lunes, 19 de noviembre de 2018

50 AÑOS DESPUÉS.


                                         50 AÑOS DESPUÉS.






Esta foto fue tomada en el año 1968 a bordo del vapor "New Grove" atracado en el muelle Margarito Iglesias, éramos estudiantes en esa fecha. De los dos muchachos que se observan agarrando el cabo (soga), el de la izquierda se llama Argelio Baños y el de la derecha es Jonás Gaínza. Yo soy el muchachito sentado a la derecha de ellos en una caja.




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Esta foto fue tomada el 25 de Diciembre del 2009 a las 03.02 Pm. en el apartamento de su hija aquí en Montreal. Son los mismos muchachos de la foto anterior, solo que un poco más viejos, pero con los mismos sueños y añoranzas por el mar, convencidos de que se puede salvar al amor.


Cuando publique ambas fotos en el año 2009 escribí estas notas.

 
 10:17 PM - Dec 25, 2009 #1

Hola amigos.-

En un mundo tan enfermo como el nuestro, donde la hipocresía y la traición imponen pautas sorprendentes. Dentro de ese mundo humano tan difícil de comprender cada día por la tergiversación de sus valores éticos y morales. Dentro de este mundo,donde cada minuto transcurrido puede resultar una trampa para quienes confunden la lealtad, amor, fidelidad, amistad y cuanto sentimiento abrigue el corazón de una persona, siempre aparece un rayo de luz y nos dice que no todo está perdido.



Hoy he tenido el gratísimo placer de compartir con uno de aquellos amigos de la juventud, compañero de estudios y profesión, marino. Jonás Gaínza Figueredo fue integrante de aquel grupo de jóvenes que un día llegamos a las oficinas de la Empresa de Navegación Mambisa cargados de sueños. Hablo de un día de 1967, éramos unos muchachitos. Comenzamos aquella aventura como simples marineros, luego, muchas horas de estudios condujeron nuestros pasos hasta el puente de mando de diferentes buques, Gaínza tuvo más suerte que yo y se hizo Capitán.



Han transcurrido 42 años de nuestro primer encuentro, dos fotos son el mejor testimonio de toda la transformación sufrida por ambos. Sin embargo, aquella amistad conserva la frescura de nuestros primeros años. Creo que nuestro encuentro ha sido uno de los mejores regalos recibidos en esta Navidad, un breve paseo por nuestro pasado acompañados de su esposa, hijos y yerno. Una deliciosa comida preparada entre madre e hija y adobada con ese humor chispeante que siempre nos caracterizó, nos hizo regresar por las aceras de La Habana Vieja y repetir aquellas largas pitadas de nuestros buques a la salida del Morro. 


Aparecieron fotos con rostros de amigos que ya no existen, pero que sin embargo, viven en nuestra memoria. Buques que fueron desguazados por su vejez, otros más jóvenes perdidos por la insensatez y capricho de un sistema fracasado. Apareció mucha historia oculta ante nuestro ojos, y por supuesto, nos invadió esa nostalgia que nunca abandona al marino cuando ha sido sustraído de su medio, arrancado de su vida, el sentido de su existencia.


En este mundo cada día más podrido y donde la traición se encuentra escondida detrás de nuestras puertas, un encuentro con amigos así, de esa amistad que ha perdurado durante cuarenta y dos años, nos devuelve la confianza y la fe en que no todo está perdido, el amor y la amistad existe a pesar de todos los contratiempos.


Debo ir urgentemente al rescate de todos esos amigos dejados en el camino por abandono. Gracias Gaínza y familia, muchas gracias por esas sonrisas que me regalaron.

                            Un abrazo..

                            Esteban  



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50 AÑOS DESPUÉS, FOTO TOMADA EL DIA 18- 11- 2018 


                        
En esta tierra cambia el significado del color blanco, la pureza cede ante un frío muchas veces insoportable. Ayer fue uno de esos días, hoy también y se extenderán por largas y agotadoras semanas donde lo bello se olvida y nos recuerda que debemos usar los abrigos. Sin embargo, fue uno de esos días maravillosos donde sin proponértelo embarcas en la máquina del tiempo.

Mientras Carmita continuaba atareada en la cocina, nosotros nos sentamos en la sala a conversar sobre lo que tanto hemos repetido. Jonas sacó su colección de fotos y me iba pasando una a una, como si nunca las hubiera visto. Pasaron ante mí muchas imágenes conocidas y rostros que comenzaba a olvidar, debo confesar que él posee menos memoria que yo, pero hablábamos de medio siglo atrás y como quiera que me esfuerce, ya se van borrando nombres.

Es inevitable, creo que imposible, frenar ese impulso tan natural entre los marinos en desear dar uno que otro bandazo, enfrentar galernas, recaladas y cuanta aventura luchan por sobrevivir en nuestras mentes acompañadas de una larga pitada. Nombres van y vienen escondidas entre cuadernas, le dedicamos unos minutos a cada uno de ellos. Rocha, Pomo de Leche, Rios, El Yuca, el Guajiro Marrero y muchos más van recorriendo nuestro Diario de Bitácora. Luego nos detenemos en quienes fondearon sus anclas en el reino de Neptuno, casi todos buenos, Cebolla, Manolito Balsa, Irán Labrada y cuanto compañero de estudios o navegaciones merece un minuto de recuerdo. También hubo sus pausas para renombrados hijos de putas que no merecen ocupar espacio en esta nota, fueron tan famosos en el daño provocado a su paso por la tierra, que resulta imposible olvidarlos aunque su solo recuerdo resulte una pesadilla.

Como tantas veces, nos sentamos a disfrutar la exquisita comida de Carmita, siempre insistiendo en que te sirvas más, no tiene noción del tiempo transcurrido y olvida lo delicado que se convierten los estómagos de los viejos. Bromas van y vienen, ya saben como somos los cubanos. Sentado frente a mi como anfitrión se encuentra su hijo varón y cuando le pregunté la edad estuve a punto del infarto, aquel niño de años atrás tiene 35 de ellos, las bromas continuaron hasta el momento del postre.


Espera, falta algo! Les dije después del beso y apretón de manos como despedida. Falta la foto de los 50 años! Las chicas gustaban del vals cuando llegaban a la maravillosa edad de 15 años y las que tenían posibilidad se cambiaban tantas veces de vestidos durante sus fiestas. Nosotros, no! Ya no tenemos tiempos para valses y nos cuesta algo de trabajo vestirnos. Solo queremos detener ese tiempo en alguna imagen para compararlas con las anteriores o dejarles un lindo recuerdo a nuestros nietos.

La noche continuaba blanca a mi salida, no por pura, lo hacía para castigarnos. Sin embargo, me regaló la oportunidad de volver a compartir nuevamente con estos amigos aunque haya pasado medio siglo desde que nos conocimos. Hay que darle gracias a Dios, ¿no?


Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canada.
2018-11-19



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1 comentario:

  1. Gracias por tus palabras ,el sentimiento es reciproco ,recordar es volver a vivir , solo espero se repita , de parte de Carmita ella penso que no te habia gustafo la comida y con tus palabras recordo que el tiempo no pasa por gusto ya los mayores no pueden comer mucho ,un abrazo de todos por aqui y nos volvemos a ver en cualquier momento .

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