a morir, pero como he dicho, la última palabra la tiene el mando del buque al aceptar esas condiciones inhumanas a las que someterá a toda la tripulación con sus riesgos incluidos. ¡Ojo! Nada de esto lo publicarán esos falsos periodistas, supuestos historiadores o la revista “Mar y Pesca”.

Muy simple, una situación similar a la experimentada a bordo del buque “Casablanca”, pudo haber ocurrido en la motonave “Guantánamo”. Las opiniones que he leído sobre el estado técnico de esas naves construidas en Rumanía y premiadas con los años de explotación, no dejan sitio a la duda. Imagino las presiones ejercidas por el jefe de grupo de esa nave y sus operadores para que salieran, sumadas a la inexperiencia del mando de la nave y el pobre poder para tomar decisiones. En este fatal caso el mayor peso de la responsabilidad recae sobre el mando de la nave, aunque seamos manipulados sentimentalmente por las simpatías que abriguemos por nuestros colegas.

Ya vieron que me encontré en una situación similar al del “Guantánamo” a bordo del buque “Casablanca” y las razones por las que acepté continuar enrolado. Sin embargo, les presentaré otro testimonio que sirve para ilustrar mi opinión de que el mando del buque tiene la palabra final, rechazas salir en condiciones de peligro o la aceptas. Todos saben el precio que se debe pagar por una negación y que, además, se requiere de un poco de valor para exponerse ante toda una cadena de cómplices que atentarán en todo momento contra ti y la verdad.

Yo tenía planificado desertar en mi último viaje a bordo del buque refrigerado “Viñales” e inmediatamente después de recibida la lista de carga hice los cálculos de estabilidad. Esas naves por diseño son muy pobres en estabilidad y eso lo saben perfectamente todos los que navegaron en ellas como Primer Oficial. Detecté que, una vez finalizada la carga, el buque quedaría con un margen de estabilidad muy pobre y que consumidos dos o tres días de combustible, podía llegar al estado de indiferencia. O sea, tiraría para donde lo empujara la mar o el viento, no quiero entrar en detalles técnicos que no comprenderán muchas personas. Se trataba sencillamente de una locura salir en esas condiciones y lo comuniqué inmediatamente al operador del buque en Navegacion Mambisa. La única solución posible para aceptar todo el cargamento era suministrando el combustible solicitado por el buque. El operador me pidió que procediera a la carga y prometió que el combustible sería suministrado antes de finalizar la carga. Creí en su palabra y cargué al barco como se había acordado hasta el final. Solo que llegó el momento de la partida y el combustible no aparecía por ningún lado. Con mucha calma llamé a Navegacion Mambisa y solicité hablar con el operador del barco. Le dije que ya tenia mi ropa empacada dentro de las maletas y que no saldría a viaje en esas condiciones, le pedí que me buscara un relevo inmediatamente. El hombre me respondió que enviaría a un Capitán Inspector, quien en ese caso sería el Capitán Manso para comprobar lo que yo le había comunicado. Manso arribó al cabo de una hora al buque y juntos revisamos los cálculos en la pequeña computadora que se poseía para esos fines. Comprobado que yo no mentía, se procedió a sacarles un poco de combustible a los buques surtos en puerto para suministrárnoslo. Como pueden observar, yo no ponía en juego la compra de pacotilla, me estaba jugando la posibilidad de desertar. No estaba dispuesto a jugarme la vida y la de los tripulantes por una locura que se pudo evitar con mi actitud. Lo mismo pudieron haber hecho todos los mandos que experimentaron situaciones similares, pero desafortunadamente fueron vencidos por nuestros miedos, incompetencia o una estúpida complicidad arrastrados por esas palabritas mágicas que usaron durante décadas.

Ejemplos de aplicación de una u otra de esas frases mágicas sobran en la vida de nuestros marinos, todas dirigidas a proteger las locuras o disparates que se le ocurrían al meteorito de Santa Efigenia o la incompetencia de quienes han dirigido la economía y mala suerte que sufre ese pueblo. Muchas pudieron evitarse, pero nos faltó pantalones, no podemos engañar a las nuevas generaciones. ¡Ojo! Nada de esto lo publicarán los falsos periodistas o historiadores, mucho menos en la revista “Mar y Pesca”.

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2021-03-13

 

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