EL
NEGRO FÉLIX
SINGLADURA
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"SE FELIZ" Nos dice una religión, "Se
feliz" nos desean las palabras, y ser feliz es lo que todos deseamos. Y
nadie es completamente feliz, aunque unos gritan a voz en cuello que sí y otros
insisten que no. Pero ¿a qué le llamamos ser "feliz"?, ¿qué es eso?
He oído de labios de una mujer esta frase:
-"Me has hecho la mujer más feliz del mundo en
este momento"... y probablemente, a pesar de que solo lo que ha hecho es
decir que ha quedado complacida en ese momento, sin embargo, ha dicho su
verdad. Lo demás en ese instante no existe, no cuenta, no importa. ¡Piénselo
usted!
En los cafetales encima de la montaña conocida por el
nombre de "Monte Rus" en el Oriente Cubano conocí a un haitiano poco
común, con una excelente educación, un vocabulario y unas costumbres que se hacían
notar por sobre todos los cafetales, un hombre de magnífica estampa, bello
masculinamente. Reía todo el tiempo. Llegó a Cuba como tantos a recoger café en
la temporada aquella y se quedó... se hacía llamar "Negro Félix". Su
español hablando era bastante bueno y se ganaba las simpatías por todas partes.
Recuerdo que una vez me dijo: "Desde hoy yo
cambiarme el nombre, yo soy un "Negro Feliz"… Y se lo cambió
legalmente... y feliz era Félix, digo, Feliz.
Hay un pensamiento en lengua inglesa de una gran
apariencia industrial que define la felicidad como el "tener todo lo que
quieres, cuando lo quieres, en la forma y cantidad que lo quieres, en el lugar
que lo quieres, a la hora que lo quieres, etc." ad infinitum. Mi difunta
madre decía que si podía dar de comer a sus hijos cada día ella era feliz. Cada
uno es feliz o no de otra manera.
¿Y yo, se acaso yo como ser feliz? Eso depende. Un día estoy alegre, al siguiente soy hecho de vinagre y si me apuras un poco de ácido corrosivo estoy a veces. Pero muchas cosas me alegran... por ejemplo, tus besos. Para mí no he logrado aprender como serlo; para otros siempre he sabido como se tratan las cuerdas y los trastos de la guitarra. Una gaviota entre mil es la más chillona; y nunca identificaremos cual. La bandada es inmensamente grande y no se pueden contar.
¿Amas? He ahí el rincón de tu propia felicidad...
Mas... ¿eres amada? Vuelve a pensar. Son las montañas y valles, las olas y la
planicie, el ala y la pata, el aire y el mar. Siempre habrá dos. ¿Tal vez tú y
yo?
Tal vez tú y yo, tal vez y él y ella, y aquél y
aquella y todos los de más allá. Tal vez ninguno y todos... es un rejuego de
naranjales en sazón con sus colores, aromas y dulces jugos. Pero también el
naranjo nos hiere con crueles y largas espinas.... Y aún así el placer de beber
su jugo nos deleita; decimos que nos hace "feliz".
¡Se Feliz!, bella expresión.
En tus brazos soy feliz, aunque los celos me matan y en mis internos sentimientos sé que me engañas, piensan muchos. ¿Así ella es feliz? ¿Lo es él? La rueda gira y gira y gira más, mientras beso tus labios soy feliz. Eso es lo que el mundo piensa siempre. Las palabras dicen tanto y tanto amamos, pero siempre buscamos esa magia del desierto que es el diamante que un día perdiera el rey cuando buscaba una novia entre las dunas y solo se encontraba con arenas granuladas que se hacían cristal en un instante y torturas al anochecer... el rey buscaba ser feliz.
Una vez bailé en Londres con una princesa, Martha de
Dinamarca y Noruega, la mujer que pudo y quiso y tuvo todos los derechos
legales para ser reina de ambas cortes… Ella parecía feliz… Mas los años han
pasado. La historia ya se sabe, Martha yace en un lujoso cementerio y los
apologistas la ven una mujer feliz. Yo no.
Yo tuve a la Princesa de La Corona de Noruega y la
heredera del trono de Dinamarca como una hora en mis brazos, aunque mal
bailador yo sea. Ella reía, cantaba, alegraba a los marinos de su tierra,
conmigo incluido, que luchábamos por libertar a su Noruega de manos de los
alemanes. Sus súbditos la veían feliz; yo no. Martha ayudaba al esfuerzo de la
guerra en esos momentos, no a satisfacer sus ansias de placer.
Y la historia persiste ahí en los libros. heredera
que era de los dos tronos dentro de ciertas normas constitucionales, quiso ser
reina, más derecho que ninguna otra tenía, pero no llegó ser reina.
Fue hermana de dos reyes, madre de un rey, y muchas
cosas, pero nunca disfrutó del placer de ponerse ninguna de las dos coronas. En
mi opinión, Martha que lo tuvo todo, más que mujer alguna jamás, no fue nunca
completamente feliz.
-¿Quién es completamente feliz?
-¿Acaso usted?
Gilberto Rodríguez
Miami-Fla..USA
2010-11-01
xxxxxxxxxx
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