jueves, 24 de agosto de 2017

LOS "BAD BOYS" DE LA MARINA MERCANTE CUBANA. (4)


LOS "BAD BOYS" DE LA MARINA MERCANTE CUBANA. (4)


Motonave "Matanzas"


Una vez vencido ese tiempo de sobresaltos y miedos que se viven cuando estás pendiente de una investigación. Fase que no todos lograban superar, muy dependiente de la opinión de uno o varios individuos que tal vez no conocías, llámese cederista o militante de la cuadra, podías considerarte una persona muy dichosa. Obtenías aquel "Carnet de mar" antes mencionado y era el punto de partida para iniciar los trámites obligados con vista a tu enrolo en cualquier nave.


Al fin enrolado, sentías que escapabas de una pesadilla o teatro donde exponían una obra de humor negro. La situación en el país se iba tornando intolerable y las locuras del gobernante eran sustituidas por otras más frescas. Escapé en pleno desarrollo de aquella llamada "Ofensiva Revolucionaria" que, produjo el primer "periodo especial" en la isla  desconocido para las nuevas generaciones. Profundizar en esta etapa vivida por los cubanos, extendería por cientos las p
áginas necesarias para hablar de ella.


El ambiente encontrado en los primeros buques era muy bueno, podía afirmarse que formábamos una pequeña familia, como siempre debió ser. Sin embargo, dentro de ese numeroso grupo incorporado a la marina mercante y bautizada como "marinos embajadores", viajaba la semilla que muy poco tiempo después germinaría y cambiaria todo el verdadero sentido en la vida del hombre de mar. Éramos parte del hombre nuevo y la misión de esta generación, consistiría en borrar todo aquello que perteneciera al pasado. Fue así que se comenzó una silenciosa limpieza de aquellos verdaderos marinos y sus plazas ocupadas por pichones de comunistas que al final de la historia, serían más dañinos que los viejos lobos de mar eliminados.


Vapor Rio Caonao

En los barcos no abundaban los militantes, tengamos en cuenta que el partido comunista había sido fundado en 1965, y que además de eso, fueron extremadamente exigentes en sus selecciones. Podía afirmarse que aquellas naves contarían con unos cinco militantes del partido y otro tanto de la juventud comunista. Cifra de la que me atrevo afirmar, pueden ser más elevada que las reales. Debe considerarse que al encontrarse en franca minoría con relación al resto de los tripulantes, la actividad de esos agitadores políticos era muy limitada. Vale la pena destacar también que para 1967, fecha en la que entré a la marina mercante desmovilizado del servicio militar obligatorio, no se exigía como condición de ingreso, pertenecer a una u otra de las organizaciones mencionadas. Muy poco tiempo después, se impuso esa condición que solo era violada cuando se trataba de un hijito o pariente de papá. 


Muy tranquilo aquel primer viaje a bordo de la motonave "Habana", las condiciones alimentarias eran excelentes, solo que irían desapareciendo en muy corto tiempo. Contaba con una tripulación de lujo comandada por un Capitán admirado y respetado por su tripulación, me refiero a Julio Justiz Calderón. ¡Ohhhh! Nunca todo es color de rosa y siempre se encuentra una papa podrida dentro de un saco. Esa papa era su Primer Oficial, conocido en toda la flota como "El Gallego Meléndez". Algunos de sus compañeros de promoción podrán sentirse molestos por estas líneas y les confieso que no me interesa. No creo en las llamadas a la ética o compasión, ellos no las tuvieron con nosotros y tampoco he leído o escuchado una disculpa con sus víctimas. Meléndez fue un déspota que maltrataba a los subalternos y lo que menos podíamos imaginar fue, que dentro de él, se encontraba en proceso de incubación a uno de los tipos más despreciables de la marina mercante que llegó a su máxima dirigencia. Creo que, al segundo o tercer viaje de encontrarme en esa nave, el Gallego se desenroló y a cambio, recibimos a uno de los individuos más odiado, tenebroso, extremista, implacable e intransigente de la marina mercante. Me quedo corto en adjetivos para poder referirme al "Héroe Nacional" vitalicio, hablo de Roberto Arche Flores. 


La vida a bordo de esa nave fue cambiando drásticamente, ese estilo se impondría muy poco tiempo después en toda la flota. Crecieron como masa los primeros comunistas captados dentro de la flota y con ellos, aumentaron también los problemas que no habían existido. Sobre Arche no me extenderé, ya le he dedicado un capitulo completo a este monstruo, solo mencionaré una de sus medidas adoptadas en contra de un humilde engrasador. ¡Claro! Vale recordarles que esa medida contó con el apoyo de quienes le rodeaban en su círculo militante. 


Transportábamos a dos pasajeras que embarcaron en el puerto de Róterdam con destino a la isla, tuvieron que ser algunas de esas trasnochadas revolucionarias dispersas por el mundo. Cuba no recibía turistas por órdenes expresas del dueño de aquella isla y en aquellos tiempos tampoco se contaba con muchos aviones, no voy a extenderme en este punto. Víctor era el nombre de aquel engrasador que, uno de esos días, se empató con una de aquellas pasajeras. Acordaron encontrarse en su camarote cuando terminara la guardia y ella acudió. Lo delataron e inmediatamente el propio Arche fue a sacarla del camarote del engrasador. Se sancionó a Víctor con no recuerdo cual medida y al enterarse de quién había sido el chivato, el negro lo amenazó. Se repite la chivatería y Arche ordena mantenerlo preso hasta su llegada a la isla. Lo desembarcan detenido en una lancha de Capitanía y luego es expulsado de la flota. Me lo encontré varios años más tarde conduciendo un taxi en La Habana y hoy se me ocurre preguntar; ¿Qué hicieron en aquellos momentos los que hoy me solicitan silencio y aplican a la ética? Porque injusticias como esa se repitieron en toda la flota durante los años que me mantuve en ella. ¿Hablamos en serio o nos caemos a mentiras?


Casi simultáneamente a la aparición en escena de Arche, surge por encanto la imagen de otra figura tenebrosa de alcance apocalíptica dentro de la marina mercante. Plácido Bosch fue aquel individuo enrolado como Cuarto Maquinista en el buque Clodomira, una nave que se encontraba fuera de servicio y atracado en uno de los muelles Margarito Iglesias, donde permaneció inactivo por más de un año. En esas condiciones, nadie se explica cómo rayos Bosch fue ascendiendo de rango hasta lograr las cuatro rayas como Jefe de Máquinas. Lo conocí perfectamente porque navegué con él a bordo del buque Jiguaní y luego en el barco angolano N'Gola, donde produjo una avería superior al millón de dólares. ¿Cuándo aparece Bosch en escena? Se dio a conocer en un discurso, transmitido por televisión desde una tribuna construida a un costado de la oficina de intereses norteamericanos en La Habana. Eso sucedió cuando detuvieron al barco pesquero Alecrín con sus tripulantes en Venezuela, ¡había que verlo y escucharlo! No puede negarse que era un perfecto y muy dañino oportunista. A partir de aquel patriótico discurso, Bosch y Arche compitieron por el rango del peor Bad Boy de la flota. Finalmente, ese puesto se lo ganó Arche y quedó, como dije con anterioridad, como el "Héroe Nacional" vitalicio con Lada incluido. Bosch quedó en el campo de batalla porque sus ambiciones no jugaban el papel adecuado a su preparación técnica. Siendo maquinista empírico y con mala experiencia o muy poca, fue designado al buque N'Gola, una nave con un motor principal que superaba los once mil caballos de potencia. Sacó a la máquina de tiempo y le rajó varias culatas, no pudo demostrarse si aquella avería fue producida por los portugueses o los cubanos. Solicitó ser enviado para La Habana alegando enfermedad y ese día celebramos una fiesta en el barco.


Estos personajes fueron los más destacados dentro de ese campo dominado por "terroristas ideológicos", pero no fueron ellos los únicos, muy bien vale la pena irlos mencionando a todos y que el daño producido durante sus existencias, queden grabados en la historia de la marina mercante cubana.






Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2017-21-02




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