domingo, 27 de mayo de 2018

EL CASO DE LOS AUTOS IMPORTADOS POR MARINOS


EL CASO DE LOS AUTOS IMPORTADOS POR MARINOS



Motonave "Frank País", nave que comandara el Capitán Carlos Yero.


Aun recuerdo cuando mi primo Fausto Sardiñas Lostal, quien entonces era el Jefe de Máquinas del buque “Frank País”, compró un auto marca Peugeot en Ámsterdam similar a uno que poseía en Cuba. Se lo habían entregado hacía muchos años atrás y ya le estaba dando demasiados dolores de cabeza. Muy bien podía declarar aquella nueva compra y si el gobierno hubiera querido, le permitiría entrarlo, aunque impusiera condiciones, como la de entregar el viejo, por ejemplo. Ya saben de todas esas dificultades quienes vivimos bajo aquel régimen con leyes todas de embudos. Mi pobre primo se pasó todo el viaje de regreso desarmando su nueva adquisición, un auto en impecables condiciones. Sobre la cubierta principal se fueron acomodando cada una de las partes, daba la misma impresión de la colección de piezas que se hacen luego de un siniestro aéreo.



Luego vendría una parte de la historia algo complicada, ¿Cómo bajarlas en la isla sin que se percataran que se trataba de un solo auto? Fue fácil, cuando eres una persona querida a bordo de un barco, siempre encuentras apoyo o solidaridad. Muchos de los que viajábamos con él declaramos algunas piezas y las que no estaban permitidas importar, como el motor y otras partes, fueron escondidas en tanques llenos de aceite quemado hasta la oportunidad de bajarlas.


La importación de autos por parte de los marinos no estaba prohibida por ley alguna en Cuba, esto se supo cuando los conatos exitosos de importación de vehículos ocurridos en esas fechas. El principal obstáculo encontrado en este asunto fue la oposición de dirigentes movidos por la “envidia”, esa asignatura de carácter obligatorio en aquel régimen. Es obvio que ningún dirigente o dirigentico de clase media, vieran con simpatía que marino alguno, rodara por las calles de la isla autos más modernos que los de ellos. No era lo mismo andar en un Ladita que manejar un Mercedes Benz o un elegante Ford Tauro en el que andaba Manolito Balsa. ¡Claro! Tampoco lo lograron con facilidad y fueron meses de una supuesta ardua batalla entre abogados y funcionarios de distintos niveles.



Motonave "Abel Santamaría", nave que comandara el Capitán Carlos Yero.

La primera vez que se produjo esa importación de carros, todos permanecieron retenidos frente a la casilla de pasajeros por largo tiempo. Durante ese tiempo, se estaba produciendo un tenaz combate entre los mejores abogados del momento con las autoridades aduanales y de otras instancias. ¡Por supuesto! Todo puede ser incluido en el campo de la fantasía, suposiciones o especulaciones. En lo personal no creo en aquellas batallas tan populares entre nosotros los marinos. ¡Hablamos en serio! Todo el mundo sabe de las intransigencias, extremismos y verticalidad del sistema imperante. Cuando ellos dicen, no, eso es. No hay rincón a donde apelar decisión alguna, tan así. ¿No juzgan y condenan a cualquiera en tres días? ¿No son capaces de aplicarte la pelona en ese tiempo? ¿Existe lugar a la duda? ¡Por supuesto!


La primera vez que se produce esa importación de unos diez o quince autos, no recuerdo con exactitud ahora, el Capitán del buque era Carlos Yero. De más está decir que era excelente persona y hombre a todo dar, yo pude compartir en varias oportunidades con él, lamentablemente perdió la vida en un accidente automovilístico hace varios años. Resulta y de todos es conocido, este Capitán era cuñado de Rogelio Acevedo, quien durante muchos años fuera el director de Aeronáutica Civil en Cuba, un rango altísimo si se quiere, defenestrado por corrupción hace pocos años. ¿Pudo influir Acevedo en la toma de decisiones para beneficio de su cuñado? Yo en lo personal no lo dudo.


Manolito Balsa logra introducir en la isla un segundo auto, no puedo afirmar en cual viaje sucedió, mentiría. Sucede que un tiempo después explota la máquina principal del buque “Abel Santamaría” y queda fuera de servicio de por vida. Yo me encontraba de Primer Oficial en el “Frank País” y sin solicitar relevo soy sustituido por Arturo Escobar, ya he escrito sobre este “golpe de estado” aprobado por Yero. Gran parte de la tripulación fue relevada por la “piña” que siempre acompañaba a Yero y entre ellos se encontraba el hijito de Rogelio Acevedo, ya lo he mencionado en otra oportunidad. Salen de viaje y al regreso vienen cargados con varios autos que corren igual suerte, creo que el hijito de Acevedo trajo el suyo. O sea, se repite la película de la retención, la supuesta batalla legal y por último su liberación. ¡Coño! ¿Qué difícil de masticar y digerir todo esto para quienes vivimos bajo ese sistema? Tal parece que vivíamos en el país maravilloso de Alicia.




Motonave "30 de Noviembre", nave que comandara el Capitán Carlos Yero.
Existió otro antecedente de mucha más gravedad donde estuvo involucrado Yero con toda su tripulación, ustedes recordarán la detención de toda la tripulación del buque “30 de Noviembre” por contrabandos de relojes digitales, polvo para tintes de pelo y otras misceláneas. Casualmente Yero y gran parte de su equipo pudo escapar por faltas de pruebas, solo cumplieron prisión los tontos que aceptaron culpabilidad. Como pueden observar, no se les aplicó la ley en todo su rigor, no olviden que no eran necesarias pruebas acusatorias, el fiscal gozaba de aquella divisa que condenaba casi inquisitivamente al acusado por “convencimiento”. Yero tuvo su problemón por Islas Canarias y volvió a escapar, ¿No era demasiada suerte? Yo tampoco lo condeno por estas causas, solo las expongo por las dudas en cuanto a las posibles injerencias de su cuñado Acevedo en cada uno de los casos mencionados.



Vivíamos en una sociedad con una vitrina de pureza que cegó a millones de seres, solo unos pocos o tal vez muchos, sabíamos perfectamente el grado de corrupción que vivía tras bambalinas. También pudo vencer el soborno en cada uno de esos casos, estamos hablando de personas cabeceras en el campo del contrabando de nuestra marina y que poseían altas sumas de dinero. Allá todo es posible, lo imposible es pensar que se actuó con limpieza cuando se les conoce. En el fondo me alegraba cuando amigos míos lograban éxitos en sus propósitos y recorrían las calles de La Habana con sus flamantes autos ante los ojos envidiosos de los dirigenticos de mierda.







Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2018-05-27




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