MOTONAVE N'GOLA, 12 HOMBRES Y 1 MUERTO
Esta fue la primera tripulación cubana en el buque
N'Gola, no solo de ella, fueron los pioneros en la prestación de servicios a la
compañía “ANGONAVE” recién fundada entonces. Esa presencia se extendió por más
de 15 años y posiblemente hasta la desaparición también de una flota que se
encontraba en proceso embrionario. Hacia ese país partimos con el fin de
cumplir una “Misión Internacionalista”, solo que unos meses más tarde se viera
manchada de sangre y no propiamente del enemigo.
1.- Raimundo Rene Calero Torriente. Capitán
(Militante del PCC)
2.-Calixto Manuel Martínez Velozo. (Imediato)
Equivalente a Agregado de Capitán, pero a nuestros efectos era Primer Oficial.
(Militante del PCC)
3.- Esteban Casañas Lostal. Segundo Oficial. (Sin
militancia)
4.- Fernando Miyarez Gutiérrez. Segundo Oficial sin
contenido de trabajo que no fueran las guardias en el puente y puerto.
(Militante del PCC)
5.-Lázaro Hernández Díaz. Sobrecargo. (Militante de
la UJC)
6.-José Luis Collazo Garcés. Radiotelegrafista
(Militante y Secretario del PCC a bordo)
7.-Gabriel Manuel de Jesús Rodríguez Bax- Freixas.
Segundo Maquinista. (Sin militancia)
8.-Elpidio Paula Pérez (Pepito). Enfermero. (Sin militancia)
9.-Carlos Domingo de la Paz Flores. Cuarto
Maquinista. (Militante del PCC)
10.-Armando Lazo González. Segundo Electricista.
(Militante del PCC)
11.-Rafael Naranjo Pérez. Primer Electricista.
(Militante del PCC)
12.- Eduardo Balloqui Almeida. Técnico de
Refrigeración. (Militante del PCC)
13.-Carlos Mendoza Acosta. Jefe de Máquinas.
(Militante del PCC)
ORÍGENES.-
Este reducido grupo de hombres tuvo diferentes
orígenes para llegar al buque “N´Gola”, una parte de
ellos fueron seleccionados en La Habana y enviados por avión. Los otros se
encontraban realizando diferentes funciones en aquel país, varios de ellos
navegando en barcos de bandera cubana.
Los que volaron desde La Habana:
1.- Calixto Manuel Martínez Velozo.
2.- Esteban Casañas Lostal.
3.- Lázaro Hernández Díaz.
4.- Gabriel Manuel de Jesús Rodríguez Bax- Freixas.
5.- Rafael Naranjo Pérez.
6.- Eduardo Balloqui Almeida.
Este pequeño grupo no se conocía entre sí y se vieron
por primera vez en una de las oficinas perteneciente al Ministerio de
Transporte que se encontraba en la avenida Rancho Boyeros, apartada de la sede
de aquel ministerio y desde donde seriamos trasladados hasta el aeropuerto.
Fuimos transportados en un minivan VW, yo viajaba con mi esposa y pequeño hijo.
Hicimos una parada en el camino para recoger en su casa a Calixto Velozo. Nadie
tenía idea aproximada de las labores que realizaríamos en Angola y solo nos
enteramos al arribar a ese país. Allí nos recibió el Capitán Calero en dos
autos y nos condujo directamente al buque.
Los que se encontraban en Angola.-
1.- Raimundo Rene Calero Torriente.
2.- Fernando Miyarez Gutiérrez.
3.- José Luis Collazo Garcés.
4.- Elpidio Paula Pérez (Pepito).
5.- Carlos Domingo de la Paz Flores.
6.- Armando Lazo González.
7.- Carlos Mendoza Acosta.
El Capitán Raimundo René Calero Torrientes se
encontraba realizando diferentes funciones en Angola, se destacan entre ellas
las de Práctico de Puerto y algún tipo de asesoramiento junto a su esposa,
abogada que asesoraba al Ministerio de Transporte angolano. Puede que ya se
encontrara involucrado en el nacimiento de la empresa naviera de ese país
“ANGONAVE”, pues fue precisamente él quien ejecutó la “intervención” de ese
buque, propiedad compartida con algún Armador de Portugal. Es oportuno señalar
que a la oficialidad del buque se le ofreció la posibilidad de continuar
operando dicha nave y que solo uno de ellos aceptó la proposición y continuó
navegando con nosotros. Me refiero a Amílcar Pinto Oliveira, un excelente y
bien preparado joven, quien se desempeñaría como Tercer Oficial.
Fernando Miyares Gutierrez.- Ya lo he mencionado en
varios trabajos, deplorable personaje que no solo fuera merecedor de la
antipatía de los tripulantes de buques cubanos, fue detestado por casi toda la
tripulación angolana. Miyares se encontraba enrolado en uno de los buques
“Gallegos” surtos en el puerto de Luanda y bajo el mando del Capitán “Blanco el
Negro”. Desconozco las causas por las que Calero lo llevara para el “N´Gola”,
pudo ser que se conocieran de la vida militar. En mi opinión fue uno de los
errores de Calero y al notar su presencia a bordo, le solicité que me enviara
de regreso para La Habana por no ser necesario los servicios de otro Segundo
Oficial y que yo no aceptaría un cargo inferior al mío. Calero me manifestó que
yo era el Segundo Oficial del buque, así que Miyares continuó a viaje sin un
contenido de trabajo definido, solo las guardias normales del puente y en
puerto. Ya lo conocía perfectamente de viajes realizados a bordo del buque
“Jiguaní” donde tuvimos varios encontronazos.
José Luis Collazo Garcés.- Se encontraba enrolado
como telegrafista en el buque “Las Villas” si no me equivoco y fue otro de los
errores cometidos por Calero al llevarlo para ese buque. Pienso que se conocían
con anterioridad o supongo haya sido una propuesta del partido que no pudo
rechazar. Lo cierto es que otras razones no justificarían ese traslado de
Collazo para el N´Gola, cuando La Habana no escatimaba en gastos tratándose de
Angola. A este siniestro personaje lo conocía desde mis primeros años en la
flota, coincidimos cuando yo me encontraba de timonel a bordo del buque
“Habana”, extremista por excelencia. Durante sus seis meses de permanencia a
bordo del N'Gola, no se conectó una sola vez con La Habana por telegrafía y nos
mantuvo incomunicados con la familia durante todo ese tiempo.
Elpidio Paula Pérez (alias Pepito).- En el caso de
Pepito, imagino haya sido llevado para el barco por lazos amistosos con el
Capitán, no encuentro otra razón. Muy buena persona, inofensivo y complaciente
en todo momento, muy noble. Solo que su presencia a bordo no tenía
justificación alguna, aquella nave contaba con un excelente y muy profesional
enfermero angolano que había navegado con los portugueses.
Carlos Domingo de la Paz Flores.- Me inclino por
algún favor personal que Calero le hizo a este hombre, no era mala persona,
pero tampoco era “maquinista”. Que yo recuerde, Carlos trabajaba en las
brigadas técnicas de Mambisa. Aunque no le hizo daño a nadie y era un hombre
muy respetuoso y reservado, Calero pudo muy bien haber solicitado a La Habana
los servicios de un maquinista titular y con experiencia.
Armando Lazo González. – Era un hombre serio y muy
reservado, pero no tenía nada que ver con nosotros, pertenecía a la Empresa de
Ferrocarriles de Cuba. Imagino haya sido otro de los favores personales
brindados por Calero para sacarlo de aquel infierno, es posible que se
conocieran de Cuba o fuera una orden recibida.
Carlos Mendoza Acosta.- Se encontraba trabajando en
un pequeño barco dedicado a la navegación de cabotaje entre los puertos
angolanos, creo que ese fue el origen de su presencia a bordo y se tratara de
otro favor concedido por Calero, aunque en este caso se trataba de un
maquinista titular y con experiencia.
EN MISION INTERNACIONALISTA.-
El barco se encontraba en operaciones de carga y se
mantenía activo porque varios engrasadores cubanos de diferentes embarcaciones
cubanas atracadas en ese puerto realizaban sus labores en el cuarto de
máquinas, y creo, se dedicaban al adiestramiento de los angolanos que formarían
parte de la tripulación.
Ya el Jefe de Máquinas Carlos Mendoza se encontraba a
bordo, lo acompañaba en las faenas del departamento Carlos Domingo de la Paz
Flores, el mulato de los talleres de Mambisa antes mencionado. Por la parte de
máquinas estaba también Armando Lazo, el hombre que trabajaba en los
Ferrocarriles de Cuba, así que imagino se encontrara como el pescado en tarima,
con los ojos abiertos sin poder ver, un barco no es un tren.
Durante varios días se realizaron muchos esfuerzos
para arrancar y probar la maquina principal sin éxito alguno, Mendoza no dio
pies con bola y de poco sirvió la presencia de Freixas. Muy sencillo, los
portugueses abandonaron la nave sin hacer una formal entrega de los cargos. Yo
mismo tuve que tirar abajo todo el material disponible en el puente para saber
lo que tenia de existencia. En esos días se completó el resto del grupo
mencionado, aunque creo que ya el enfermero Pepito se encontraba a bordo.
Pasado varios días sin lograr arrancar la maquina
principal del buque, fue necesario solicitar la presencia de uno de los
ingenieros que formaban parte de la plantilla de Mambisa y que se desempeñaba
como Inspector de buques. Si la memoria no me traiciona, pues estoy escribiendo
de eventos ocurridos en 1977, se trataba de un mulato algo flaco y buena
persona de apellido Casariego. Recuerdo que el viaje siguiente tuvimos que ir
al dique de la ADM en Ámsterdam y él era el supervisor. Como también recuerdo
que, en esa oportunidad, Casariego evitó que yo le metiera un plato de comida
por la cara a Miyares en el comedor de oficiales durante una discusión.
Se logró arrancar la maquina y partimos en un viaje
cargados de café con destino a Argelia-Bélgica-Holanda-Polonia-Holanda-Angola.
Una vez terminada la agonizante descarga en Argelia y navegando con rumbo al
norte de Europa, tuvimos una recalada forzosa en Cádiz-España.
Durante el tiempo transcurrido entre la salida y
regreso del buque, aquel reducido grupo de militantes se impusieron o lo impuso
Collazo, la rutina partidista existente en la isla. Reuniones fueron y
vinieron, solo pudimos escapar Pepito el enfermero, Lazarito el Sobrecargo,
Freixas el Segundo Maquinista y el autor de estas líneas por no ser militantes
del mencionado partido. Ya deben imaginar como transcurría la vida con este
individuo al frente de esa organización política. Si no se extendió en sus
aspiraciones de imponer un poco más, puedo asegurarles que se debió a la
presencia de un Capitán como Calero. Quien en todo momento conservó las
condiciones de vida existentes y heredadas de los portugueses.
Por máquinas hubo muchas dificultades y no se puede
ocultar o negar que casi todas fueron resueltas por Freixas. No estoy
capacitado para evaluar técnicamente a ningún maquinista, pero puedo
asegurarles que ocurrió así. Carlos
Mendoza se encontraba atravesando un estado depresivo profundo del cual nunca
escapó y se debió a la pérdida de un hermano suyo que se encontraba destacado
como militar. En tales circunstancias, todo el peso del trabajo en aquel
departamento cayó sobre Freixas, esto era de dominio de todos los que se
encontraban este viaje.
Como era de suponer, existió química entre Lazarito y
yo, fuimos amigos inseparables de aventuras. Razones sobraban, no éramos
militantes del partido, jóvenes aun, yo tenía 28 años y Lazarito un poco menos.
No éramos pacotilleros y nos propusimos gozar la vida, ya he escrito mucho
sobre esta etapa. En aquel grupo viajaban personas muy buenas como Calixto
Velozo, por ejemplo, solo que nuestros intereses eran diferentes. No
confiábamos en el resto del grupo, no puedo decir otra cosa y por eso elegimos
salir solos.
Al principio compartíamos en el camarote de Freixas
una que otra botella, pero pasado un tiempo su carácter varió y se convirtió en
una persona alcohólica algo agresiva. Tan así que los angolanos le temían por
sus maltratos constantes y un comportamiento similar al de cualquier
esclavista. Aun con esos defectos, era la persona que movía al buque.
De regreso en Angola y estando atracados en el puerto
de Lobitos, Freixas nos mostró un día una pistola que había conseguido,
conocíamos a la persona que se la había facilitado. Debo aclarar que no era
difícil conseguir un arma, creo haber escrito en una oportunidad que unos
pescadores cubanos me ofrecieron un AKM y que tenían un arsenal en su pequeño
camarote. Le dimos varios consejos, no le prestamos importancia, no lo
delatamos. Lo menos que pudimos imaginar fue, que esa misma sería el arma
homicida con la cual le quitara la vida al secretario del partido.
A una parte de este primer grupo los captaron para
esta misión con la promesa de que sería por un período de seis meses, yo nunca
la escuché. De ese reclamo por regresar se beneficiaron los que se sumaron a la
tripulación estando en Angola y no los critico, aunque muy bien pudieran
calificarse de oportunistas. Del grupo solo continuaríamos tres tripulantes,
Lazarito y yo por solicitud del Sindicato Marítimo de Angola y del propio
Capitán Calero. Quiero pensar que la prolongación del tiempo concedido a
Miyares se debió a una solicitud propia y aceptada por el Capitán, ya para esas
fechas este individuo era sumamente odiado por los angolanos a bordo.
Faltaba muy poco para que se realizara el relevo y
una vez en Luanda, tuvo que efectuarse una de las acostumbradas reuniones donde
se discutieran las “evaluaciones políticas” que el partido les hace a todos los
oficiales. Los imagino a todos levantando las manos para apoyar todos los
criterios vertidos por su secretario general, así ocurrió durante toda la
historia de la marina mercante cubana. Como se puede imaginar, supongo que en
la evaluación realizada a Freixas lo hicieran mierda, aun sin ser militante del
partido y sin considerar el trabajo realizado por él con todas sus virtudes y
defectos.
Es lógico que la reacción de Freixas fuera violenta,
llegar a Cuba con una evaluación negativa confeccionada durante una “Misión
Internacionalista”, muy bien podía significar su separación de la flota. Apeló
en diferentes oportunidades al secretario del partido y solicitó un careo con
los integrantes del núcleo. Esa posibilidad de defenderse le fue negada y como
salida le dijeron que debía apelar a las instancias superiores. Los que han
pasado por una situación similar saben perfectamente que, una vez dentro de esa
diabólica maquinaria, nadie te salvará y serás devorado por ella.
Fueron transcurriendo los días y las horas sin
recibir una respuesta a sus reclamos y Freixas se sintió acorralado, entrando
en un estado de obsesión muy peligrosa. De muy poco sirvieron los consejos que
le brindamos Lazarito y yo, él estaba muy claro de que no podía llegar a la
isla con aquel papel en su contra.
Tres horas antes de que partieran, Lazarito y yo
fuimos hasta el “predio transporte” en Luanda, era un edificio donde se
albergaban las personas pertenecientes al giro. Íbamos con dos botellas de ron
para despedirlos y al llegar al lobby nos enteramos del fatal desenlace,
Freixas le había disparado dos balazos a Collazo cuando se encontraba en el
elevador. El guardia del lobby nos dijo que Freixas tenía intención de
dispararle también al Jefe de Máquinas Carlos Mendoza, pero que afortunadamente
tuvo tiempo de avisarles a la entrada del edificio de que un hombre armado
esperaba por ellos y decidieron no entrar, solo lo hizo Collazo para darles una
lección de valentía.
Han transcurrido 41 años de aquel fatal suceso donde
dos familias fueron enlutadas por un estúpida y muy dañina evaluación. Se sabe
de este hecho porque las noticias corrían pronto de boca en boca dentro de
nuestro giro y, porque una vez me animé a escribir sobre ella. Hoy me vienen a
la mente varias preguntas y solo haré algunas de ellas. ¿Por qué el núcleo del
partido en pleno no escuchó los reclamos de Freixas y se enfrentó a un careo
con él? ¿Cuántos levantaron la mano en contra? ¿Se refirió Mendoza en algún
momento al importantísimo roll desempeñado por Freixas para mantener al buque
en servicio? ¿Es que podrán vivir con sus conciencias tranquilas los verdaderos
autores intelectuales de este fatal acontecimiento? Ya las respuestas no sirven
para nada, del muerto apenas deben quedar recuerdos y Freixas cumplió su
condena entre Angola y Cuba. En fin, aquella misión internacionalista la
cumplimos 12 hombres y 1 muerto.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2018-10-20
Post Data.-
En el siguiente link podrán leer mi trabajo titulado “La muerte del secretario del partido”, donde se explica con mas detalles todo lo acontecido.
https://estebancl1949.blogspot.com/2017 ... rtido.html
Cuantas amargas experiencias en plena juventud..
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