sábado, 30 de noviembre de 2024

MIGUEL RAMOS BRINGUEZ IN MEMORIAM . (ALIAS “EL GUAJIRITO”, ALIAS “PACHIRO”)

MIGUEL RAMOS BRINGUEZ IN MEMORIAM

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(ALIAS “EL GUAJIRITO”, ALIAS “PACHIRO”)


Motonave "Habana", escenario de esta historia.


 

Hace solo dos días intercambié unos mensajes con el cuñado de Pachiro, aquel guajirito pañolero del buque “Habana” quien un día se desprendió de los arneses con las que dominara a las bestias allá en su lejano Bayamo y las sustituyera por las jarcias de un barco, esta vez sin poder dominarlos. Recuerdo que en mi búsqueda de los buenos amigos, yo le envié una nota a su cuñado por el Messenger el 10 de Dic. del 2018 y me respondió el 02 de Abril del 2019. Luego continuó una pausa algo prolongada por culpa mía, soy algo abandonado para revisar el Messenger y no vi que Ricardo, el cuñado de Pachiro, me había contestado.

 

Hace dos días que me volvió a escribir y esta vez no lo dejé escapar, le pregunté por parte de su familia y de paso le dije que yo lo había cargado cuando era un bebé. Me dijo que su padre había fallecido en el 2020 y no quise entrar en detalles, yo lo conocía muy bien porque navegamos en dos buques diferentes. Me alegró el día saber que su mamá se encontraba viva con 92 años, solo que algo alejada del mundo lúcido en el que nos movemos. Agregó que vivía con él y ese dato me sirvió para valorar que estaba tratando con un buen hijo. Ya corren tiempos modernos donde el arraigo familiar se ha destruido mucho y el peso de los abuelos o padres resulta a veces insoportable y todos conocemos el doloroso final de esta triste obra teatral. En Cuba las condiciones aceleran ese deseo por poner el punto final y se impone el olvido como nueva disciplina donde antes existió la unión familiar, el respeto o agradecimiento por nuestros antecesores y ese amor profundo de los hijos y nietos. A veces se exige de cierto esfuerzo por comprender que allí no hay vida y que aquella ópera triste no es mas que una lucha por la supervivencia. Debes elegir entre dos opciones, sobrevive tu descendencia o elijes a tus padres o abuelos. Con dolor debes aceptar que los viejos han vivido algo y no te detienes a averiguar si fue una existencia feliz o colmada de sufrimientos.

 

Con pocas líneas responde a mi pregunta sobre la vida de aquel guajirito amigo de la juventud y me dice que falleció en el 2015 en condiciones muy tristes, tanto, que me partieron el alma.

 

-¿Qué es de la vida de tu hermana? Esta vez le pregunté por la esposa de Pachiro, quien fuera gran amiga mía y de quien sería la madre de mis hijos.

 

-Ella esta viviendo en Estados Unidos, allá vive también el hijo que tuvo con Pachiro. ¡Llámala sin problemas! Estoy en la calle y las conexiones en este pais son muy malas, conversaremos en otra oportunidad. Me despedí de aquel niño al que cargara en Santos Suárez hacía más de 50 años.

 

Esa misma tarde recibí una nota del hijo de Pachiro, deduzco que Ricardito, su cuñado, se encargara lo escribirle y ponerlo al corriente de mi existencia. Así mismo fue y opté por llamarlo, más tarde lo haría con su madre. Con Miguelito, que así se llama el hijo de Pachiro a quien también cargué cuando era un bebé, me sentí muy cómodo al hablar. No sé, le encontré mucho parecido al carácter de su padre, era muy sencillo. Con el obtuve más información sobre el triste final de su padre durante la larga conversación sostenida, como se encontraba conduciendo en horario pico, dejamos inconclusa la conversación y llamé a su mamá. Ella se encontraba trabajando y acordamos conversar al día siguiente, ayer sábado. Creo haya recibido uno de esos momentos muy felices de este año que casi culmina. Habían transcurrido unos 50 años desde nuestra última conversación y la mitad de nuestra conferencia transcurrió entre aquellas carcajadas que compartimos cuando éramos unos muchachos. Verania tiene 71 años y yo cuento con 75, ellos se habían mudado de Santos Suarez y yo no dejé de navegar hasta el viaje de mi deserción en 1991. No coincidí con ellos y otros grandes amigos de mis inicios en esta vida de marino colmada de aventuras. Algo les dije antes de colgar el teléfono, necesito que me envíen alguna foto de Pachiro. Yo tengo un blog con una parte de la historia de nuestras flotas y siempre que se marcha algún marino les rendimos un pequeño homenaje. Yo no quiero que “El Guajirito” sea olvidado, no se lo merece y aunque lo menciono en algunos trabajos míos, quiero regalarle este homenaje que les menciono.

 

IN MEMORIAM


Miguelito a la derecha en faenas de engrase de un cable que por su grosor puede tratarse de un cable de remolque. Posiblemente en su etapa de Pañolero o Contramaestre.


 

El guajirito y yo nos conocimos en la motonave “Habana” en una época donde no existía a bordo la televisión, se asignaba a cada buque unas cuatro películas de celuloide casi siempre quemada en algunas de sus partes por aquellos terribles proyectores rusos que producían más ruido que el molinete cuando fondeaban el ancla. En el saloncito de tripulantes contábamos con un radiecito que poseía “onda corta”, pero eran tan cortas las ondas que alejados un día de la tierra más cercana nos aislábamos del mundo. Teníamos muy pocas opciones de entretenimiento y el preferido de la tripulación era las tertulias que se formaban a popa de la cocina. Este improvisado teatro solo funcionaba cuando la marejada o las temperaturas lo permitían y su director general era el electricista Murillo. Para participar en cualquiera de sus funciones había que ser bien valiente y bueno en la exposición de cuentos humorísticos. El Guajirito era valiente, pero no era bueno haciendo cuentos y solo recuerdo que en cada viaje o bebedera trataba de espantarnos los únicos dos que mantenía grabados en su repertorio. Uno de ellos era el de Manuelita -que él en su condición de guajirito oriental- no tenía que esforzarse mucho para imitar a un mejicano. Una de sus partes decía más o menos así:

-Patrón, vengo a pedirle la mano de Manuelita.

-¿Cuánto ganas, Pedrito?

-Pos, Patrón, yo gano $100 pesos al mes.

-Pos, Pedrito, eso no le alcanza a Manuelita para comprar papel sanitario. Pedrito se retiraba bien frustrado y buscaba un empleo donde ganara un poco más y regresó a las dos semanas con la misma respuesta de su Patrón y así, despues de lograr otros empleos con más entradas, Pedrito volvía a su encuentro con el padre de Manuelita obteniendo las mismas respuestas. Así se cansó de insistir y no regresó a verla. Un día se cruzaron por la calle y Manuelita lo saludó con el mismo amor de siempre.

-¡Adiós, Pedrito!

-¡Adiós, cagona! Le respondió Pedrito no recuerdo cuantas veces mientras navegamos juntos.

 

Inmediatamente trataba de continuar con aquel cuento de su amigo que llevaba 30 años de marinero y caminaba dando bandazos. Mientras otro le decía que tenía un amigo que llevaba 30 años de casado y caminaba, así como ustedes se imaginan, pero nunca lo dejaban llegar hasta el final. Cuando se trataba de historias reales contadas entre tragos, Miguelito repetía sin cansancio aquella que ya he contado varias veces cuando lo menciono. Muy serio nos decía que había llegado a La Habana en una caravana de jinetes imitando a los mambises y que una vez desfilado frente al monumento de Jose Martí en la plaza cívica, se bajó del caballo y le dio un planazo con su machete. Imagino las penurias que debió haber pasado en esa aventura, luego repetida por miles de orientales en sus invasiones a occidente.

 

Durante nuestras salidas en cualquier puerto cubano el Guajirito se iba en blanco, no ligaba nada, ni a una mosca. Es que tenía poca labia y era muy parco al hablar, no convencía a ninguna muchacha y regresaba al buque algo frustrado. Es de suponer que la gente al darse cuenta se burlara de él en medio de las bromas; Que, si no se le paraba. Que, si la tenía muy chiquita, etc. Luego lo dejaban respirar hasta la próxima aventura.

 

Ya conté por otro lado y lo repito porque sé que muchos no lo han leído. En uno de los viajes a La Coruña o Santander, Miguelito y yo fuimos a comprarnos zapatos y qué les cuento. Una vez en el barco y después de la maniobra de salida, Miguelito descubre que le habían vendido dos zapatos del mismo pie. Para calmarlo y en jodedera le dije que se cortara un pie, no imaginan su encabronamiento. Luego le dije que guardara la factura por si acaso esa tienda tenía sucursales en otros puertos españoles y tuvo la suerte de que así fuera, se los cambiaron.

Miguelito de joven en su etapa de "Guajiro Natural", fotos cortesía de su hijo Miguel Ramos.

Creo que Miguelito haya sido uno de los hombres mas nobles que he conocido en mi vida. Noble, pero no pendejo como pudieran interpretar algunos tontos. Ya conté de aquella vez que pasamos mucho trabajo para disuadirlo de los propósitos perseguidos una vez que lo encontramos bien enojado en el portalón del buque “Habana”. El Guajirito estaba con un tubo en la mano esperando al Primer Oficial “El Gallego” Meléndez y no precisamente para que le diera clases de plomería.

 

Nuestras relaciones amistosas fueron excelentes y llegue a conocer a una buena parte de su familia, varios de los cuales lograron emigrar a Corralillo, un sitio cercano al pueblo de Bauta. En esos escapes por Santiago de Cuba también me presento a varios parientes suyos con los cuales pude compartir en mis arribadas a ese puerto durante muchos años. Una vez que deje el buque “Habana” para enrolarme en el “Jiguani”, no volvimos a encontrarnos durante el resto de mis años como marino y solo tenia noticias de el por medio de amigos comunes. Tampoco volví a encontrar tripulaciones como aquella, luego destruida con la presencia del despreciable Roberto Arche Flores, creo que ya le he dedicado varias páginas.

 

Me contaron su cuñado, hijo y quien fuera su esposa que, Miguelito había muerto en unas condiciones muy penosas, luego de dos isquemias cerebrales, además de los padecimientos propios de la enfermedad, Miguelito perdió la memoria, anduvo en estado calamitoso, muy pobre, sucio y abandonado. Para esas fechas su hijo junto a su madre se había mudado a Bayamo. Mientras me narraban todas las calamidades vividas por aquel excelente amigo y ser humano, el alma se me iba consumiendo de tristeza. En el año 2015 y sin precisar la fecha exacta, partió envuelto en sus miserias aquel amigo que compartiera conmigo sus ropas, su alegría y una amistad que solo he conocido en pocas personas.

 

Le prometí a ellos que escribiría unas líneas que sirvieran de homenaje a este gran hombre y de paso, sacarlo para siempre de ese olvido inmerecido con el que han condenado a tantos de los nuestros.

 

Lo veo pasar a mi lado y lo saludo con todo el cariño del mundo:

-¡Adiós, Guajirito!

-¡Adiós, cagón! No cambia, anda despistado como siempre.


Miguelito es el segundo de izquierda a derecha, foto de parte de los integrantes del buque South Islands cuando fueron a buscarlo junto al Capitán Osvaldo Blanco.



Boda de Pachiro con su primera esposa Verania Ramos Ortiz, puede observarse en el extremo izquierdo de la foto a Ricardo Puig Alcalde cuando era el Tercer Oficial del buque "Habana" donde Pachiro era su Pañolero.




 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

2024-11-30

 

 

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domingo, 17 de noviembre de 2024

NUNCA MIRES HACIA ATRÁS.

NUNCA MIRES HACIA ATRÁS.




 

La primera pitada producida en el eje del canal de salida de aquella bahía, se recuerda como aquella primera sensación que sientes cuando pruebas el gusto de otros labios, es tu primer beso también. Junto al malecón habanero se encontrarán sentadas algunas parejas prometiéndose algo. Unos metros separados de ellas, un trasnochado pescador que vara en mano rogaba por la picada de algún bicho que sirviera para calentar el sartén de su casa. Continuarán por el mismo muro, sentados quizás en orden alfabético, tal vez por su estatura o color de su piel, decenas o cientos de infelices tratando de atrapar la brisa marina a deshora para aliviar la angustia que produce un bochornoso calor de verano.

 

Escucharás una pitada larga que te eriza hasta los pelos del culo, te provoca el primer orgasmo, esa es la primera que te vienes o te orinas en medio del nerviosismo que experimentas. Viajas en medio de un canal prohibido para los demás, eres un afortunado o premiado por esa lotería que es la vida en sí. Tus ojos devoran ese panorama que se presenta a espaldas de ellos, formando de paso parte de su escenografía. Es la primera vez que lo disfrutas y no sabes si la experiencia pueda repetirse, esa tierra cambia de opinión constantemente y nunca estarás seguro.

 

Hermosa, bella, majestuosa, descomunal, bohemia, romántica, poética, hija de puta que se oculta a nuestras miradas, escurridiza, traicionera, hipócrita, elegante, zalamera, coqueta, prostituta que le abre las piernas a cualquier cabrón. Todos los epítetos que pasen por la mente son acertados, esa es La Habana que disfrutas a pocos cables de distancia, los suficientes para ser condenado como desertor o que pese sobre tu alma una acusación de “intento de salida ilegal”. Solo unos pocos estábamos autorizados a mirarla así, con esa vista lasciva y maliciosa, solo unos cuantos podían penetrar los ojos entre sus piernas para descifrar su clítoris. La mirada es distinta cuando te sientas en el malecón, sueñas descubrir algún día lo que existe más allá del horizonte prohibido y le das la espalda a tu tierra.

 

Si un día logras escapar de su hechizo, no mires hacia atrás, corres el riesgo de que pueda cautivarte nuevamente y te atrape. No olvides que ella es muy traicionera y una vez tu alma entre sus garras, te irá devorando como la mas despiadada prostituta que te sabe carente de amor o valor para resistirse. Si un día cedieras, volverás a perder la vista y el olfato, regresarás a vivir entre la mierda como les ha sucedido a muchos imbéciles. La Patria no es el Sinsonte ni el Colibrí, mucho menos el Tocororo que pocos han visto. La Patria con la que tratan de endulzarte no es la Palma Real ni la Mariposa, tampoco es el Himno Nacional, el Escudo o la Bandera, esas son las Patrias de los pícaros o patrioteros. La Patria eres tú, la que alimenta a tus hijos y no necesita mendigar para vivir. Si algún día logras escapar de esa trampa no mires hacia atrás como otros idiotas.

 

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Esteban Casañas Lostal

Montreal..Canadá

2024-11-17

 

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