INCENDIO A BORDO DEL BUQUE ESCUELA “JOSÉ
MARTÍ”
Por Cesar de la Presilla.
Bueno, ya me
mandaron a trabajar:
La Habana,29 de
Diciembre de 1983, alrededor de las 9:45 am...
...Antes, una nota
curiosa; en ese entonces yo vivía en Colón, Matanzas, y tenía una novia (yo tenía
22 años) cuya abuela estaba metida en la burumba de la santería. Pues como el Martí
tenía salida para el día 30, yo le dije: Oye Chunga, ¿por qué no me pones un
coquito ahí para ver si pasamos el fin de año en Cuba? Bueno, me fui a La
Habana y llegó el día 29…
Como se suponía
que zarparíamos al día siguiente, Lázaro Mandarria (ya hecho todo un Capitán de
Corbeta), me pidió la sonda de los tanques. Haciendo esto me di cuenta que el
maquinista de guardia, mi buen amigo Rafael González Vargas, estaba trasegando
diesel de los tanques #5 para adrizar el barco. Al terminar el recorrido pasé
por el cuarto de control de máquinas, Rafa estaba hablando con el engrasador
acerca del juego de los Industriales la noche anterior. Entonces yo le expliqué;
Rafa, tienes que vigilar bien el trasiego, ya que esos tanques por estar debajo
de la máquina principal son cónicos en la parte superior y llega un nivel que
comienza a subir muy rápidamente, ¿OK?
Me fui a mi
camarote que era el primero en esa misma cubierta 3 a pasar en limpio la sonda
y entregársela a Mandarria. Estando en eso, como 10 minutos después de entrar
al camarote, suena la alarma de incendio.
Tengo que detenerme
aquí, mis esfuerzos son requeridos en otro lugar y temo que se borre esto.
Luego continuo…
… OK Ahí vamos de nuevo
Después que suena
la alarma de incendio, cosa que no era extraña, ya que en esa época la válvula
de seguridad de la caldera estaba defectuosa y se disparaba con frecuencia, con
el consiguiente escape de vapor que disparaba la misma. Regresé al cuarto de
control de máquinas, pero no pude abrir la puerta pues me doy cuenta de que el fuego,
tratando de "respirar", o sea, chupando aire, no permitía que la
puerta se abriera. Así que di vuelta y busqué la escala principal para bajar a
la cubierta #1. En el viaje recogí un pequeño extintor de esos que ponen en los
pasillos. Llegué abajo, di la vuelta al taller de maquinado, crucé el cuarto
del tanque de aguas negras y ya estaba en la puerta del infierno. Podía ver el
fuego, el humo era espeso e insoportable y yo parado allí, no sé cuántos
segundos, tratando de decidir si entrar o no. El espíritu de conservación me decía
que no debía entrar, que eso estaba muy feo; pero al mismo tiempo esperaba que
mis amigos pudieran estar allí, luchando contra el fuego... No se cuánto tiempo
estuve en ese dilema, creo no fue mucho. ¡Cuando caigo en cuenta que la alarma
del CO2 estaba sonando, y yo no me había percatado! Para los que no conozcan lo
que es la alarma del CO2, debo explicarles que está diseñada para producir una
estridencia tal que sea insoportable a los oídos humanos y así lograr que las
personas no tengan otra opción que abandonar el lugar. Esta se activa cuando se
abre la puerta donde está la palanca/control con la que se disparan, en este
caso, 60 botellas de CO2 al cuarto de máquinas luchando contra el fuego...
Así que a correr y
salir de ahí lo más rápido posible. Entre tosidos y vómitos pude llegar a la
cubierta #6, que era el punto de reunión en zafarrancho de incendio, entonces,
todos empiezan a gritar "ahí está Presilla" y a agarrarme y
abrazarme, y yo no entendía nada...Cuando me explican, y yo todavía tosiendo,
que después del conteo, el único que faltaba era yo, pero para casi todos, yo debía
estar en el túnel del eje terminando la sonda de salida. Esperaron un par de
minutos más y Mandarria disparó el CO2.
Para ese entonces,
ya estaba saliendo, pero ellos no lo sabían, había sido sacrificado por el
"bien mayor"
Cuando estuvimos
seguros de que el incendio había sido sofocado rompimos filas. Yo fui al portalón,
ya habían pasado como 40 minutos, me doy cuenta de que todavía tenía en la mano
el extintor y no podía soltarlo, la mano no se abría, tuve que ayudarme con la
otra.
Lo que paso fue, como
si fuera mal de ojos, lo que le había indicado a Rafa. El tanque se llenó y comenzó
a botar por el tubo de sondas que estaba situado al lado del generador en
servicio y derramó combustible por el cuarto. Pasado un tiempo ese combustible
fue salpicando todo hasta que alcanzó el tubo de escape de la planta y se incendió.
El incendio se vio
desde el cuarto de control con tanta fuerza, que todos pusieron pies en polvorosa
y cosa curiosa, el primero en llegar arriba fue el engrasador de guardia, el
Cojo Rondón, quien tenía una pata de palo.
El fuego duro unos
6 minutos.
El barco tuvo que
ser remolcado a Curazao, donde fue reparado a un costo creo de $750000.00 dólares.
Al Rafa, no le
quisieron hacer nada porque si lo sancionaban, darían pruebas que había sido
una irresponsabilidad y el seguro no pagaría.
Pues me fui a
Colon por fin de año, lo primero que hice fue visitar mi novia y decirle a la
abuela; ¡Carajo Chunga, se te fue la mano!...
A Mandarria nunca
le tuve rencor ni bronca. Aunque creo que yo hubiera obrado diferente, no sé, quizá
la presión era mucha, quizá fue el Capitán quien dio la orden. No quise
averiguar, total, éramos todos fichas de un tablero que nunca sabíamos cual sería
la próxima jugada.
PD.- Tomado del
foro “Faro de Recalada”
Cesar de la
Presilla.
Miami..Florida.
2009-05-14
xxxxxxxx
No hay comentarios:
Publicar un comentario