martes, 5 de febrero de 2019

LOS OCHO CABALLOS DE LA APOCALIPSIS



              LOS OCHO CABALLOS DE LA APOCALIPSIS





No ha sido accidental o casual la selección de los ocho buques frigoríficos de la Flota Cubana de Pesca para iniciar la exposición de las naves que pertenecieron a esa inmensa flota que naufragó. 
 
En la medida que vayan apareciendo barcos que una vez existieron, sus vistas se agotarán, como supongo haya ocurrido, mientras devolvía vida a todas aquellas naves mercantes de altura y cabotaje. Sin embargo, estos magníficos barcos frigoríficos se comportan como un termómetro, dispuestos para medir la actividad productiva de la flota pesquera durante más de una década. Ellos pudieran ser considerados como vertebras importantísimas de la columna vertebral de aquella fallida industria.
 
Vale recordarles que todos estos buques frigoríficos coincidieron en el tiempo y el espacio. Vienen entonces a la mente algunas preguntas escogidas al azar y que no necesita de conocimientos universitarios para responderlas. ¿Se justificaba la existencia de esa costosa flotilla?
 
La respuesta debe ser positiva sin cuestionamiento alguno, esos buques fueron adquiridos para solucionar una necesidad apremiante. Entonces podemos afirmar también que el volumen de pesca era enorme y si eso era así, ¿cómo fue posible que el pueblo cubano solo consumiera pescado de mala calidad y variedad? ¡Vamos! No me dirán que es falsa esta nota acabada de escribir, yo no vivía en otra galaxia, mi lugar de residencia era Alamar.
 
 Voy a tratar de recordar las ofertas que nos brindaban los mercados, hablemos de chicharro, macarelas, jureles y merluzas. Todas ellas de pésima calidad, tallas imposibles de vender en el mercado internacional e insípidas por la cantidad de meses mantenidas en congelación. ¿Me equivoco? Debo agregar calamares y un poco mas tarde las tilapias de cultivo. Estoy totalmente convencido de que no existió cubano alguno, me refiero a los de a pie, que haya consumido una verdadera merluza, un pescado verdaderamente exquisito.
 
Existió una temporada, extremadamente corta, donde se puso en el mercado algunas sierras y otros pescados de plataforma. Se podían comprar en el mercado “Centro”, el único de sus características en toda la isla de Cuba. Podían ser comprados luego de vencer colas con mas de tres cuadras de largo. También se vendieron algunas piezas en el mercado de Cuatro Caminos, inaccesibles a un trabajador común. Imaginen a una persona con familia y un salario de $150.00 pesos al mes, ¿creen que podía pagar $35.00 pesos por una sierra? ¡Indudablemente, no! Como les dije, esas ofertas duraron muy poco tiempo, una sola tienda no podía satisfacer las demandas de toda una nación.
 
Se puede considerar que el volumen de captura y tonelaje transportado por esos barcos era elevado. Solo que el pueblo debía conformarse con las cifras ofrecidas en el noticiero de televisión y el periódico Granma. Pobre del que fuera sorprendido cargando langosta o camarones, mas perseguidos que la cocaína hoy en día.
 
¿Creen que fueron esos barcos los únicos que transportaron mariscos y pescados para Europa? ¡Se equivocan, mis queridos amigos! La Empresa de Navegación Mambisa poseía otra flotilla de buques frigoríficos que durante todo el año transportaron esos productos con el mismo destino. ¡Ojo! Sin contar barcos extranjeros que también cargaban en el puerto pesquero de La Habana. Nuestros buques pesqueros descargaron sus productos directamente en el exterior, como sucedía en Islas Canarias. Espero no sea negado por el señor director de la revista Mar y Pesca, ni por aquellos falsos agoreros de esos tiempos, quienes aún hoy no se cansan de vender futuro. Yo tuve la oportunidad de trabajar en varios de esos buques mientras cargaban en el puerto pesquero y navegué en uno de ellos hasta el final de mis días como marino.
 
Puede llegarse a una fácil o simplista conclusión, hablamos de miles y miles de toneladas de buen pescado que, nunca llegaron a los calderos cubanos.
 
Casualmente a mediados del año 2018, muy presionados por las cosas que se publican desde esta orilla, ha salido de su cómoda cueva este testaferro de la información que dirige la conocida revista cubana. Mas de sesenta años después de existencia, se acuerda ahora de escribir la historia de la Flota Cubana de Pesca. ¡Claro, muy a su manera! Porque convencido estoy, nunca publicará una opinión diferente a la del régimen que el representa.
 
Pena o vergüenza siento cuando observo a cuatro sicarios que fueran capitanes de esa flota y apoyan a este parásito social. Pobres hombres que vendieron su alma por cualquier tareco y les exterminaron las pocas neuronas que poseían.
 
Hoy se apuran por tratar de lavar lo que ellos pudieran considerar “su honor” y acuden, como es de suponer, a cualquier tipo de argumento útil para su justificación. Ya nos tienen acostumbrados con sus vicios en culpar de todas las desgracias sufridas por el país a cuanto fenómeno natural ha tocado la isla y al ficticio o bien sobre explotado “bloqueo” norteamericano. En el caso de la desintegración de esa gigantesca flota, ellos opinan que se debe únicamente a la promulgación de las 200 millas náuticas o Zona Económica Exclusiva, ley aceptada por un conjunto de naciones en 1982 y que no fuera de inmediata aplicación. 
 
Supongamos que haya sido una de las principales razones que llevaran a esa flota al fracaso, pero no fue la única y ellos no aceptan otra versión diferente. Es demasiada la coincidencia que la desaparición de las flotas cubanas mercantes y de pesca, ocurrieran a raíz de la grave crisis económica desatada en la medida que se derrumbaba el muro de Berlín.
 
Ha sido tan burda la manipulación de ese individuo que dirige la revista mencionada que, entre otras cosas, solicita a modo de reto le sean mencionadas cuántas de aquellas grandes flotas pesqueras, continúan faenando después de promulgada la ley de las 200 millas. Claro, el que nunca ha pertenecido a nuestro giro no tendrá respuesta alguna. Muy bien vale la pena recordarle a este mercenario de la tinta y el papel, que todas aquellas colosales flotas desaparecidas pertenecían a los gobiernos socialistas que se fueron derrumbando. No existe ningún armador de países capitalistas que manejara esa cantidad de buques, como las que pertenecieron a las flotas rusas, polacas, alemanas y cubanas entre otros. El hecho de enarbolar la bandera de un país no significa que formes parte de flota alguna y ejemplos sobran. Potencias navales serían Panamá, Chipre, Monrovia y Malta entre los tantos países que alquilan sus banderas. Hay más para responderle su pregunta, desaparecidas o no esas supuestas flotas, nunca ha faltado el pescado en las pescaderías del lado de acá.  
 
 
Lo cierto es que estos buques elegidos para iniciar la entrega de lo que fuera la Flota Cubana de Pesca, no estaban comprendidos dentro de esas 200 millas. Ellos no se dedicaban a la pesca y muy bien pudieron ser explotados posteriormente. Solo bastaba con poner a esos buques en el mercado de fletes, estaban en buenas condiciones y su personal gozaba de buena experiencia en el campo donde se desarrollaban. Ha quedado demostrado que luego de abandonar los dominios cubanos, esos barcos continuaron en servicio durante varios años más.
 
Después de los daños producidos al país, destrucción de dimensiones apocalípticas y donde no solo fuera destruida la industria pesquera. Si de verdad desean lavar su honor y las manchas dejadas en nuestra historia, creo ya sea hora de que comiencen a suicidarse.
 
 
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2019-02-05
 




Motonave "Golfo de Guanahacabibes"



Motonave "Golfo de Batabanó"



Motonave "Golfo de Guanacayabo"




Motonave "Océano Ártico"




Motonave "Océano Atlántico"




Motonave "Océano Pacífico"




Motonave "Océano Índico"




Motonave "Océano Antártico"


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