DIPLOMATICAMENTE
La diplomacia es una carrera donde se aplican todas
las reglas de hipocresía que afectan a la humanidad, no conformes, esa
humanidad se ha visto contagiada por esas prácticas hasta los niveles mas bajos
de su existencia. Vemos con mucha frecuencia esos apretones de manos o abrazos
cruzados entre enemigos antagónicos e irreconciliables con toda la naturalidad
del universo y luego ir a degustar como buenos sibaritas caros manjares,
mientras los tontos de abajo los aplauden y justifican.
Que Raúl Roa se cagara en la madre del representante de
Pinochet en la ONU fue una gracia, un acto heroico a imitar posteriormente -hasta
convertir- a esa sede diplomática mundial en lo que es hoy, la letrina de este
planeta. Cualquier acto vulgar, soez, agresivo, ofensivo, denigrante, etc.,
expresado por un individuo de inclinación zurda, es aplaudido, celebrado,
venerado y recogido por la historia. ¿Se acuerdan del “mariconzón” expresado
por el tipo del meteorito que cayó en Santa Ifigenia? ¡Pues, nada! Se le encontró
tanta gracia como a cualquiera de los cuentos de Álvarez Guedes. ¿Saben una
cosa? Yo escribo y hablo como me salga de los cojones y tampoco soy diplomático.
Al que no le guste que pase la hoja, hembra o varón, yo soy así desde que nací
y nadie pretenderá cambiarme ahora de viejo.
Resulta que anoche recibí una muestra impecable de esa
diplomacia mencionada como introducción, recibo una llamada insistente por el Messenger
mientras me lavaba la boca después de comer y para no perderla, me seco un dedo
y la acepto, solo que en esos instantes no podía hablar. Una vez concluida mi higiénica
labor veo que la llamada continúa conectada y me coloco los audífonos.
-¡Aló, aló, aló, es Casañas! No recibo respuesta y
escucho en la misma línea una conversación ya establecida con anterioridad,
pudo ser una conferencia en grupo, etc., solo que el diálogo era entre dos
personas, una mujer y un hombre.
-William, ¿Tu no tienes el número de teléfono de Esteban
Casañas Lostal? Preguntó ella y continuó -Es que el Capitán Juarrero desea
conversar con él y no ha podido contactarlo.
-Tengo entendido que él vive en Canada y yo no tengo
su número. ¿Tú no lo conoces?
-No tengo ideas de quien pueda ser, pero me parece
que ahora está viviendo en Miami.
-El es un viejo que ha escrito una pila de mierda de
todos nosotros, al parecer, él considera que es el único bueno que existió en
la marina mercante.
-Si, ya tengo mas o menos idea de quien es ese viejo
de mierda. Voy a mandarle un mensaje de texto por esta vía para ver si logro
que me responda… No se hizo esperar mucho.
… Capitán, un honor saludarle y
desearle mejor año 2022 con mucha salud, soy Miriam antigua secretaria de ATM
en Mambisas, y quiero decirle k el Cap. Juarrero está interesado en comunicarse
con ud. Favor el prefiere sea viva teléfono, o puede con mucho placer a través
mío, un abrazo fuerte…
¿Podrán encontrar ustedes una manifestación de
diplomacia más exacta y refinada que esta? Realmente no tiene desperdicio y no
se puede pagar con MasterCard. Solo habían transcurrido unos segundos de esa conversación
de la que les expuse una síntesis y vean el hígado de esta señora al
escribirme. ¡Nada, hay gente muy especial!
… Muy curioso, acabo de escuchar toda
su conversación con William y no se corresponde con lo que usted acaba de
escribir. Ya me comunicaré con Juarrero. Buenas noches…
¡Coño! ¿Y esto qué es? Fue la voz del marido cuando leyó
mi respuesta, todavía deben estar preguntándose cómo fue que sucedió. Sacarla
de mi lista y bloquearla no tuvo contratiempo alguno.
Con relacion a lo expresado por el tal William del
que no se menciona su apellido, es cierto, he escrito bastante sobre una pandilla
de pendejos e hijos de putas que hoy viven en Miami y otras ciudades del mundo.
He escrito muy mal de ellos y no de todo el mundo, solo de esos que hicieron
bastante daño en nuestras flotas. ¿Sabes? Ni me arrepiento, ni me arrepentiré,
solo lamento no tenerlos a todos en esa macabra colección. Degenerados que mas
tarde eligieron la tierra de su enemigo para vivir un retiro, pagado muchas
veces por el contribuyente norteamericano. ¡Claro que he escrito esas páginas
negras en la historia de la marina mercante cubana y no editaré ninguna de las
palabras escritas! ¿Creen de verdad que me afecta esas campañitas de maricones
que hacen a mi espalda?
Esteban Casañas Lostal.
Miami..Florida
2022-01-11
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