domingo, 16 de febrero de 2020

AL VIEJO AMAYA


AL VIEJO AMAYA




¡Y un día te nos fuiste, campeón! Lo hiciste con cierto apuro, quizás fue una recogida desorganizada de la Parca, todo es posible en Hialeah. Y partiste de buenas a primera sin decirnos nada, ni una sola palabrita, un traguito de despedida, nada. Y yo que tenia pensado regresar a Miami para que me hicieras un registro, no sé, que me tiraras los caracoles para conocer algo de mi destino.


Te fuiste, nos privamos de tus pecas y tu criolla pinta de gallego, también de esa sincera y campechana sonrisa, tu ausencia de rencores, sin conocer a fondo las razones de aquella prisión por ti vivida. Te largaste en paz con todo el mundo cuando no debió ser así, tenias derecho a reclamar el olvido de muchos de quienes te conocieron. Bien podías exigirle una disculpa a quienes se enteraron y nunca fueron a llevarte una cajetilla de cigarro a la prisión, no reclamaste nada y tampoco lo mencionaste. Tu sabías perfectamente de la pata que cojeábamos entonces y el que se enteró se hizo el sordo o viró el rostro para la otra acera. Te fuiste sin rencores y los perdonaste sin que te lo pidieran. Quisiera imitarte, pero no puedo, no todos somos iguales.


Hoy estaba salvando cientos de viejas fotos y encontré algunas tuyas entre nosotros, me prometí dedicarte estas cortas líneas para evitar seas olvidado. Recuerdo la última vez que nos vimos después de concluidos los estudios, creo que fue en el puerto de Santa María, tú andabas con otro de los buenos, Jibilay se fue mucho antes. La vida quiso reunirnos nuevamente en Miami, y de veras, sentí una gran alegría. Corren tiempos difíciles y cada día quedamos menos. No sé quién le dedicará unas letras a los últimos en partir, no quedarán hermanos, amigos, socios o compañeros para hacerlo y los que vienen detrás son de poco confiar, estos trotes no les pertenecen.


Bueno, no me extiendo mucho, la gente va perdiendo el hábito de la lectura y tampoco deseo cansarlos. Cuídate mucho en el reino de Neptuno, no olvides que acá cuando llegas a viejo te convierten en bueno y no es así, debes estar rodeado de cabrones. Ve formando una tripulación con los socios que vayan arribando, abre bien los ojos.

Te extrañamos, no abunda la gente noble como tú.

Nos vemos.

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2020-02-16


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De izq. a derecha, Amaya, el chino Wong, Casañas, Eduardo Rios y Luis Rocha Hurtado.



























Amaya y su esposa
















































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