UNA CIRCULAR DEL MINISTRO DE TRANSPORTE.
Por Guillermo Ferrer Sánchez.
Hace años
que llevo a mis manos una circular que se envió a los buques de Navegación
MAMBISA-Flota Nacional Cubana- En ella el Ministro de Transporte PSR, muy
preocupado, enviaba a diferentes niveles de la Administración y de las
organizaciones sindicales y políticas un “Úkase” de contenido muy particular.
El Capitán
Romay era un hombre muy capaz y muy rápido. Esos que gozan de la indiscutible
cualidad de donde otros ven dificultades el observa oportunidades para cagar y
acomodarse. Cualidad muy conveniente en todo tipo de régimen totalitario si
quiere llegarse a los más altos niveles de la burocracia gobernante.
Fui
enrolado en el buque Batalla de Yaguajay y tuve la oportunidad de leer la
documentación que se guardaba. Esto me permitió tener una idea de la historia
del buque, costumbres y dificultades que habían tenido y como las solucionaron.
En fin, es un método que lleva a no estar descubriendo el agua tibia ni cometer
los mismos errores que otros.
Encontré
una carta del núcleo del Partido de abordo dirigida al comité del Partido de la
Empresa, reclamaban por una video que el Capitán del buque (Romay), sin contar
con nadie -la video no era de su propiedad- había regalado al director de la
empresa para su oficina. En aquella época, estos equipos no eran muy comunes y
el Director aceptó el presente como un Sr. Feudal acepta los regalos de otros
nobles de menor jerarquía.
Este
Director de nombre Hun o Hunt o lo que sea, es el mismo que calificaba a los
marinos en sus circulares como personas privilegiadas, el mismo que estigmatizó
el yogur como alimento de lujo, el mismo que sofisticado fumaba tabaco con
sabor a chocolate en su sempiterna pipa, tabaco que otros Capitanes le traían
especialmente para acariciar su paladar.
Regresando
a la circular que incluiré al final de esta nota. Me causó un enojo colosal, un
vacío, un asco enorme que alimento el nivel de saturación que poco a poco se
acumulaba y amenazaba sobrepasar mi nivel más elemental de tolerancia.
Mas
adelante el Sr. Romay dio un viaje de Capitán en el Martí y su buena estrella
le regalo acompañar al Coma-andante en un viaje a Jamaica. No estoy al tanto de
las interioridades, pero le sirvió de trampolín, esto sumado a sus rapidísimas
cualidades lo llevo a los más altos niveles del Ministerio de Transporte, tan
así, que sin tirarle un hollejo a un chino, alcanzó un alto nombramiento en la
jerarquía militar. Donde otros tenían que dejar el cuello, él solo tuvo que
mantener un suministro constante al Estado Mayor de la Marina de todas esas
cosas ricas que traía en cada uno de sus viajes. Además, favoreció a su familia
convirtiendo el apellido en un referente importante en el negocio marítimo de
la isla (lo siento chicos así fueron las cosas y todavía no hemos hablado de su
papel en la disolución de la Marina Mercante Nacional y otras hierbas que le
corresponden)
Si
reparamos a quienes va dirigida la nota y su contenido, quedamos
desconcertados:
¿Cómo es
posible que un Ministro se preocupe por el papel sanitario y los jabones de la
tripulación?
¿Cómo es
posible que pueda determinar si elimina o no “logros adquiridos”, como papel
para limpiarse el orto y jabón para higienizar las partes pudendas?
¿Si puede
ordenar por encima de las organizaciones políticas y sindicales, quien carajo
es el que “corta” realmente el pastel en las decisiones?
¿Tenía
moral este personaje para llenarse la boca pidiendo a los tripulantes que se
convirtieran en ascetas? ¿Cumplía lo mismo con su familia? Todos sabemos que
no.
¿Por qué
las organizaciones políticas y sindicales agacharon la cabeza y se metieron la
lengua en los respectivos ojetes? ¿Para que servían?
Si
semejante conducta provocaban los medios de aseo ¿Qué sucedía con los asuntos
menos importantes, como mantener la navegabilidad de los buques? ¿Dar una
opinión honesta? ¿Cómo decir que estaba equivocado? ¿Cómo decir no a la salida
de un buque aunque su tripulación fuese puesta en un peligro cierto? Pues bien,
así sucedieron las cosas y todos de una manera u otra fuimos cómplices corderos
de la matanza.
¿En qué se
fundamentaba para eliminar estos artículos de alta política económica y
absoluta preocupación gubernamental?
Veamos su
Lógica Formal:
¿Cuál era
su enunciado?:
. Los
marinos llevaban los medios de aseo para sus casas.
. El País
hacia inmensos sacrificios.
. Los
niños en los Círculos Infantiles tenían carestías.
. El País
estaba bloqueado.
Entonces
concluía que:
Los
artículos podían ser eliminados por los marinos no limpiarse el culo como
corresponde.
Señores,
no es una obra de Quevedo, no son disquisiciones de Tartufo, no es un sainete
ni temas alocados del Decamerón, sucedió en Cuba no en Marte. Eso queridos, es
el totalitarismo en el poder, no jodan más con el bloqueo y las carestías. Cito
un fragmento de un discurso de Carter en la Universidad de la Habana:(La
Habana, 14 de mayo de 2002):
”tengo la
esperanza de que el Congreso de los Estados Unidos pronto actuará para permitir
viajar sin restricción entre los Estados Unidos y Cuba, establecer relaciones
de comercio abiertas y revocar el embargo. Debo también añadir, que este tipo
de restricciones no son la causa de los problemas económicos de Cuba. Cuba
tiene intercambio comercial con más de 100 naciones, y, por ejemplo, puede
comprar medicinas a mejor precio en México que en los Estados Unidos. Pero el
embargo congela el presente impasse, induce a la ira y al resentimiento,
restringe la libertad de los ciudadanos de los Estados Unidos y dificulta el
que podamos intercambiar ideas y mostrar respeto”.
Y estuvo
flojo, no preguntó: ¿Cuánto fue el financiamiento ruso y en que se gastó
semejante fortuna? ¿Cuánto costaron las aventuras bélicas y la comedera de
mierda del aventurerismo cubano en el mundo? ¿Quién puede dar la cifra
aproximada y dejarnos de joder con la historia del bloqueo?
Saben, en
una plaza de Buenos Aires, hay una estatua del Cid Campeador y en su base puede
leerse : “A la hidalguía de la Raza”, eso me hace pensar, que un día, nuestros
nietos, en la actual plaza de la Revolución, que seguro se llamara “Plaza José Martí”,
levantaran un monumento con una figura imprecisa que no me atrevo a describir y
en su base se podrá leer : “A nuestros abuelos, que permitieron la prostitución
de la Patria” y en cada aniversario de nuestra desaparición una mueca de
desprecio adornará sus rostros y quiera Dios, que para entonces, no tengan que
tomar las armas para recuperar las libertades que debieron legarles sus
mayores.
Guillermo
Ferrer Sánchez.
Buenos
Aires-Argentina.
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