domingo, 20 de febrero de 2022

BALSEROS


BALSEROS


 

Por Guillermo Ferrer Sánchez

 

 

A LA MEMORIA DE LOS CUBANOS QUE HAN MUERTO EN EL MAR CARIBE.

 

La familia de Daniel (El Pomo) era oriunda del Fanguito, pintoresco barrio ribereño. El Astillero del Rio Almendares alimentó durante generaciones a muchas familias de la zona, la de mi amigo era una más. Hombres de rostros tostados y manos curtidas por el duro trabajo, barrio sin lugar a duda popular, donde todos tenían que luchar duramente por el sustento.

 

Daniel me acompañó en Angola, durante trece meses a bordo del Hoji Ya Henda (Corazón de León), surcamos el Mediterráneo, el Mar del Norte y transportamos armamento y hombres al Sur cuando las necesidades de la guerra así lo exigieron. Luego navegamos en el Bahía Honda y recorrimos las costas europeas durante varios meses.

 

Para la época sus padres aun vivían y tenía tres hermanos, todos con la mirada limpia que solo se encuentra en los hombres y mujeres del pueblo. Visité mucho su casa y finalmente nos hicimos grandes amigos.

 

Un día nos enrolaron en buques diferentes y nuestros caminos nunca más se cruzaron. Al regresar de uno de mis viajes me enteré de la tragedia que conmovió y destruyó a su familia.

 

Sus hermanos, con otro amigo del barrio, habían construido una balsa y se lanzaron a la mar. No tuvieron suerte y una tormenta los azotó muy lejos de la costa. La fuerte marejada arrebató dos de los hermanos que cayeron a las aguas. El otro hermano enloquecido intentó ayudarlos, le salvó la vida el amigo que los acompañaba, golpeándolo fuertemente impidió que el mar completara la tragedia. Mientras las olas los barrían, trataban de ver, sin resultado, una parte de su sangre que se perdía para siempre.

 

Días más tarde los muchachos fueron rescatados y llevados a un hospital en la Florida, pero nunca pudieron curar la herida de los hermanos perdidos. Los padres no se repusieron jamás y una muerte temprana les alivio tanto dolor, mi amigo, gracias a Dios tenía su familia y un motivo muy fuerte lo obligaba a continuar con su vida.

 

Pobre pueblo que permite que sus hijos se lancen a una muerte segura ¿Cuantos hermanas y hermanos se han perdido en las aguas? ¿Por qué el silencio nos ha ganado el valor? ¿Esperaremos que nuestros hijos se avergüencen de la cobardía de sus padres? ¿Que nuestras mujeres sientan pena por los cobardes que calientan su cama? ¿Cuánto más debemos soportar nuestra ignominia? ¿Cuánto más bajar la mirada buscando en el polvo el lugar donde abandonamos nuestra hombría?

 

 

Guillermo Ferrer Sánchez

Buenos Aires.. argentina

2009-03-14

 

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COMENTARIO DEJADO POR JUAN SARIOL EN EL TEMA DE GUILLERMO FERRER-

 

 

Guillermo,

 

Daniel, el Pomo como todos lo llamamos es mi amigo, nos conocemos de la Academia, aunque él es de la Promoción XV y yo de la XVII, pero las relaciones se fundieron a bordo del ''Rilos'', antiguo Echeverría donde yo era 1er Oficial.

 

Él llegó allí luego de haber pasado un año sin navegar a causa del trauma por la pérdida de sus hermanos. Había creado fobia al mar y en varias ocasiones hubo que desenrolarlo, pues el mar le traía recuerdos de sus hermanos y terminaba llorando de dolor, razón por la que fue sometido a un tratamiento psiquiátrico.

 

El Capitán Pedro Baró me llamó al camarote y me explicó lo que le había dicho la empresa, que esta sería la última vez que le iban a dar una oportunidad para continuar en ella. Me dijo que yo debía velar por él su actitud durante el viaje.

 

Tan pronto llegó a bordo lo llamé, conversamos largo rato y le dije que estaba 100% a su disposición, que tenía que ser fuerte pues su familia dependía de él, que si era necesario podía dormir en el sofá de mi camarote y si sentía mal o necesitaba que lo acompañara en su guardia, me llamara sin miramientos.

 

Llamé al 2do Oficial Roberto, Artemisa como le llamábamos en la Academia, también de mi promoción y le expliqué el problema del Pomo, le dije que debía estar alerta a él para ayudarlo en lo que fuese y ofreció su apoyo incondicional.

 

Los primeros días, siempre que terminaba mi guardia, me quedaba conversando con él hasta tarde en la noche. El Capitán estaba al tanto de él todo el tiempo para ayudarlo, no podíamos dejar que perdiera su carrera.

Su propio tesón de salir de este trauma y la ayuda de la tripulación lo sacó adelante, logró recuperarse y apartarse de las pastillas y los malos recuerdos que lo herían. Navegamos juntos hasta que en mi último viaje a Canada, dejé el barco atracado en el puerto de Seven Islands ( Sept Iles). Un tremendo amigo y compañero.

 

Después de este viaje pasó a ser el 1er Oficial del Rilos. Años más tarde vino a Montreal en el Nuevitas y me llamó, nos vimos y recordamos viejos tiempos. Cuando estuve en Cuba en el 2000 y 2003 fue a visitarme a casa de mis padres.

 

Su único hermano que pudo llegar a Miami lo visita a cada rato. La historia de Cuba será triste cuando se escriban estas tragedias. Algún día no lejano retornaremos a esa tierra que nos vio partir por el solo hecho de ser extranjeros en ella misma.

 

Sariol

 

 

''El hijo de un pueblo prostituido y sin derechos, no puede sin deshonra personal, poner el pie en la casa, confesa y disimulada, de las personas o sociedades que representen al gobierno que prostituye a su pueblo y conculca sus derechos''

 

José Martí

 

 

Juan Sariol.

Miami..Florida

2009-03-25

 

 

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