QUERIDO
PABLO
Eres otro, nunca fuiste trovador, tampoco mereciste
una muerte injusta, la que produce ese inmisericorde silencio. Solo quedarán de
ti -quizás- unos avergonzados huesos, si es que se resistieron a la acción depredadora
de brujos y santeros. Sin embargo, tu recuerdo, olvidado hasta el día de
publicarse estas notas, han sido momificados por el salitre consumido durante
tu existencia. Así realizarán sus nuevas singladuras y se conservarán como un
inquieto bacalao, porque nunca fuiste trovador. Como tú, muchos hemos sido un
pez y algunos, aunque encerrados y sin voz, no tenemos otra opción que la de vivir
cautivos y dejar nuestras almas fuera de ese vergonzoso acuario.
SUBIRANA 110
Allá por los años 1991-1992, existió una esperanza para los marineros cubanos, ese enunciado " Subirana 110". Es una calle contigua al mercado de Carlos III y 110 el número de la casa de Pablo, un timonel de la empresa de Navegación Mambisa. Para ese entonces ya con canas en contraste con su piel morena y claramente visible el efecto del salitre sobre su cara de lobo de mar.
Pues resulta que Pablo intentó dar empleo a los
cubanos mediante contactos que había creado con empresas capitalistas diversas,
comenzó a recoger documentaciones de marinos lanzados al garete sin previo
aviso. Su casa se convirtió en punto de acceso a todos nosotros, una especie de
agencia empleadora “marginal”, sin control de aquellos encargados de manipular
la válvula que nos asfixiaba o permitía respirar a duras penas. Serian pocas
las excepciones entre los cerca de diez mil marinos vagando al azar y que vivíamos
en la isla que no fuéramos allí a entregar copias de nuestros documentos. Partíamos
de su modesta casa abrigando una esperanza, soñando, aun existía la posibilidad
de hacerlo, antes de que todo se transformara en una interminable pesadilla.
Yo fui uno de aquellos soñadores o más bien
desesperados que entregó fotocopias de sus documentos a Pablo. Los más
timoratos eligieron entregarse a la magia de falsos babalawos o improvisados
profetas. Después -como era de esperar-se regó que este buen hombre le cobraba
dinero al tripulante por ese servicio. ¿Y si así fuera? ¿No era un trabajo
honrado? Soy un fiel testigo y en mi caso puedo decir que era mentira,
solamente me recogió la documentación. Algo quedaba muy claro, ya le estaban
preparando la cama a Pablo y allanaban el sendero hacia su calvario.
De todos modos, si hubiera sido cierta aquella acusación,
siempre cobraría menos de lo que nos robó el gobierno a partir de esas fechas. Nos
quitaba el 70 por ciento del salario y el 80 por ciento de las horas extras ¿Así
ustedes quieren que yo sea comunista? SELECMAR acababa de cambiar el nombre de
AGEMARCA a SELECMAR, ya deben imaginar, solo el nombre porque continuaban
siendo administrados por los mismos ladrones. En su paso destructivo realizaron
una especie de purga donde sin piedad alguna dejaron desamparados a más de
cinco mil hombres de mar. Vuelvo a repetirles la pregunta; ¿Desean que yo sea
comunista?
Dentro de esta crisis (crisis de la que nunca salió
SELECMAR hasta la actualidad) fue que Pablo, quizás, viéndose él mismo sin
empleo intenta por primera vez en la historia de la…revolución, hacer una
agencia empleadora independiente al gobierno. Pero el sistema no perdona que
alguien quiera ser libre.
Yo los veo a ustedes hablando demasiado sobre este
contrato y muchas personas ya saben, es que hay mucha envidia en Cuba. La
propia que se genera como mal de fondo por una educación destinada a vigilar
todo lo que el otro hace sin preocuparse por la vida propia, esa aberración
intrínseca de cada estado totalitario que se encarga de inyectar a cada
ciudadano dentro de sus dominios. Si siguen hablando, terminarán fracasando.
A pesar de que ya existe la resolución por parte de
Seguridad Marítima Nacional, donde se aceptan como válidos (para los efectos de
revalidación los enrolos por la "izquierda"), aún quedan comunistas
de mente cerrada, tanto en los aparatos de represión, como en los órganos de
dirección que tienen que ver con nuestra actividad. “Por lo que es mejor ser
discretos”.
Pablo fue encarcelado y acusado del delito de
apropiación indebida.
(Trató de apropiarse de la propiedad personal del
Comandante –los marineros cubanos- un negocio que genera cerca de 400 millones
de dólares anuales, solo por contratación) Ya digo, no les basta con ser dueños
del país, se creen dueños de las personas también.
Pablo fue condenado a cinco años de prisión en juicio
a puertas cerradas.
Murió en la cárcel al año.
Los familiares lo supieron después que estaba
enterrado…
Por razones obvias se mantiene anónimo al autor de
estas líneas, aun vive en Cuba y le agradecemos haber rescatado del olvido a
este noble marino. Lo que queda demostrado, la grandeza de los hombres en
nuestra profesión no viene marcada por una charretera con cuatro rayas.
Existieron pequeños hombres gigantes que merecen ser rescatados de la oscuridad,
seres como Pablo, aquel marino cubano que no sabia cantar trovas, pero con su
vida compuso una noble sinfonía.
Anónimo.
Montreal..Canadá.
2022-11-16
xxxxxxxx
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