martes, 18 de mayo de 2021

MARINA MERCANTE CUBANA, PENÚLTIMOS DÍAS


MARINA MERCANTE CUBANA,

PENÚLTIMOS DÍAS


 

El naufragio de nuestras flotas, creo sin temor a equivocarme, las mas grandes, mejor dotadas técnicamente y operadas por hombres bien capacitados (salvo contadas excepciones), vanguardias de este continente y otros subdesarrollados. Ese naufragio estaba ante nuestros ojos y solo los estúpidos fanáticos que se alimentaban con discursos, los ciegos y sordos ante una realidad que dejaba de ser una amenaza para convertirse en la peor de las galernas, se negaba a aceptarlo.

Cada día era mas frecuente escuchar que algunos de nuestros buques se encontraban detenido en un puerto cualquiera, detenciones que llegaron a extenderse por un año como el del buque “Bahía de La Habana” en Montreal en 1991, por solo citar uno de tantos ejemplos. ¿Quién de nosotros no estuvo preso alguna vez?

¿Cuántos barcos no fueron obligados a darle la vuelta al mundo por Sudáfrica, cuando la vía del Canal de Suez era más corta y económica? Nos transformaron en tripulaciones de fugitivos que huíamos constantemente a las demandas realizadas por cientos de acreedores, gente que debíamos pagar los errores cometidos por otros, y ustedes saben perfectamente quienes eran o son.

La vida se nos hacía cada día más difícil a bordo de nuestras naves, la fueron convirtiendo en un verdadero infierno. Ya no era donde se trabajaba por el placer o amor a una profesión, simplemente se sufría y ese sufrimiento se multiplica cuando solo tienes ante la vista cielo y agua. Una vez en ese inmenso mar, no hay sitio a donde acudir para solucionar nuestros problemas y la orden de “continuar”, al precio que fuera, siempre estuvo presente.

No es fácil salir a navegar con un barco mal abastecido de todo lo imprescindible para garantizar la vida en esas circunstancias. Mucho más difícil es arribar a un puerto cualquiera y no encontrar dinero para abastecer la gambuza de los productos necesarios para continuar el viaje. La agencia te comunicaba que solo había dinero para abastecer al buque de combustible y agua. No tenían dinero para avituallar al barco de comida y tampoco para pagarle a la tripulación sus miseros salarios, como si $2.00 dólares diarios fuera demasiado dinero. ¿Qué hicimos? Mejor no respondo esta pregunta. ¿Han visto alguna vez a un Capitán de una flota cualquiera mendigando un poquito de dinero para resolver comida? ¡Claro que lo vimos y nos callamos!

I'm sorry, Cuba don't pay! Ese era el mensajito que nos daban las compañías telefónicas cuando deseábamos realizar alguna llamada oficial. ¿Se imaginan por un instante ese estado de incomunicación o abandono encontrándonos en Singapur o Malasia? ¿Cómo puede operar una flota en esas condiciones? ¡Es imposible!

Imagina por solo unos segundos que arribas a Bangladesh, dicen que es uno de los países mas pobres del mundo, eso lo han repetido en innumerables oportunidades en los noticieros de Cuba, ¿me equivoco? Imagina que arribes con la gambuza en cero, o sea, totalmente vacía y te faltan mas de dos meses de viaje. Se pegan al buque varias pequeñas embarcaciones cargadas con alimentos frescos y animales vivos, ellos solo piden cambiar toda aquella comida por cables y cabos viejos. ¿Saben cuáles fueron las respuestas del Capitán y el Secretario del Partido? Que nosotros debíamos vender esos cables y cabos viejos, pero el dinero debía guardarse para ser entregado en La Habana. No había escuchado nada tan absurdo o irracional, tan sumamente ridículo o cobarde, ya les dije el tiempo que nos faltaba para llegar a casa.

Imaginen por un instante que navegan en un buque con mas de treinta tripulantes, treinta estómagos de seres que esperan le arrojen una migaja a la hora del desayuno, almuerzo y comida, treinta estómagos que cuando se unen dan origen a una bolsa algo amplia. Imaginen que están en un puerto cualquiera esperando un poquito de plata para aliviar en lo posible las necesidades de tres departamentos. Imaginen que esa plata llega y solo sean $500.00 dólares, es de infarto, ¿no? ¿Cómo puedes dividir ese ridículo dinero entre tantas necesidades?

Por máquinas te piden materiales para garantizar el trabajo de los generadores, un balón de acetileno y oxígeno, juntas, etc. Por cubierta se solicita espejuelos anti-impactos, guantes, brochas, cepillos metálicos, papel para el radio facsímil, papel para el barógrafo, papel para el termógrafo, etc., etc., etc. ¡Pero nos falta la solicitud de cámara! Ellos piden café, ensaladas, pasta de dientes, harina para hacer pan, huevos, vegetales, papel de baño, etc., etc., etc. Entonces se produce una reunión entre los jefes de departamentos donde cada uno de ellos sale disgustado. Si compras los balones de acetileno y oxigeno no alcanza la plata para el papel del radio facsímil. Si compras el papel para el termógrafo y barógrafo no alcanza el dinero para los vegetales. Si compras espejuelos anti-impactos no alcanza el dinero para limpiarte el culo. Una gran discusión toma horas en aquella pequeña reunión y cada jefe expone la importancia o urgencia de sus pedidos. Finalmente gana el culo, poco importa si se rompe una tubería en medio de una galerna y no se pueda hacer nada por falta de acetileno. ¡Que Dios se apiade de nosotros! Podemos navegar con buena suerte sin esos balones, pero no podemos hacerlo con el estómago vacío y el culo sucio. ¿Parece un chiste, verdad? No lo es, estas situaciones dramáticas se vivieron en los penúltimos días, un poco antes de que todas las flotas naufragaran.

¡Ya! Los escucho desde sus lejanías, el “bloqueo”, los putos norteamericanos y todas esas boberías. Otros prefieren guardar silencio, siempre han sido muy calladitos. Veo en la lejanía a muchos de aquellos fanáticos, ciegos y sordos, no han cambiado. Continúan siendo los miserables de aquellos penúltimos días, penúltimos barcos, penúltimos hombres, penúltima vida.

Todo era mentira y se supo la verdad después que se derribó aquel muro, éramos solo apariencias, un país convertido en proxeneta e incapaz de satisfacer sus necesidades, un hijo bobo de los rusos estudiando en una universidad. Pasado el penúltimo día todo se fue a la mierda.

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2021-05-18

 

xxxxxxxxxxxxxx


No hay comentarios:

Publicar un comentario