¿QUIÉN
FUE GUILLERMO FERRER SÁNCHEZ?
Nació en Ranchuelo (23 Feb 1950), provincia de Las
Villas, Cuba y desde muy joven se incorporó a las filas de los jóvenes
simpatizantes del proceso revolucionario. Fue miembro de las asociaciones de
estudiantes y miliciano antes de ingresar a la Academia Naval, donde cursó las
especialidades de Electronavegante, Piloto de Altura y Oficial para el Trabajo
Político. Profesor de varias asignaturas en la misma academia, se desempeñó
como Oficial de Cubierta y Oficial de Trabajo Político en la flota naviera
nacional cubana. Diploma de Capitán de la Marina Mercante. Fue condecorado por
su labor en la República Popular de Angola por El Consejo de Estado y figuró en
el Libro de Honor de la Academia Naval por su desempeño en el curso de Oficial
Político. En 1994, como protesta por las condiciones de vida de los marinos
cubanos, solicitó asilo político en la República Argentina. Trabajó en
operaciones portuarias en Buenos Aires y Rosario, con especialización en
Logística. Curso estudios de Agente de Transporte Aduanero e Inspector Interno
de la Calidad. Realizó el Curso de Extensión Universitaria en Inteligencia
Estratégica en la Escuela Superior de Guerra y como Oficial para la Protección
de las Instalaciones portuarias en la Fundación Mariquita Sánchez de Thompson.
En 2005 pasó a la actividad privada. En la actualidad, reside en la ciudad de
Buenos Aires.
DESCRIPCIÓN
DEL LIBRO CRÓNICAS CUBANAS
«Crónicas Cubanas» es la primera obra del autor,
escrita basada en las vivencias que guarda en su memoria y a una profunda
autocrítica que no se limita a denostar al régimen, sino que analiza desde sus
recuerdos la controvertida situación política y social de Cuba, después de casi
medio siglo de la llegada al poder del gobierno revolucionario en manos de
Fidel Castro hasta principios del año 2008.
PRÓLOGO
Durante estos años que he vivido en Buenos Aires he
conocido a muchas personas que han visitado Cuba. Les pareció un país
maravilloso y lo más común es la simpatía que les produce las bondades del
experimento cubano después de la vasta experiencia de dos largas semanas en la
Perla del Caribe, hospedarse en un hotel cinco estrellas, gozar de la vidriera
preparada para ocasiones como esta, venir cargado de temas de la nueva trova y
de algunos puros fuera del alcance de los flacos bolsillos isleños.
La sensualidad del clima caribeño les regaló a su
asombro los logros que ese país bloqueado ha podido obtener. Casi siempre me
prometen la colección de Silvio Rodríguez sin preguntarse si a mí me gusta o no
y la promesa de un puro que nunca llega.
Quedo pensativo después de cada encuentro y me
pregunto: ¿Por qué seremos tan mal agradecidos los hijos de esa bendita tierra?
¿Cómo es posible que un turista capte tan rápidamente lo que a nosotros una
vida no nos alcanzó?
Por lo general terminan disgustados porque no salto
en un pie ni caigo boca arriba para que me froten la panza cuando me cuentan
las cosas extraordinarias que han encontrado y otras de las que mucho habían
disfrutado. Me miran con desconfianza y piensan que soy uno más de los que se
fueron del país y traicionaron la gesta heroica del pueblo cubano. Fue mi
esposa la que me sugirió que contara algo acerca de mi vida, para que quienes
llegan deslumbrados, comprendan. Esto me motivó a escribir algunas anécdotas
que transitan desde una entrega total al proyecto que comenzó en 1959 hasta mi
frustración y alejamiento en el año1994. Aprovechando la visita de mi buque a
puerto Madryn tomé la decisión de encaminar mi vida por otros cauces, haciendo
uso de ese derecho inalienable y tan limitado por los gobiernos totalitarios de
cualquier signo ideológico, de no permitir a un ciudadano cualquiera ejercer la
opción de elegir cual es el destino que desea para sí.
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¿QUIÉN FUE GUILLERMO FERRER SÁNCHEZ?
Para las nuevas generaciones de marinos les resultará
totalmente desconocido, lo será también para aquellos que compartieron con él
esa dañina ideología con un carnet rojo de tres letras incluidas. Será
desconocido para estos últimos, porque no deben haberle perdonado la alta “traición”
cometida por una de sus ovejas en 1994. Ellos son extremadamente rencorosos,
los cubanos los conocemos muy bien.
No existe razón alguna que empujara a Ferrer al
disfrute de la popularidad o fama, era un hombre sencillo como cualquiera de
nosotros, sociable y simpático en sus relaciones con los demás. Lo conocí mientras
nos desempeñábamos como profesores en la Academia Naval del Mariel, yo en la Cátedra
de Navegacion y él en la de electrónica, yo era entonces un Segundo Oficial
consagrado y con amplia experiencia, Ferrer solo era profesor entonces. Coincidíamos
diariamente en aquellos agotadores viajes hasta ese pueblo marino, comedor,
biblioteca o en las pausas de nuestras clases, siempre teníamos algún tema de conversación
o bromas. Yo abandoné la academia y más tarde volveríamos a coincidir en el año
1982 en la Academia de Baracoa, donde yo estudiaba en el curso de Primer
Oficial y Capitán, mientras Ferrer se encontraba en el curso de formación para
Comisarios Políticos, último regalo concedido por aquel tenebroso criador de
gallos y caballos de raza convertido en Ministro de Transporte, Guillermo García.
Allí coincidimos varias oportunidades en el horario
de almuerzo y apartado de su manada podíamos conversar con algo de libertad. Recuerdo
sus palabras de frustración por haber sido elegido para ese nuevo cargo después
de desempeñarse como un eficiente oficial de cubierta en nuestra flota. Le debía
obediencia a su partido, pero no dejaba de lamentarse por el sueño fracasado en
aquellos momentos de convertirse en Capitán. Nos separamos y nunca navegamos
juntos. Por el año 2009 entramos en contacto y nos dedicamos al rescate de
nuestras historias, vinculándola -si se quiere- con intentos de incursión en la
literatura por ambas partes. Aquel romance literario fue de corta duración, duro
exactamente dos años. En el 2011 Ferrer desapareció y hace solo unos días me
entero de su fallecimiento a través de un gran amigo suyo, Fabian.
Debo confesar que, aunque no teníamos fuertes lazos
de amistad, aquella noticia me conmovió mucho. Habíamos perdido a un hombre con
exquisito dominio de la prosa y el verbo, agresivo como nadie para criticar un
pasado común y tierno a la hora de rendir homenaje a un ser querido. Me prometí
recuperar lo poco que nos dejara como legado y los lamentos por tan lamentable
perdida. Ferrer es un caso muy distante al mío, yo no fui nada y el sí, si mi deserción
le molesto al régimen, el divorcio de este militante suyo tuvo que haber
provocado molestas ronchas. ¡Ojo! He conversado con varias personas que lo
conocieron mejor que yo, Ferrer no es de la clase de individuos que se
distinguiera por causarle daño a los suyos. Muere cuando recién comienza sus
andanzas literarias.
Esteban Casañas Lostal.
Miami..Florida.
2022-01-13
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