viernes, 18 de agosto de 2017

JULIAN MORALES


JULIAN MORALES



Motonave "Aracelio Iglesias"



Hoy les traigo a Julián, ocupaba la plaza de Ayudante de Máquinas en la motonave “Aracelio Iglesias” cuando lo conocí. Yo era Primer Oficial y navegamos juntos a bordo de ese buque y el “Bahía de Cienfuegos”. Medía casi seis pies de estatura, mulato oscuro de piel y con una naciente calvicie poco común entre los negros. De una edad que escasamente sobrepasaba entonces los cuarenta. De aspecto muy fuerte por su altura, cuando lo observabas sin camisa, sus músculos delataban que aquel cuerpo nunca había sido sometido a esfuerzos físicos extraordinarios. Eran flácidos y se ocultaban la formación o nacimiento de tendones, ligamentos o moldeado de musculatura por una masa informe y floja que, nunca tuvo mucho contacto con los ejercicios. 

Usaba bigote, nada que se destacara fuera de lo común o ajeno a la geografía de su rostro. Bordeaba los labios pronunciados propios de cualquier descendiente de la raza negra, hablemos de “bemba” para estar a tono con nuestro ambiente. Siempre andaba con los pantalones colgando más abajo de la raja de sus nalgas, es probable que debido a la ausencia de un cinto que lo sujetara. Su andar era lento y chaplinesco. Lento como suele trotar normalmente un individuo infestado por la vagancia, que no fueron pocos los que conocí como él en mi vida laboral. Si deseas identificar a un vago, solo necesitas observar cómo camina. Chaplinesco, porque marchaba con los pies abiertos como Chaplin. No por imitar a sus fabulosos personajes, tal vez por sufrir la existencia de algún juanete o cayo plantal en sus pronunciadas o exageradas patas. Muy acordes a su estatura, solo que cuando observabas sus chancletas o zapatos, imaginabas estar en presencia de un par de esquíes. Era planchado de nalgas y no podíamos imaginar nunca, qué rayos podía detener la caída del pantalón, tuvo que ser sus caderas.

Julián era sumamente baboso, extremadamente empalagoso. Así le decíamos a la gente demagoga, casi siempre a los militantes del partido que se partían en discursos que nadie podía tragar. Me refiero sobre todo al individuo que sabes es ladrón y patrióticamente te pide en nombre de la Patria que no robes, un verdadero cabrón que no recogerán los libros de historia. 
El viaje que me mandaron a matar a bordo del buque “Bahía de Cienfuegos”, Julián y parte de la camarilla de aquella nave se había quedado de vacaciones. Debo recordarles que mi caso fue uno de los más escandalosos en la historia de la marina mercante cubana, fui yo contra todos. Todos me refiero al Partido, Capitán y C.T.C., la U.J.C. estuvo apartada del problema por pendejadas del que fungía como secretario general, Miguel Cosme para ser exacto.

Como he explicado en otros trabajos, pude salir de viaje hacia Canadá y todos los que pertenecían a esas inmorales organizaciones, al menos, los que dieron aquel viaje conmigo, fueron desenrolados y en apariencias yo les había ganado aquella batalla. ¡Pero, ojo! El Partido es inmortal, así reza su principal consigna. Si que era inmortal, un ser insignificante como yo no podía ganarle una batalla. Una gran parte de la tripulación fue relevada después de aquellos acontecimientos, se enroló gente nueva en la que no se podía confiar. El día antes de la salida, el Chino, secretario del partido vencido en mis alegatos de defensa y mientras realizaba la entrega del cargo a Julián, intercambió en la popa de la nave algunas palabras con él, que fueron escuchadas por el timonel que haría sus guardias en mi horario.

-¡Ten cuidado! Me dijo aquella madrugada y lo escuché con la natural desconfianza que siempre asumimos.

-¿Cuidado, por qué? No fui amplio en mi pregunta, no lo conocía.

-Porque escuché al Chino conversando con Julián en la popa. 

-¿Qué me dices con eso?

-Que Julián le prometió “acabar” contigo este viaje. No mostré sorpresa alguna, realmente no me sorprendería reacción contraria de parte del Partido, aún cuando yo había ganado esa pelea con todas las de la ley. 

Julián no pudo fumarme, era tan bruto e inmoral como todos aquellos a los que les asignaron esta bochornosa tarea más adelante. Labor orientada en diferentes buques y como es de suponer, debía ejecutarse por capitanes selectos, individuos incondicionales al régimen y destacados por su verticalidad o extremismo. Carlos García, Remigio Aras Jinalte y otros no menos hijoputas, aceptaron la bochornosa labor que no pudieron llevar a cabo. ¿Me piden que no mencione nombres para no herir la sensibilidad de hijos y nietos? ¡Vaya pendejadas! ¿Quién se va a disculpar con mi hijo? Un muchacho en aquel entonces que terminó el pre-universitario con 98 de promedio en todas sus asignaturas. ¡Averigüen!, eso ocurrió en el Pre “José Martí”. ¿Quién se va a disculpar conmigo? Yo fui el primer expediente de mi promoción y me mantuvieron durante ocho años sin superar la plaza de Segundo Oficial, mientras alumnos míos ascendían. ¿Fueron los Castro? ¡No me jodan! Ellos no navegaban con nosotros y nunca fueron nuestros vecinos.

Después del viaje a Canadá y para complacer en algo las demandas efectuadas por todos los miembros (ya sancionados del Partido). Se procede a mi desenrolo alegando que era necesaria mi presencia en tierra (por si acaso se procedía a un juicio). Algo que yo estaba convencido no sucedería, el caso ya había sido cerrado y “aparentemente” había ganado esa pelea.

En esos días posteriores al desenrolo y estando el buque “Bahía de Cienfuegos” atracado en el puerto pesquero de La Habana, me entero que el secretario del Partido de la nave (Julián Morales) y el sobrecargo Nerey (clavista e informante de la seguridad del estado), habían sido detenidos a la salida del puerto pesquero cuando se le detectaron varias piezas de pescado en el maletero del auto. Bueno, “pescaron en la nevera del buque”, era más fácil hacerlo allí que permanecer tantas horas sentado en el malecón con una vara. Robaron, como de costumbre, lo que pertenecía a la dieta de los tripulantes para el viaje que debían emprender. Por desgracia, me entero de que ambos personajes fueron librados de los cargos de hurto como les correspondía. Eso ocurrió por sus condiciones de militantes del Partido Comunista de Cuba (El Partido es inmortal) como reza su consigna, no inmoral como realmente es. Por fortuna para ambos, ya no me encontraba enrolado como oficial en aquel momento. Porque téngalo por seguro, los dos hubieran sido condenados cuando menos a la expulsión de la flota por inmorales y ladrones. Si hubieran sido otras personas, tal vez me haría el de la vista gorda, ellos no lo merecían.

Julián perteneció a esas camarillas, piñas, grupos, pandillas o como quiera llamárseles, que un día se hicieron presentes en nuestras naves y sus daños a las tripulaciones fueron de relevancia. Ellos, junto a muchos timoratos de nuestros capitanes, eran los que en oportunidades llevaron las riendas de nuestros buques. Tan así, que eran los “factores” determinantes a la hora de tomar decisiones importantes que solo corresponderían a la administración de cualquier barco de las marinas internacionales. Aprobaban o rechazaban el enrolo de un nuevo tripulante, dictaban reglas de conductas ajenas al reglamento imperante. Decidían cuando debía trabajarse y cuando era necesario un día de franco para realizar actividades políticas. Nominaban a su antojo quiénes eran los “vanguardias del año”, ¡claro!, en aquellos tiempos se premiaba a algunos de ellos con un auto Fiat Polaco y “casualmente” Julián adquirió uno de ellos.
Un informe político de aquellos individuos en contra de cualquier tripulante, era una condena segura en ese proceso inquisitorio que siempre actuaba en contra de los trabajadores. Sus palabras eran sagradas y de muy poco servía efectuar cualquier tipo de reclamación.

Julián no se detuvo, ocupó la plaza de Secretario del Sindicato de Marina Mercante. No es necesario hablar de una organización en la cual el trabajador debía pagar una mensualidad para que lo “reprimieran”. Si nos remitimos a la existencia de cada uno de los personajes que ocuparon esa secretaría radicada en nuestra empresa, encontraremos que los barcos donde ellos navegaron siempre fueron declarados “vanguardias nacionales”. Hablemos de “El Niño y Julián” sus últimos dos secretarios antes de marchar de la isla. Sus naves, el “Otto Parellada” y “Aracelio Iglesias” fueron declarados vanguardias. Ustedes preguntarán ¿por qué?, muy sencillo de responder. A los tripulantes de esas naves se les concedían entre otros estímulos, una noche en “Tropicana”, una semana en un hotel de las playas del Este y por último, un viaje con su esposa en cualquier nave donde navegara. Por supuesto que ellos disfrutarían de aquellos privilegios. 

Recuerdo que Julián pretendió eliminarme de esos regalos y puso en mi lugar al Primer Oficial Almaral. No es menos cierto que éste último había navegado en el Aracelio Iglesias ese año, pero yo superaba los seis meses de enrolo y era al que le correspondía por derecho. Fui hasta el local del sindicato con una clara advertencia, yo mismo revisaría el tiempo de enrolo de los que aparecían en aquella lista, así se lo advertí y Julián comprendió el mensaje. No le convenía porque él mismo no estuvo enrolado en la nave el tiempo requerido para merecer aquel premio. Como consuelo y arreglo para lograr mi silencio, mantuvo a Amaral en la lista y me agregó a mí.

¿Y por qué hoy aparece Julián Morales? ¿Y que lo haga con nombre y apellidos? No soy muy ducho en asuntos de informática y había perdido miles de mensajes salvados en mi computadora, les hablo de más de 17, 000 mil mensajes. No puedo explicarles cómo aparecieron, solo sé que iba a borrarlos por el espacio que ocupan. Me dediqué a leer algo antes de proceder y hallo unos mensajes cruzados con un amigo que luego visitó a Cuba. Aquí se los presento, corresponden al año 2004. Los traigo ante esa insistencia de algunos pendejos en presentarme como agente del G2 y el silencio cobarde de quienes me conocen…



…----- Original Message ----- 
From: RJB-XXXXXXXXXXX
To: Esteban Casañas Lostal 
Sent: Monday, April 05, 2004 7:07 AM
Subject: Re: julian morales

hola esteban ya llegue, conoci a un tal julian morales que dice ke te conoce, si kieres mas detalles avisame

pd: en ucnato pueda te mando fotos

un abrazo

camilo…


…----- Original Message ----- 
From: Esteban Casañas Lostal 
To: RJB-XXXXXXXXXX
Sent: Tuesday, April 06, 2004 5:55 PM
Subject: Re: julian morales

Hola Camilo....

Me alegro que estés de regreso, ya me contarás de la experiencia. Me suena ese nombre pero ahora no puedo recordar con claridad porque conocí a varios Julianes, si puedes darme una luz te lo agradeceré.

Abrazos..

Esteban…



…----- Original Message ----- 
From: RJB-XXXXXXXXXXXX
To: Esteban Casañas Lostal 
Sent: Wednesday, April 07, 2004 3:50 AM
Subject: Re: julian morales

HOLA ESTEBAN...es un mulato ke vive en alamar..un mulato de bigotes.....me hablo muy bien de ti

saludos
camilo…



…----- Original Message ----- 
From: Esteban Casañas Lostal 
To: RJB-XXXXXXXXXXXX
Sent: Wednesday, April 07, 2004 8:31 PM
Subject: Re: julian morales

Hola Camilo....

Ya sé quién es. el navegó en dos barcos diferentes conmigo como Ayudante de Máquinas y ocupaba la plaza de Secretario del Partido. En aquellos tiempos estaba algo gordito, no sé ahora con el cable que han pasado. Es un mulato oscuro y alto que en esos tiempos daba muestra de una prematura calvicie, te hablo de hace trece años atrás, él tenía cuando aquello un fiat polaco que le dieron. No tiene motivos para hablar mal de mí porque nunca tuvimos encontronazos, pero yo sí me cuidaba mucho de esa gente. Julián era más bien un bandido vestido de militante. Cómo lo conociste?

Abrazos..

Esteban…



…----- Original Message ----- 
From: RJB-XXXXXXXXXXXXXXX
To: Esteban Casañas Lostal 
Sent: Thursday, April 08, 2004 4:53 AM
Subject: Re: julian morales

HOLA ESteban:

imaginate que coji un taxi particular que ahora cuestan 5 fulas de alamr a la habana y el chofer de ese taxi particular y encubierto ya que carecia de licencia era el......asi vive explotando la necesidd de los demas, me keria cobrar 6 euros de alamr al amejeiras, asi esta la cosa alla esteban, ese mulato me dijo ke tu eras muy inteligente pero insinuo ke eras del aparato, claro cuando le dije que te conocia y ke me escribia contigo (la conversaion vino pk el me dijo ke era marinero, ya ke me desperto la curiosidad de ke tuviera un opel en vez de un lada)

saludos 

camilo…



…From: Esteban Casañas Lostal 
Sent: Thursday, April 08, 2004 1:35 PM
To: RJB-XXXXXXXXXXXXXXXX
Subject: Re: julian morales

Hola Camilo.....

Esa insinuación de que yo era del aparato es vieja, hasta a mi familia llegó ese rumor antes de que salieran para acá, es un arma muy vieja usada por esa gente.
Yo no sé si recibiste mi trabajo titulado "Mandado a matar.", si no lo tienes me lo dices para enviártelo. Pues en uno de esos barcos que yo navegué con Julián, se me dio el bateo más grande conocido en la historia de la marina. Ese viaje Julián estaba de vacaciones, pero como yo le había ganado la batalla al Partido, esa gente me mandó a matar (o sea, eliminarme de la marina). 

Te cuento que en el siguiente viaje Julián embarca de nuevo y ocupa su plaza como secretario del partido, pues tenía la orden de tratar de joderme, solo que yo era más inteligente que todos ellos juntos y no pudo lograrlo. El tipo es dichoso después de todo, me bajaron del barco sin yo solicitarlo alegando que debía permanecer en tierra por si aquello derivaba en un juicio. Quien te dice que solo tres días después de bajarme del barco, Julián es sorprendido con el sobrecargo robándose varios pargos del buque. Como es de suponer le tiraron la toalla, por eso te digo que es dichoso, porque conmigo hubiera sido cadáver.

Si ahora tiene ese carro que mencionas no es una casualidad, es el segundo que le entregan cuando incluso, hay capitanes que andan a pie. Julián siempre se codeó con gente del aparato, y a pesar de ser tremendo ladrón, tenía la potestad de joder a cualquiera por su cargo de secretario del partido, ya escribiré algo sobre esto, claro, no te mencionaré.

Abrazos..

Esteban…



Julián llegó algo tarde para hacerse eco de aquella insinuación corrida hasta los oídos de mi familia, apareció fortuitamente trece años después de mi deserción con su telegrama. Un día del 92, escuché por teléfono a un cuñado mío llamarme “Julito el Pescador” en una de mis llamadas a La Habana. Aún retumban en mis oídos aquellas palabras expresadas por mi hijo durante una de nuestras conversaciones; “Prefiero tenerte muerto a saber que trabajas para esta gente”. Tuve que enviar copia de mi dossier donde se hacía constar mi aceptación como refugiado político a mi esposa. El DNI (Dirección Nacional de Inteligencia) y la Empresa de Navegación Mambisa, no me daban como desertor y ella no podía tramitar el traspaso de la vivienda.

En La Habana corrían la voz de que yo era del G2 y cuando los barcos arribaban a Montreal, durante las asambleas de arribada, les decían a las tripulaciones que yo era “terrorista y agente de la CIA. No por gusto la gente que se encontraba conmigo en la calle se cagaba los pantalones, era como si chocaran de frente con el diablo, incluyo en aquellas reacciones a buenos compañeros de trabajo y hasta amigos. 

Han pasado veintidós años desde aquella deserción y encuentro que continúan con la misma obsoleta cantaleta, no se modernizan y mantienen activos viejos métodos para dividir y sembrar miedo. Increíblemente y a pesar de la antigüedad de esa vieja herramienta, algunos pendejos la creen.




Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2013-04-29



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