jueves, 13 de junio de 2024

ESPUMAS DEL MAR SOY. Singladura Nr. 35



ESPUMAS DEL MAR SOY.

Singladura Nr. 35




Amaneces. Sé que estás ahí, sé que eres tú. Diosa, virgen, o sirvienta, mujer eres. Yo solo, espuma soy.

 

Por las rendijas de un soleado amanecer me miro en tus ojos extrañados ¿Es un nuevo día, un nuevo amanecer o eres tú que me deslumbras? Me da igual, estás ahí.

 

¿Quién eres tú? ¿Mi mujer, su mujer, diosa del cielo? Yo te veo, transparente a la luz de este semioscuro amanecer, vas con la brisa. La aurora se detuvo ante tus pies. ¿Por mí? ¿Sabes amar?

 

El agua que se desliza por las quebraduras de la montaña es mi sangre que corre a ser rocío. La rosa necesita su gotita. Yo no sé de diluvios solo el de besos que te pido. ¿Me amarás? Tal vez.

 

Yo soy el mago de los montes, el fauno que deambula entras las ramas, soy el ruiseñor que te deleita en las horas de las brisas matutinas, oculto entre las ramas del cafeto. La montaña me inspira, está más alta cada vez, allí resides tú. Alta, mas no altanera, dulce, pero con suerte de arlequines que se suben a la escena. Hoy soy de ti. Mañana los vientos me destruyen, el corazón es de merengue.

 

Forma mi mente ciertas sedas tejidas por gusanos resplendentes que solo residen en mi ser, y te visto en mis sentidos de oros, porcelanas, esmeraldas y rubí. Y sobre las arenas del desierto se crear para ti un oasis, un remanso, un océano, un pastel. ¿Dulce?

 

Tal vez. Las espumas de las pequeñas olitas que mis sueños te preparan allí en las orillas de ese mar, son solo globitos, burbujitas, juguetonas doncellas de la primera sonrojé. Pasajeras son. La quimera es fugaz, el amor eterno, el beso es solo un sello con la llave de mi corazón. No se guardarlo. Tómalo en tus manos, es de ti.

 

Cuando la tormenta amaine sobre el litoral de mi vida tal vez quede varado el bote en que navego. Un remo roto, una boya desprendida, el puerto está en la lluvia y sus canales apuntan solo al muelle de tus senos. Mira bien. Transeúntes milongueros le cantan al sinsonte, pero el amor que nace de mi corazón te canta solo a ti.

 

Cuida que las espumas no se quiebren al llegar hasta tus sienes, la brisa tiende a sacudir las burbujitas y con humildad mi fe resiste la humedad de que dan las aguas de la burbuja que se abriera al nacer tú, y tomar tu nombre. ¿Qué puedo hacer para tenerte?

 

La verdad del porvenir está en tus besos, pero la espuma que has visto aquí en la playa, pasajera es, disfrútala en caliente. No importa que el gigante de las nieves mañana su planta grande y dura nos traerá, de hielo y tierra hecha está la amante, barro el hombre está. Unión de picachos en los fondos que hunden barcos a veces al pasar, son los mismo que indican desde lejos, espumajes blancos lanzando al firmamento que allí la delicia del color, la ilusión de su blancura, y el fresco palpitar de las corrientes en sí llevan mis anhelos, riesgosos de vararse la nave sin tu amor, al tiempo que ofreciéndome en sus olas, un remanso en medio del temporal.

 

 

 

 

Gilberto Rodríguez

Miami-Fla..USA

2010-04-24

 

 

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