BALSEROS
Por Guillermo Ferrer
Sánchez
A LA MEMORIA DE LOS CUBANOS QUE HAN MUERTO EN EL MAR CARIBE.
La familia de
Daniel (El Pomo) era oriunda del Fanguito, pintoresco barrio ribereño. El
Astillero del Rio Almendares alimentó durante generaciones a muchas familias de
la zona, la de mi amigo era una más. Hombres de rostros tostados y manos
curtidas por el duro trabajo, barrio sin lugar a duda popular, donde todos
tenían que luchar duramente por el sustento.
Daniel me acompañó
en Angola, durante trece meses a bordo del Hoji Ya Henda (Corazón de León),
surcamos el Mediterráneo, el Mar del Norte y transportamos armamento y hombres
al Sur cuando las necesidades de la guerra así lo exigieron. Luego navegamos en
el Bahía Honda y recorrimos las costas europeas durante varios meses.
Para la época sus
padres aun vivían y tenía tres hermanos, todos con la mirada limpia que solo se
encuentra en los hombres y mujeres del pueblo. Visité mucho su casa y
finalmente nos hicimos grandes amigos.
Un día nos
enrolaron en buques diferentes y nuestros caminos nunca más se cruzaron. Al
regresar de uno de mis viajes me enteré de la tragedia que conmovió y destruyó
a su familia.
Sus hermanos, con
otro amigo del barrio, habían construido una balsa y se lanzaron a la mar. No
tuvieron suerte y una tormenta los azotó muy lejos de la costa. La fuerte
marejada arrebató dos de los hermanos que cayeron a las aguas. El otro hermano
enloquecido intentó ayudarlos, le salvó la vida el amigo que los acompañaba,
golpeándolo fuertemente impidió que el mar completara la tragedia. Mientras las
olas los barrían, trataban de ver, sin resultado, una parte de su sangre que se
perdía para siempre.
Días más tarde los
muchachos fueron rescatados y llevados a un hospital en la Florida, pero nunca
pudieron curar la herida de los hermanos perdidos. Los padres no se repusieron
jamás y una muerte temprana les alivio tanto dolor, mi amigo, gracias a Dios tenía
su familia y un motivo muy fuerte lo obligaba a continuar con su vida.
Pobre pueblo que
permite que sus hijos se lancen a una muerte segura ¿Cuantos hermanas y
hermanos se han perdido en las aguas? ¿Por qué el silencio nos ha ganado el
valor? ¿Esperaremos que nuestros hijos se avergüencen de la cobardía de sus
padres? ¿Que nuestras mujeres sientan pena por los cobardes que calientan su
cama? ¿Cuánto más debemos soportar nuestra ignominia? ¿Cuánto más bajar la
mirada buscando en el polvo el lugar donde abandonamos nuestra hombría?
Guillermo Ferrer Sánchez
Buenos Aires..
argentina
2009-03-14
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COMENTARIO DEJADO
POR JUAN SARIOL EN EL TEMA DE GUILLERMO FERRER-
Guillermo,
Daniel, el Pomo
como todos lo llamamos es mi amigo, nos conocemos de la Academia, aunque él es
de la Promoción XV y yo de la XVII, pero las relaciones se fundieron a bordo
del ''Rilos'', antiguo Echeverría donde yo era 1er Oficial.
Él llegó allí
luego de haber pasado un año sin navegar a causa del trauma por la pérdida de
sus hermanos. Había creado fobia al mar y en varias ocasiones hubo que desenrolarlo,
pues el mar le traía recuerdos de sus hermanos y terminaba llorando de dolor, razón
por la que fue sometido a un tratamiento psiquiátrico.
El Capitán Pedro
Baró me llamó al camarote y me explicó lo que le había
dicho la empresa, que esta sería la última vez que le iban a dar una
oportunidad para continuar en ella. Me dijo que yo debía velar por él su
actitud durante el viaje.
Tan pronto llegó a
bordo lo llamé, conversamos largo rato y le dije que estaba 100% a su disposición,
que tenía que ser fuerte pues su familia dependía de él, que si era necesario podía
dormir en el sofá de mi camarote y si sentía mal o necesitaba que lo acompañara
en su guardia, me llamara sin miramientos.
Llamé al 2do
Oficial Roberto, Artemisa como le llamábamos en la Academia, también de mi promoción
y le expliqué el problema del Pomo, le dije que debía estar alerta a él para
ayudarlo en lo que fuese y ofreció su apoyo incondicional.
Los primeros días,
siempre que terminaba mi guardia, me quedaba conversando con él hasta tarde en
la noche. El Capitán estaba al tanto de él todo el tiempo para ayudarlo, no podíamos
dejar que perdiera su carrera.
Su propio tesón de
salir de este trauma y la ayuda de la tripulación lo
sacó adelante, logró recuperarse y apartarse de las pastillas y los malos
recuerdos que lo herían. Navegamos juntos hasta que en mi último viaje a
Canada, dejé el barco atracado en el puerto de Seven Islands ( Sept Iles). Un
tremendo amigo y compañero.
Después de este
viaje pasó a ser el 1er Oficial del Rilos. Años más tarde vino a Montreal en el
Nuevitas y me llamó, nos vimos y recordamos viejos tiempos. Cuando estuve en
Cuba en el 2000 y 2003 fue a visitarme a casa de mis padres.
Su único hermano
que pudo llegar a Miami lo visita a cada rato. La historia de Cuba será triste
cuando se escriban estas tragedias. Algún día no lejano retornaremos a esa
tierra que nos vio partir por el solo hecho de ser extranjeros en ella misma.
Sariol
''El hijo de un
pueblo prostituido y sin derechos, no puede sin deshonra personal, poner el pie
en la casa, confesa y disimulada, de las personas o sociedades que representen
al gobierno que prostituye a su pueblo y conculca sus derechos''
José Martí
Juan Sariol.
Miami..Florida
2009-03-25
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